𝟎𝟗. celoso, fort?

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Celina's pov

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Celina's pov

Desde el otro lado de la puerta, escuché la voz de Marc.

—Parecen dos niñatos, joder. A ver si así solucionan las cosas

—Estais locos? —gritó Hector, golpeando la puerta

—No saldréis hasta que hayan hablado —dijo Bella, firme.

Hector y yo nos miramos, ambos claramente enfadados pero sin opciones. Nos sentamos en lados opuestos de la habitación, el silencio lleno de tensión.

—Genial —bufó Hector

—Dios, encima no tengo el celular —me quejé— Quiero hablar con Pau

—Ese chaval no es bueno para ti, Ferraris —habló Fort— Joder, incluso yo sería mejor

Lo miré incrédula y solté una risa

—Vos? Mejor que él? No me hagas reír, Fort —contesté

—Voy en serio —replicó, algo enojado— Conozco sus intenciones, y no son buenas

—No tenes idea, él no es igual a vos —hablé

—Pues no, pero también soy un hombre —dijo, se recostó en la pared

—A qué viene eso? —pregunté

—Que sé cómo piensa él. Después de todo, no somos tan distintos los tíos.

—Al fin uno que admite que son todos iguales —comenté, a lo que este rió

—No viene al caso. Simplemente no es bueno para ti.

—Por qué te preocupa tanto lo que hago, Fort? —pregunté, frunciendo el ceño— Siempre estás pendiente a mí

—Porque en el fondo me importas, Ferraris —contestó, mirándome fijamente

—Así que ahora te importo, Fort. Mira vos.

—Que me caigas mal no significa que no me importes, sabes? —dijo, acercándose más a mí

—Simplemente te molesta verme feliz con un amigo tuyo. Te hierve la sangre. Estás celoso o algo —dije, sin pensar.

Otra vez hablé sin pensar antes.

—Eso crees? —se acercó aún más a mí— Quizás tienes algo de razón...

Su cercanía y la forma en la que me mira me estaban afectando más de lo que debería. Me tensé, y no supe qué hacer. Dió unos pasos más, y se inclinó hacia mí para decirme algo al oído.

—Eres demasiado para él, Ferraris —susurró

Su respiración contra mi oreja y el tono bajo de su voz me hicieron estremecer. Sentía su cercanía, y podía oler su perfume. Intenté alejarme un poco, pero él básicamente me acorraló.

𝐃𝐄𝐋𝐈𝐂𝐀𝐓𝐄 | hector fortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora