Chiara se quedó más rato entrenando después de nuestra pelea y hablando con los futuros guardianes. Ni siquiera se molestó en saludar a su hermano Yulian. Y pareció recíproco. Así que nosotros tres nos volvimos andando, comentando la hazaña, que Yulian había alcanzado a ver desde el principio.
- Ha sido penoso. – le dije yo.
- Ha sido bastante espectacular si me preguntas a mí. Hacía tiempo que no veía tanta sangre en un combate de novatos. Normalmente se rinden antes.
- Eso no era una opción.
- Me alegra que lo hayas entendido.
- Me van a matar en cuanto entre en ese Laberinto.
- Pues eso pensaba yo, pero después de verte, creo que tienes alguna posibilidad.
- Que alentador.
- No me gustan las mentiras Artemisa.
- ¿Dónde has estado en la última misión?
- Confidencial.
- ¿Y lo de las mentiras?
- No es lo mismo que los secretos.
- Tienes una mancha de sangre.
- ¿Qué dónde?
Aprovechó para levantarme la barbilla juguetón y yo no pude evitar sonreír.
- Entremos en casa. – me dijo.
- ¿Dónde dormirás hoy?
- ¿Quieres que volvamos a dormir juntos?
- ¡Yulian!
- ¿Qué? A mí me gustó. De normal no. Pero ese día necesitaba compañía. Tampoco veo mucha diferencia entre eso y el sillón.
- ¿Por qué estuviste durmiendo en mi habitación después de la pelea en Basilicum Haus?
- Porque en realidad esa es mi habitación.
- ¿Esta es tu habitación?
- Desde hace veintitrés años.
- Y...¿Por qué me la has dejado a mí?
- Bueno mi madre dejó muy claro que no vivirías en su casa, y ese es el único espacio que no está a su nombre.
- ¿Cómo?
- La habitación de un Soulhunter es sagrada. Es su espacio seguro. No puede entrar nadie sin su permiso, está protegida, y vinculada a él desde su nacimiento. Forma parte de él, de cierta manera, y se inscribe en el registro como su propiedad. Es la primera cosa que pertenece a un Soulhunter.
- Suena muy personal.
- Lo es.
- Y aun así me la has dejado.
- No tenía más remedio Artemisa.
- ¿Y por qué volviste?
- Necesitaba recargarme.
- Como una pila.
- Exactamente.
Al día siguiente quedé con Roselyn para buscar un vestido para el baile. Y cómo no. Pyron se tuvo que venir. Era especialmente tener conmigo un ser de fuego a la hora de escoger un vestido para un evento al que no había asistido en mi vida. No tenía ni la más remota idea de qué estilo de ropa se esperaba de mí. Y entonces entré en la tienda de madame Riscal.
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El Laberinto de Almas
FantasyUnas pruebas mortales transcurren en el Laberinto de Almas. Allí Casilda deberá demostrar que tiene lo que hay que tener para convertirse en Guardiana. Pero antes de eso, deberá descubrir qué clase de Soulhunter es ella y los intrincados secretos qu...