Capítulo 18

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El comportamiento de Yulian durante aquellos días era extraño, no acabábamos de conectar como lo hacíamos antes. Parecía haberse enterrado en su mundo, del que nadie sabía nada. Yo entendía que, miles de responsabilidades se iban cargando sobre sus hombros, y se estaba viendo superado. Pero no podía ayudarle si no me dejaba entrar, nadie podía.

Cada día que pasaba su semblante se volvía más oscuro, alejándose de mí y de todos. Pyron se estaba viendo tan afectado que podía percibir como su llama era un poco más tenue. En realidad, su estado anímico nos afectaba a todos, era como una sombra que paseaba por la casa, tratando de controlar lo imposible. Daba igual cuánto se esforzara él, yo no desarrollaría una Forma. Era una idea con la que yo tenía que hacer las paces, y él también.

Moriría el día del juramento, cuando tuviera que realizar la firma, entonces el Laberinto me descartaría, y yo me convertiría en un alma más de las que le darían fuerza a él y al resto de mis compañeros. Esa era una palabra que había añadido recientemente, compañeros. En eso se habían convertido, Daniela, Marco, Roselyn, Sebastian e incluso Mica y Chiara.

Entrenábamos juntos cada día en el parque Everity, y una extraña camaradería se había formado entre los seis. Especialmente, entre Marco y yo, quien se había convertido en la única persona capaz de hacerme reír esos días. Yo no dejaba de luchar, aunque sabía que mi ausencia de Forma era mi sentencia de muerte. Pero todavía tenía una mínima esperanza, un algo intangible, que me hacía confiar en que me dejarían entrar en las Pruebas sin mi Forma. ¿Ilusa? Tal vez, sin embargo, era todo lo que me quedaba.

Había renunciado a mi vida en busca de respuestas, y Soulhaven no me había defraudado del todo en ese sentido. Había podido conocer la clase de mujer que era mi madre, o que había sido antes de renunciar por completo a esta vida. Había comprendido los entresijos que movían el Consejo de Almas y sus grietas. Había descubierto un mundo paralelo al que todos íbamos a parar, antes de que llegara mi hora. Así que si fracasaba, si no iniciaba las Pruebas, no habría sido en balde.

Había reconectado conmigo misma, con la versión original, la que existía antes de que la vida se fuera interponiendo poco a poco. Y por primera vez en mi vida, podía decir que estaba orgullosa de la mujer en que me había convertido. Había hecho amigos que, ni siquiera concebía podían existir como Pyron. Era un buen final, para una vida que por lo general había sido mediocre.

Y esos meses, tan valiosos para mí solo podían llevarme a pensar una cosa. Lo profundo del amor que mi madre le profesaba a mi padre para renunciar a este mundo de magia, por uno llano y vacío como el nuestro. Eso lo había confirmado leyendo una de las cartas que mi madre le había enviado a Berkher.

<< Querido Berkher,

Añoro los bosques de Eder, y los lagos escarchados de Avartia. Echo de menos el trajín de las calles de Soulhaven, y la buena voluntad de la mayoría de sus habitantes. Aquí el clima no es frío, pero a veces sus gentes lo son.

Sin embargo, no me arrepiento de mi decisión de abandonar mi tierra, este mundo es maravilloso a su manera. Tendríais que venir a pasar una temporada tú y Sora, y traeros a Yulian. Le encantaría la playa. Verás aquí el mar, es mucho más que una fuente de alimentos, y una vía de transporte. Entienden más de ese elemento que nosotros mismos. Juegan en ella Ber, se bañan, se ensucian con la arena, y le dan formas, no como las que tú y yo conocemos, hacen esculturas con ellas. Castillos sobre todo, pero todo tipo de construcciones, son inventivos.

Y sueñan mucho Ber, los mortinatos de aquí, imaginan mundos que ni siquiera saben que existen. Me inspiran para tener mis propios sueños, para imaginar una vida con Isaac aquí. Una en la que tenemos hijos, y los llevamos a sus escuelas mortinatas, donde les enseñan un mundo limitado, pero también seguro ¿sabes? Estas personas, no temen por su eternidad, al menos no de la misma forma en que nosotros. Y, sobre todo, no todos ellos lo hacen, cada vez menos personas de hecho. Creen que hay reglas que pueden seguir para garantizar su paz eterna.

El Laberinto de AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora