Capitulo 28

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En mi ausencia, Marco había descubierto lo mismo que yo a través de la visión que me había inducido Sora. La muerte de mi madre no había sido un accidente. No obstante, él había descubierto algo más. El asesinato de mis padres había sido ordenado por Damon Aldengar y había recibido para ello la aprobación del consejo. Figuraba en las actas de una reunión anterior al incidente. Marco ni siquiera había tenido que rebuscar demasiado. Nadie lo había ocultado. Dentro de Almafera había sido un acto legal. Y en cuanto al crimen cometido, tan solo figuraba traición al Códice de los Guardianes de Almas.

Volví del Palacio de Cristal a casa de los Evergrey con el corazón en un puño y la única misión de encontrar un ejemplar del Códice de los Guardianes de Almas. Quería saber qué clase de acto tan horrible habían cometido para que su destino fuera la muerte y sobre todo por qué se habían esforzado en que pareciera un accidente. ¿Por qué no traerlos de vuelta a Almafera y matarlos tras un juicio público? ¿Qué crimen habían cometido?

Las luces de la casa Evergrey estaban apagadas cuando llegué. Recorrí una por una las intrincadas estancias hasta la boardilla donde estaba mi habitación, o más bien la de Yulian. Abrí la puerta con cierta brusquedad, estaba agotada, no solo físicamente, también mentalmente. Me quité los zapatos sin pensar y me lancé sobre la cama. Fue en ese instante cuando me di cuenta.

Yulian estaba dormido sobre su sillón orejero con un libro en la mano. La culpa me atravesó como una estaca el corazón. No le había dicho nada de que pensaba visitar a Marco Aldengar. Tampoco él podía imaginar lo que había pasado allí. Sentía que lo había traicionado, aunque sobre el papel no hubiera hecho nada. Había deseado hacerlo, y con eso bastaba.

Me acerqué hasta él para despertarlo, ya que mi ruidosa entrada no había sido suficiente. Entonces vi que, el libro que sostenía entre sus manos era Creados Iguales, la única historia que yo había leído escrita por un Soulhunter. Me pareció curioso, sin embargo, en ese momento no le di mayor importancia. Al fin y al cabo, pertenecía a la biblioteca personal de Yulian, era lógico que le gustara leerlo.

Debía estar en una fase profunda del sueño porque se despertó con una expresión de confusión, y miró a un lado y a otro extrañado antes de hablar.

- Artemisa... - fue todo lo que dijo cuando lo hizo.

- Yulian. – le respondí. - ¿Qué haces aquí?

- Te he echado de menos. No nos hemos visto casi desde que volvimos. No hemos tenido tiempo para hablar.

Exhalé un soplido que contenía todas las emociones que empezaban a acumularse en mi pecho.

Él se dio cuenta y me miró con preocupación.

- ¿Qué ocurre? - preguntó.

- He visto algo hoy. Tú madre ha sacado uno de mis recuerdos a la luz durante el entrenamiento. Y lo he visto. He visto como un Soulhunter utilizaba su Forma para provocar el accidente de mis padres... - le expliqué entre sollozos.

- Artemisa... - dijo él mientras me acariciaba el rostro con las yemas de sus dedos y apartaba uno de los mechones que me caían rebeldes.

- He ido a ver a Marco. Tenía que hacerlo. – continué. – Necesitaba saber por qué.

- ¿Y lo has averiguado? – inquirió Yulian.

- Solo sé que fue por orden del Consejo. Una infracción del Código.

Yulian pareció aliviado por mi respuesta, aunque en ese momento no entendí el porqué.

- Mañana investigaremos más sobre esto. Ahora deberíamos descansar. Los dos. – dijo finalmente.

El Laberinto de AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora