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Al día siguiente, como de costumbre, Sunoo fue despertado por Rose. Sin embargo, esta vez, algo en el ambiente había cambiado. Rose, preocupada y decidida, lo ayudó a prepararse para el día, pero antes de que saliera hacia casa, ella entró en la oficina del director de la escuela.

—Señor Lee, necesito hablar con usted —dijo Rose con firmeza, entrando sin esperar una invitación.

El director Lee la miró sorprendido pero cortésmente.

—¿En qué puedo ayudarle, señorita Kim?

—Es sobre mi hermano, Sunoo. Creo que algo no está bien en esta escuela y necesito su ayuda para resolverlo —explicó Rose, manteniendo la calma a pesar de la creciente preocupación en su interior.

El director Lee frunció el ceño, consciente de los desafíos legales y protocolos sensibles que rodeaban tales asuntos.

—Comprendo su preocupación, señorita , pero sin pruebas concretas...

—Lo sé, pero algo tiene que hacerse. No podemos simplemente ignorar lo que está pasando —insistió Rose, su tono aumentando en urgencia.

El director Lee suspiró, comprendiendo la frustración de Rose pero también limitado por las políticas escolares.

—Entiendo. Permítame investigar discretamente. Mientras tanto, mantendré un ojo en Sunoo.

Rose asintió, agradecida por cualquier acción que pudiera ayudar a su hermano.

Mientras tanto, Sunoo estaba en la escuela con Jungwon y Chanhee, intentando distraerse de sus pensamientos oscuros con la compañía de sus amigos leales. No les contó sobre la conversación de Rose con el director; en cambio, trató de aferrarse a la normalidad de su rutina escolar.

Jungwon y Chanhee notaron el cambio en Sunoo, la tensión que llevaba en sus hombros y la mirada perdida en sus ojos. Querían preguntarle qué estaba pasando, pero respetaban su espacio y su tiempo para compartir lo que quisiera.

—¿Estás bien, Sunoo? —preguntó Jungwon con suavidad, mientras caminaban por los pasillos hacia su primera clase.

Sunoo asintió débilmente, intentando forzar una sonrisa para tranquilizar a sus amigos.

—Sí, solo... tuve una noche difícil. Gracias por estar aquí, chicos —respondió, sintiendo gratitud por la preocupación genuina de Jungwon y Chanhee.

Los tres continuaron juntos hacia sus clases, tratando de encontrar un respiro en medio de la tormenta emocional que los rodeaba. Sunoo se aferraba a la esperanza de que las cosas mejorarían, de alguna manera, aunque la incertidumbre y el miedo seguían acechándolo en cada rincón de la escuela.

Mientras tanto, en la oficina del director, Rose esperaba con paciencia y determinación, esperando que sus acciones pudieran marcar la diferencia para su amado hermano.

Echoes | HeesunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora