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Al día siguiente, sábado, Sunoo y Chanhee decidieron ir a visitar a Jungwon para ver cómo se encontraba. Era una mañana soleada y ambos se sentían un poco más optimistas. Caminaban juntos, conversando sobre cosas triviales para distraerse de los pensamientos oscuros que acechaban en sus mentes.

—Espero que Jungwon esté mejor hoy. Odio verlo enfermo —dijo Chanhee, con preocupación en su voz.

—Sí, también lo espero. —respondió Sunoo, tratando de mantener una sonrisa.

Cuando llegaron al vecindario de Jungwon, su ánimo cambió bruscamente. Justo en la esquina, vieron a Jaemin. Sunoo sintió cómo su corazón se aceleraba y una sensación de pánico comenzaba a apoderarse de él. ¿En serio, en todo el maldito país, tenía que encontrarse con él ahora?

—Maldición, ¿qué hace aquí? —susurró Sunoo, maldiciendo para sus adentros.

Chanhee notó la tensión en Sunoo y le apretó el brazo, tratando de darle apoyo.

—No te preocupes, Sunoo. Solo apresuremos el paso y no le demos importancia —dijo Chanhee, intentando calmarlo.

Afortunadamente, Jaemin no era tan hijo de puta como Lee y Jeon. Aunque había participado en el bullying, no era tan agresivo ni violento. Parecía más bien alguien que se dejaba arrastrar por las malas influencias. Al ver a Sunoo y Chanhee, les lanzó una mirada, pero no hizo ningún intento de acercarse.

Sunoo y Chanhee apresuraron el paso, ignorándolo por completo, y pronto llegaron a la casa de Jungwon. Al tocar el timbre, fueron recibidos por la madre de Jungwon, quien los saludó amablemente y los guió hasta la habitación de su hijo.

—Jungwon, tienes visitas —anunció su madre con una sonrisa.

Jungwon, que estaba acostado en su cama, se incorporó con una sonrisa débil al ver a sus amigos.

—¡Sunoo, Chanhee! Qué bueno verlos —dijo Jungwon, con la voz un poco ronca pero claramente feliz de verlos.

—¡Hola, Jungwon! —dijeron Sunoo y Chanhee al unísono, acercándose a la cama.

Se sentaron junto a él, llenando la habitación con una energía positiva. Sunoo sintió una ola de alivio al ver a su amigo, y el ambiente cálido y acogedor de la casa de Jungwon le dio una sensación de paz que tanto necesitaba.

Pasaron el día cuidando a Jungwon, mimándolo y asegurándose de que se sintiera mejor. Le trajeron sopa, le hicieron compañía y conversaron sobre cualquier cosa que pudiera levantarle el ánimo.

—Jungwon, te trajimos unas galletas que Rose hizo ayer. Son deliciosas —dijo Sunoo, sacando una pequeña caja de galletas y ofreciéndoselas.

—¡Gracias, chicos! Se ven geniales —dijo Jungwon, tomando una galleta y sonriendo.

La conversación fluía fácilmente, llenando la habitación de risas y momentos agradables. Era como devolver el amor y apoyo que Jungwon siempre les había dado. Sunoo y Chanhee hicieron todo lo posible para que su amigo se sintiera querido y cuidado.

—¿Recuerdan aquella vez que intentamos hacer un pastel y terminamos con harina por todas partes? —dijo Chanhee, riendo.

—¡Sí! Al final, Rose tuvo que ayudarnos a limpiar todo el desastre —respondió Sunoo, sonriendo.

—Esa fue una de las mejores tardes. Aunque el pastel no salió bien, la pasamos genial —añadió Jungwon, con una sonrisa nostálgica.

A medida que el día avanzaba, Sunoo se dio cuenta de lo importante que era tener amigos como Chanhee y Jungwon. Sentía que, a pesar de todo el dolor y la oscuridad, había momentos de luz que valían la pena. Mientras estuvieran juntos, podrían superar cualquier cosa.

Finalmente, cuando llegó el momento de irse, Sunoo y Chanhee se despidieron de Jungwon, prometiéndole que regresarían pronto.

—Cuídate, Jungwon. Descansa y recupérate —dijo Chanhee, dándole un suave abrazo.

—Sí, necesitamos que estés al 100% de nuevo —añadió Sunoo, sonriendo.

—Gracias, chicos. Ustedes son los mejores amigos que alguien podría pedir —respondió Jungwon, con los ojos llenos de gratitud.

Sunoo y Chanhee regresaron a casa con el corazón un poco más ligero. Aunque sabían que aún enfrentaban muchos desafíos, el apoyo mutuo y la amistad les daban la fuerza para seguir adelante. Mientras caminaban, Sunoo sintió que, por un momento, todo estaba bien.

Echoes | HeesunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora