Capítulo 14

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-Tú y yo no hemos terminado de hablar de esto, porque estoy segura que algo ocultas y lo voy a averiguar-. Amenazó Roció apuntándole con su dedo índice-.

Abril no le respondió simplemente le hizo un gesto y desvió la mirada. Luego que su amiga ya estaba fuera y sobre la música escuchó ese ruido que tantas otras veces había escuchado. Lo reconoció de inmediato así que salió de la cocina para ir hacía la puerta de entrada. Vio a través del vidrio y antes de que Samanta pudiera poner sus llaves en la cerradura le abrió la puerta. La chica de ojos marrones se quedó viéndola con un gesto de desconcierto que era digno de enmarcar, retrocedió un paso para ver a un costado el numero como para asegurarse de que estaba en su casa y no se había equivocado, todo el día en el hospital y más todo el día pensando en abril quizás la había llevado a llegar adonde la Castaña.

-Esta sí es tú casa, así que porque mejor no entras en vez de estar ahí parada como idiota-. Expresó abril divertida por su reacción-.

-Yo... lo siento, estoy algo confundida-. Dijo entrando, ambas se quedaron ahí, sólo que con la puerta cerrada-.

A Samanta le estaba costando mucho concentrarse y crear alguna respuesta lógica al porque abril estaba en su casa, al verla con tan sólo esas diminutas prendas que dejaban bastante poco a la imaginación que eran la causa directa de su desconcentración.

-Estoy aquí porque tu hermana me invitó y están las otras porristas en la piscina-. Expresó la Castaña respondiendo a las preguntas que en su mente sabía tenía la chica-.

- Está bien, yo subiré a cambiarme-. Dijo la chica de los ojos marrones.

Samanta quería ir pronto a su habitación porque ver a abril le estaba produciendo muchas cosas, se veía espectacular y ella sabía que no lograba resistirse a ese cuerpo por mucho tiempo.

- ¿No me vas a decir cómo me queda el Bikini?... Es de tu hermana-.Preguntó con una sonrisa maliciosa-.

-Sé que es de Nuvia, soy la hermana mayor ¿recuerdas?, con la tarjeta de crédito-. Contestó bromeando para desviar el tema-.

-No me has dicho como me queda-. Insistió acercándose sensualmente.

-Tal vez porque ni siquiera me has saludado como corresponde-. Contestó siguiéndole el juego-.

- ¿Y eso cómo sería? -. Preguntó coqueta-.

Samanta la tomó por la cintura para pegarla a su cuerpo y darle un beso que de la calma paso a la pasión en cuestión de segundos. Comenzaba a recorrer con lujuria el cuerpo de su Castaña, quién dejaba escapar suaves gemidos al sentir esas manos ubicarse en los lugares correctos. Se quería dejar llevar, pero recordó donde estaban y que en cualquier momento alguien podía sorprenderlas.

-Samanta... hay más gente-. Murmuró separándose levemente-.

-Lo sé, pero no pude aguantarme más, te ves tan sexy con eso-. Le respondió mientras intentaba volver a besarla-.

-Ya pero no puedes simplemente tomarme aquí-. Dijo alejándose una vez más-.

-Mi habitación está a sólo un par de metros-. Expresó sonriente-.

Y eso sonó extremadamente tentador para la Castaña, pero sabía que era también muy arriesgado. Roció se daría cuenta de su ausencia y uniría los pocos cabos que le faltaban, Nuvia probablemente al darse cuenta que la moto de su hermana estaba afuera la buscaría por lo que también podía descubrirlas, así que por mucho que le costará tenía que tener fuerza de voluntad.

-Sabes que quiero, pero tendremos que dejarlo-. Le dijo mientras Samanta le besaba el cuello - Ya basta, ve y date una ducha fría-. Le dijo empujándola suavemente-.

Inalcanzable - rivari g!p Donde viven las historias. Descúbrelo ahora