Inalcanzable - rivari g!p

Capítulo 22

Se me ha escapado otro capítulo... 🏃🏻‍♀️

- ¡Abril hija feliz año nuevo! -.

Su madre la abrazó amorosa y la Castaña correspondió aliviada porque había sido salvada. Aun así, sabía que llegado el momento debería responderle algunas preguntas a su abuela que últimamente aparecía en los momentos menos apropiados.

Ya sólo faltaba un día para volver a clases después de las vacaciones de Navidad y ella conducía hacía el aeropuerto para que su abuela tomara el avión de vuelta a su hogar. Había disfrutado mucho de su compañía de la mujer, dejando de lado la experiencia de la aquella mañana, todo lo demás había sido muy agradable, por lo que le deba tristeza tener que despedirse.

- ¿Cuándo vienes a visitarnos de nuevo, abuela? -. Preguntó la chica-.

-Para tú cumpleaños-. Respondió-.

-Pero falta mucho para eso-. Le reclamó poniendo caritas de nena pequeña-.

-Bueno, intentaré venir antes-. Abril sonrió eso siempre funcionaba. Una vez ya en el aeropuerto, la abuela estaba lista para abordar.

-abril, recuerdas lo que te decía de pequeña-. Preguntó-.

- ¿Cara de basura? -. Interrogó frunciendo el ceño-.

-abril-. Le dijo en tono de advertencia-. Eso sólo fue un par de veces y es porque ya me tenías harta-.

-Lo sé -. Aceptó-. Recuerdo que siempre me decías que debía luchar por lo quería, que nunca dejara que alguien me humillara, que un Garza siempre debía darse a respetar-. Enumeró-.

-Sí, te dije todo eso-. La detuvo-. Pero lo que más te repetí es que siempre siguieras tú corazón, cariño, porque yo lo que quería era verte feliz y quiero que sepas que eso para mí sigue siendo lo más importante - abril sintió las palabras de su abuela y la abrazó con fuerza. -Tú siempre has sido especial para mí, lo sabes, y no me importa a quien elijas mientras quien sea te merezca y te haga feliz-. Le susurró-.

-Gracias abuela-. Le contestó-.

-Y por lo que vi cumple ambas-. Murmuró-.

Se separó y le guiñó un ojo, para luego comenzar a caminar hacia dónde debía abordar. Abril sonrió y sus ojos se cristalizaron de emoción, no eran necesarias más palabras para que comprendiera el mensaje.

Samanta caminaba por los pasillos de la escuela. Había pasado ya más de un mes después de las vacaciones de Navidad y no podía negar que las cosas estaban diferentes.

Por un lado, abril, con quien seguía manteniendo eso que se parecía cada día más a una relación, porque la Castaña ya no la buscaba solamente para tener sexo, incluso ahora se permitían tener sesiones de películas con sus otras amigas, la incluía en cada plan que tenía y eso le gustaba mucho, porque sin duda la estaba queriendo a cada momento un poco más. Esas miradas cómplices se multiplicaban y los roces de manos ocultos debajo de la mesa que compartían con sus amigas en la cafetería ya eran habituales. ¡Demonios que era sólo un movimiento para hacer ese roce sobre la mesa! Pero aquel movimiento significaba demasiado. Porque su real problema es que aún tenía una novia. Jess, si por lomenos su nombre no lo olvidaba aún, quien se mostraba posesiva y extremadamente territorial.

Lo que había desencadenado más de una pelea que había tenido a Samanta a un segundo de terminar con ella. ¿Por qué no lo hacía? Porque su novia parecía presentirlo y cuando ya le iba a soltar la frase para terminar, ella se le adelantaba diciéndole cuanto la amaba y lo mucho que la necesitaba a su lado. Entonces los remordimientos se la comían y no era capaz. Cobarde, se repetía una y otra vez en su mente.