Capítulo 7

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Maratón de fin de semana 1/6 👀🤘🏼

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-Hola-. Saludó Samanta acercándose tímidamente-

.-Hola-. Respondió intentado sonar indiferente-.

-¿Para que querías que viniera?-. Preguntó insegura, esa postura fría de Abril la confundía -Si quieres asegurarte de que no le he dicho a nadie lo que pasó entre nosotras, tienes mi palabra de que sigue siendo nuestro secreto-. Explicó hablando muy rápido-.

Abril la miró recorriéndola descaradamente, alzó una ceja y le dio una sonrisa, sabía que Samanta estaba hablando tanto y tan rápido porque estaba nerviosa y le encantaba ponerla así. La explicación no pudo importarle menos, la verdad es que desde que se conocieron Samanta le había dado confianza, las veces que le prometió algo siempre lo cumplió, por lo que ahora no tendría porqué ser la excepción. La Castaña se fue acercando lentamente hasta romper toda distancia entre ambas. Se aferró a su cuello y acercó sus labios para darle un beso que simplemente le quitó la respiración. La lengua de Abril pidió entrar de manera violenta y no tuvo obstáculo por parte de Samanta quien abrió su boca para luego con sus manos tomar  posesión de la cintura de la chica y atraerla hacía ella, requería con urgencia del contacto de su cuerpo. No entendía que poder ejercía Abril Garza sobre ella, ni como ese aroma tenía la facultad de embriagarla al punto de perder la razón, lo único que tuvo claro en ese instante es que la necesitaba. La necesitaba completamente para ella.

Abril fue empujándola hasta que la otra chica golpeó su espalda contra la puerta, la Castaña ágilmente con una de sus manos buscó el pestillo de la puerta para asegurarse de que nadie entrara a interrumpirlas. Samanta comprendió el mensaje y rápidamente hizo un cambio de posiciones, tomando en parte el control de la situación. Se apropió de su cuello y aprovechando su mayor altura y fuerza la tomó por la cintura para que Abril envolviera sus piernas alrededor de su cadera. La llevó hasta el lavamanos para apoyarla y seguir besando y tocando todo el cuerpo de esa mujer que la enloquecía. Abril lo primero que le quitó  a Samanta fue el pañuelo para continuar con la estorbosa camiseta que la estaba privando de ver ese cuerpo atlético. Samanta no se negó y levantó los brazos para facilitarle el trabajo, mientras ella buscaba el cierre del uniforme de Abril para sacarlo pronto de su cuerpo. En sólo un par de segundos ambas ya estaban semidesnudas comiéndose la boca a besos ardientes mientras sus manos recorrían con deseo el cuerpo de la otra. Abril sentía cómo la humedad ya se había apropiado de su sexo y necesitaba más que caricias para apagar todo ese fuego que la poseía por dentro. A tientas con una de sus manos buscó su bolso y sacó de el un preservativo. Samanta no se había percatado de la acción porque estaba demasiado ocupada sacando el sujetador de la Castaña para recorrer con su lengua esos pezones que se ponían duros al más mínimo contacto, con su mano los masajeaba para volver a la boca de Abril y morder con desesperación su labio superior. Podía sentir como ese bulto entre sus piernas crecía, y pedía gritos ser liberado.

Abril quitó también el sujetador de la chica para quedar en igualdad de condiciones, el roce de sus pechos la volvía loca. Luego se lanzó a desabrochar con habilidad el jeans que llevaba Samanta, lo bajó lo suficiente para poder deshacerse rápidamente de la ropa interior y que el erguido miembro se mostrara en todo su esplendor. Lo comenzó a acariciar, como lo había hecho la primera vez, sólo que ahora no tenia la más mínima intención de que acabara en su mano, sino dentro de ella.

Los gemidos que Samanta emitía al sentir esa intensa caricia, hacía que Abril se excitara más aún si eso era posible, por lo que ya necesitaba tenerla dentro de sí.

-Vamos quítame la ropa y ponlo dentro de mi-. Susurró la Castaña-.

No se lo tuvo que repetir, con un movimiento quito  la pequeña tanga, dejando solamente la diminuta falda que no era impedimento para hacer lo que su Castaña le estaba pidiendo. Abril rompió el envase del condón y ella misma lo puso dónde correspondía. Aprisiono con más fuerza sus piernas alrededor de la cadera de Samanta para sentirla más y que así pudiera comenzar con las embestidas. Samanta ubicó su pene con cuidado para comenzar a penetrarla lenta pero fuertemente, la perfecta cola de caballo había desaparecido del cabello de Abril dando lugar a un look desordenado y salvaje. Clavaba sus uñas con fuerza al sentir cada profunda arremetida, en dónde el potente miembro chocaba con su clítoris produciendo un placer indescriptible. Sus movimientos se fueron tornando veloces, sus pelvis chocaban cuando la Castaña era penetrada y los gemidos eran ahogados en el cuello de Samanta quien no estaba menos excitada, porque cada encuentro con su chica era cada vez más pasional.

Inalcanzable - rivari g!p Donde viven las historias. Descúbrelo ahora