Capítulo 35

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Maratón 2/?

Samanta estaba en recepción esperando a que Abril bajara. Una vez que llegaron a su habitación ella se metió primero a la ducha ya que ella tardaba menos de quince minutos, mientras que Abril en darse un baño y prepararse tardaba una eternidad.

Así que al salir, se cambio y le aviso que la esperaría abajo. Optó por usar un jeans oscuro, una camiseta blanca con botones adelante y su chaqueta de cuerpo, porque irían a cenar pero había consultado en recepción por algún restaurante que tuviera buen ambiente y que cumpliera con algunas de las cosas que buscaba y le recomendaron uno, que era informal y tenía buena fama con la comida. Había pasado un buen tiempo desde que bajo y no podía negar que estaba algo nerviosa, eso se sentía como una cita, una que no habían podido tener nunca.

Antes que sus nervios la comenzaran a traicionar la vio. Venía caminando y captando todas las miradas a su paso, con un vestido que sin duda era de infarto en color negro, cortísimo, con un escote pronunciado y una coqueta chaqueta blanca encima.

Samanta sentía que no podía cerrar su boca y cerró un poco las piernas ya que el sólo verla le provocaba infinitas cosas.

-Hola-. Saludó Abril -.Samanta aún no recuperaba el habla. -¿Estás aquí?-. Preguntó Abril pasando una de sus manos enfrente de Samanta-.

-Si... Es que tú... Te ves realmente hermosa-. Dijo-.

-Gracias-. Contestó-. ¿Nos vamos?-.

-Claro-.  Samanta comenzó a caminar hacía la salida y no espero que al sólo haber recorrido algunos metros Abril le tomara la mano y entrelazara sus dedos, esos eran gestos que su Castaña nunca tenía en público, pero que se sentían condenadamente bien.

Consiguieron un taxi sin soltarse en ningún momento. No hablaron mucho durante el trayecto y sólo se regalaron miradas enamoradas. Cuando llegaron, Samanta le pagó al taxista, salió y le mantuvo la puerta abierta ofreciendo su mano para que Abril bajara. El restaurante era de comida latina, lo que le sacó una sonrisa a Abril. Era un lugar muy bien ambientado con música en vivo y decoración que hacían pensar que se estaba en alguna playa de Puerto Rico y no en pleno centro.

-¿Te ha gustado?-. Preguntó Samanta sentándose en una mesa de dónde podían ver a la banda y mucha gente bailar en la pista-.

-Sí-. Respondió-. Una chica no demoró en tomar sus órdenes.

-¿Has disfrutado del día?-. Preguntó Abril -.

-Sí, al contrario de ti lo he disfrutado, he hablado con muchas personas, algunas casi me convencen de venirme a estudiar aqui el año entrante-. Comentó-.

-Escuché a uno de ellos decir que si tú quisieras ya podrías estar en la Universidad -.Samanta  sonrió algo incomoda.

-Podría desde los quince más o menos-. Contestó-. Digamos que soy inteligente-.

-Samanta, eres más que sólo inteligente, nunca en tú vida has sacado más que A, en todas las asignaturas-. Agregó Abril -.

-Si, pero eso no quiere decir que este preparada para la Universidad, no podía irme así y dejar a Nuvia y a papá, además yo sólo quería tener algo en mi vida que fuera normal, ya sabes, soy lo suficientemente "diferente" cómo para adicionarle ser la adolescente de quince años que esta en la Universidad con todo lo que eso implica-. Explicó Samanta-.

Abril comenzaba a entender que para Samanta era difícil enfrentar el ser diferente, el tener una diferencia física que probablemente no todos aceptaran.

-Tú no eres diferente-. Expresó la Castaña tomando su mano sobre la mesa-. Eres especial, lo que no es lo mismo -. Samanta  la miró con adoración en su rostro, abril nunca la había hecho sentir como un bicho raro, nunca la miró con asco por tener genitales masculinos en vez de femeninos como correspondía, al contrario, quizás demasiado al contrario porque a la Castaña le gustaba demasiado lo que ella tenía.

Inalcanzable - rivari g!p Donde viven las historias. Descúbrelo ahora