CAPÍTULO 14

145 71 18
                                    


" Lo mío fue un acto de justicia: te robé un   beso porque tú llevabas meses robándome  el sueño"


Mario Benedetti

Calypso

Una decisión impulsiva.

Ya son dos días que estamos aquí organizando todo para el lanzamiento al nivel internacional del nuevo proyecto de la empresa, la digitalización de los materiales de construcción. No he tenido un tiempo para mí, no he tenido noticias de mi madre en dos días y me angustia, no me gusta durar tanto sin saber de ella.

Con Jemison hemos hablado y me ha explicado las cosas, me di cuenta que reaccioné mal, más por la presencia de Lykos que por otra cosa, me he disculpado con mi amigo y estamos como si nada hubiera pasado y eso me encanta, son la única familia que tengo y enfadarme con ellos siempre me deja un mal sabor en la boca.

Hemos terminado de arreglar todo, la parte marketing del proyecto ya está listo, los materiales que tenemos que presentar ya estamos eso también, hemos avanzado mucho por eso hoy hemos quedado los tres ir a festejar en el Casino. Sí, hemos escogido ahí porque quiero hablar con Gabriela, la he estado llamando pero nada, y a su hermana tampoco coge las llamadas y me urge hablar con ella.

El cuento que me quiere vender Lykos Lancier sobre su desinterés de que yo forme parte de su empresa no me lo compro, yo sé que al firmar los documentos tenía otra idea en la cabeza y lo voy a descubrir y hoy es una oportunidad.

****

Con los chicos estacionamos en el parking del Casino, son casi las nueve de la noche y no hemos cenado nada porque decidimos hacerlo aquí.

Cuando bajamos todos ellos se van a nuestra mesa, mientras yo me dirijo al área de la cocina buscando la terca de Gabriela, quién está concentrada cortando cebolla y dejando salir lágrimas cuando llego.

—¡Hola terca! —sobresalta al escuchar mi voz.

Me paro frente a ella con las manos detrás de mí, sosteniendo mi cartera.

Me mira y no me consta, sigue cortando sus cebollas, tiene muchos en la cesta que cortar y ya hay una gran cantidad cortada a su izquierda.

—¿Estás molesta conmigo, terca? —se limpia una lágrima.

—¿Tendría que estar molesta contigo Caly? —sigue cortando y las lágrimas siguen saliendo.

—No, a que yo sepa no te he hecho nada.

—Claro, tu nunca haces nada. —su tono es puro sarcasmo.

Está muy molesta conmigo y no sé de qué exactamente.

—A ver ven aquí —tiro de ella dejando de lado la cebolla— no me gusta mucho la actitud que estás tomando conmigo, terca, así que dime porque estás molesta conmigo.

—Mi hermana me corrió de la casa y tú no me has llamado para saber nada, solo te importó quedarte en mi cuarto. —le tiembla la voz.

Ah eso. Debí intuirlo.

—Mira terca, no voy a pelear las decisiones de tu hermana, sabés muy bien que entre ustedes nunca me he metido y no me meteré nunca, pero —dejo mi cartera sobre la barra y la tomo de los hombros— pensaba que tu querías ir a vivir con Gael ¿No —asiente— ¿Entonces?

—Es que quería...Quería saber qué podía contar contigo.—su voz se quiebra esta vez.

—Mi terca. —la trajo a un abrazo— sabes que puedes contar conmigo siempre, te quiero como a una hermana —la alejo para verle la cara— te quiero mucho, mucho

LA RULETA NEGRA [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora