Eres Mía

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        El té estaba sobre la mesa, escuchó la ventana ser azotada por el viento. Sus ojos estaban pegados a un punto fijo en la pared, la desconfianza podría hacer estragos en un hombre, podía verla una y otra vez, y aunque una parte de él no lo creía, otra se mantenía suspendida, en espera del golpe que lo hiciese caer. Una semana después de que la primera carta llegase, sucedió de nuevo.



"Te veré al oscurecer en el mismo lugar"



    El aire se volvió escaso en sus pulmones, una inconstante y fraccionada cantidad entraba y salía en rápidas repeticiones, su cabeza explotaría, mientras apretaba su mano con fuerza; Por primera vez sentía que su vida se caía a pedazos, quería acabar con el trozo de papel en sus manos.

-¿No es suficiente para que lo veas? Se ve a escondidas con él -Miró a Julia, intentaba entender lo que sucedía, el trozo de papel en sus manos, las miradas de su Hermana y George sobre él ¿Qué era esto?-

-Haz que se la entreguen- Louis dobló el papel y lo extendió hacia George-

-¿Señor?

-Dije que se la den -Su voz teñida en amargura, su mirada perdida, cada músculo de su cuerpo en completa tensión. ¿Podría estar en una especie de trance? Nada podía ser cierto en este momento-

-¿Dejarás que siga pasando? Louis eres mucho más que esto

-Hazla llegar a su doncella George -Louis observó al Hombre- Cada vez que llegue una como estas, me lo harás saber a mi primero -Miró a su Hermana- Julia te Quiero fuera de esto- El hombre asintió y salió del despacho-

-Es una adultera -La escuchó sisear. Sucumbir ante la ira no fue difícil con las palabras pronunciadas por su Hermana-

-¡No Vuelvas! -Exhalo- No la llames de esa forma -Julia se recargo sobre el escritorio-

-¿La perdonarás por esto? -La mente de Louis iba a todo velocidad, todos y cada uno de sus días juntos, la conocía, la conocía demasiado bien. Ella no sería capaz, ella jamás haría algo así -Louis todos hablan de ti, del hombre que deja que su esposa se pasee en un baile con otro. ¿Qué diría madre de esto?

-Ella no irá a verlo Julia, estoy seguro. Por eso pedí que le entraran la misiva -La mujer se irguió observándolo con desdén-

- Estas ciego, demasiado enamorado para ver lo que está frente a tus ojos -Louis se puso de pie de forma brusca, caminó hasta la botella de Brandy y la llevó a sus labios, no buscó un vaso donde vaciar una cantidad del líquido ámbar, solo se Tragó la mitad desde la misma botella-

-Déjame solo -Su garganta ardía, la sensación tal vez eliminaría su capacidad de pensar-

-Louis tú no eres así. Siempre sabes que hacer, siempre tienes una solución para todo -Ella intentó alejar el Brandy pero el alejó la botella de su alcance- Tú eres el hombre más centrado que conozco, mi hermano no permitiría que esto se escapara de sus manos y jamás ahogaría sus penas en alcohol- Quitó la botella de sus manos- Todavía tienes a Elizabeth, todavía me tienes a mi - El cerró sus ojos, el aire salió de el con pesades y por primera vez Julia vio a su hermano romperse, una lagrima se deslizó por su mejilla y ella se acercó abrazándolo-

-Daría mi vida por ella, daría todo lo que tengo para hacerla feliz -Julia tomó sus manos y lo observó-

-¿Pero que a caso el amor no debe ser recíproco?-Apretó sus ojos con fuerza-

-Ella me ama, todo esto, Julia todo esto es un mal entendido -Su hermana sonrió escuetamente-

-Ella lo quiere a él -Louis abrió sus ojos de forma aterradora, sus fosas nasales aleteaban y la vena en su frente se elevó al igual que el color en su rostro. Julia dio dos pasos atrás, nunca había visto a su hermano de esta forma-

-No quiero escucharte -Su voz rasposa se escurrió, fue casi un grito y ella salió enseguida. Su sangre corría por sus venas a toda velocidad. Sentía los bombeos acelerados de su corazón y como cada vena de su cuerpo se contraía, puso sus manos en la pared dejando que su cabeza colgara -Es Penelope, mi Penelope- Rodó su cabeza con la mandíbula apretada- Ella no lo haría- Subió las escaleras, era casi medio día, miró el pasillo hacia su habitación dando algunos pasos, no podía verla, se detuvo, no era capaz de ver su rostro, esto lo destruiría, lo acabaría escuchar su voz, su corazón se volvería pesado y caería al fondo. Agitó su cabeza y regreso al despacho. Esperó y esperó hasta que se escuchó un leve toque sobre la madera-

-Lu ¿Estás ahí? -Él hizo silencio, no dijo una palabra mientras ella llamaba a la puerta -¿Louis? - Él conflicto de su cabeza era irremediablemente una gigante avalancha que lo estaba arrastrando y al escuchar su voz de nuevo, se puso en pie y caminó. Giró la perilla y la observó de pie frente a él, ella tenía una pequeña sonrisa en sus labios, sus ojos dieron con los de él, ella parpadeo dos veces y su pequeña sonrisa se perdió -No has comido nada en todo el día -Examinó su rostro, Louis se veía, parecía miserable, enojado y sus ojos, era como si una inmensa tristeza estuviese acumulada, como si fueran dos fosos profundos de desesperación. Ella empujó la puerta con intenciones de entrar, pero el agarre de Louis sobre la madera le impidió siquiera mover un centímetro la puerta, frunció el ceño sin entender, pero el de pronto sonrió, sonrió y su mirada cambió

-Lo siento Penny -Tomo su mano y la beso haciéndola pasar-Tengo demasiado trabajo y las horas se pasaron sin que lo notara- Ella asintió y tomo asiento, detalló su rostro de nuevo, su semblante era diferente al que la había recibido, pero, algo estaba mal y él noto su consternación-

Sra. YoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora