La oscuridad se apoderaba de él, sentía como recorría sus venas, incapacitando cada parte de su cuerpo, perdía toda su voluntad y sentía como los trozos de su corazón vibraban por ella. Su presencia era suficiente para entenderlo, desear algo prohibido acabaría con todo en él. Su rostro era la razón por la que conocia la sumisión, no había otra forma de explicarlo, la necesidad de hacerla suya, el arrasador y agobiante dolor al no tener el valor de besarla, estaba fuera de si mismo. Caer rendido ante la belleza de ella era lo único a lo que llamaría un veneno. Sería su eterno amante, se enfrentaría a todo lo conocido en esta tierra y ahuyentaría a la propia muerte tan solo si lo ella lo aceptase. Quería beber de su cuerpo, pues era un tósigo que sabría a miel en sus labios. Si se tratase de sufrir, él estaba dispuesto a ser esclavo del dolor por Penelope.
-¿Colin?-Sólo habían tenido tres encuentros que la hicieron sentir que volvía el tiempo atrás, cuando con su pluma y pergamino recorría las calles de Mayfair. Pero cuando pisaba ese lugar, todo desaparecía, al traspasar la puerta y sentarse frente a Colin algo en ella se encogía y la culpa de nuevo aparecía. Al inició pensó que sus sensaciones resurgiendo por Colin eran la razón, pero a medida que cavilaba en sus interacciones solo descubría que aunque en verdad quería a Colin, aunque se divertía con él y no paraban de reír, esas sensaciones no eran más que atracción física, un tipo de tensión la cual años atrás desconocía, pero de la cual ahora era muy consciente, su cuerpo se sentía atraído hacia él, del modo en que se sentía atraído al de Louis. Sin embargo, no con la misma intensidad.
Ella comenzó a sospechar que Colin sentía lo mismo, ahondó en ello aquella mañana, meses atrás en Hyde Park, cuando se preguntó por qué estaba tan curioso por saber si en verdad amaba a Louis, la forma en que la miró y tomó su cabello. Colin estaba dando señales erróneas que ella estuvo recolectando, él espiándola, él pareciendo celoso, él intentando estar demasiado cerca. Aunque fuese absurdo se sintió tentada a probar su teoría y al morder de forma descarada aquella uva, quería medir su reacción, quería aclarar su propia visión y entender lo que pasaba por la cabeza del hombre y, cuando se dio cuenta no hubo vuelta atrás. Algo en ella sentía satisfacción por tentarlo, pero otra parte de ella, la sensata y que a su vez tomaba más posecion de sí misma se negaba a hacerlo. Aún así, se había percatado de que el descubrimiento de Colin sobre su persona era la principal razón de que el hombre pareciese babear, concluyendo en que no necesitaba ser una seductora para hacerlo perder la cabeza. Y era por ello, que aunque quisiese ayudarlo, lo cual había estado haciendo con mucho esmero, no sabía si seguiría siendo lo correcto, a pesar de esa débil y superficial atracción, ella desconocía la fuerza de la que sentía él por ella ¿Podría seguir siendo algo meramente tentador?
-¿Sí?
-¿Recuerdas que te dije que podías dejar la porción en la que hablabas de las chicas Francesas? -Colin Saltó ante las palabras de Penelope-
-¿Tú lo dijiste? -Ella lo miró exasperada-
-Si dejases de perderte en tu cabeza podrías escuchar las correcciones -Colin espabiló-
-Oh, yo -Penelope agitó su mano en el aire-
-A veces me preocupas -Cambió la posición de su cuerpo y dejó que sus codos se apoyaran sobre la mesa-
-Prometo no hacerlo de nuevo
-Bien -Colin no lo podía evitar, su mirada cayó sobre aquellos dos grandes atributos de Penelope, su cuerpo apoyado sobre la mesa hacia que sobresalieran aún más y ¿Eran más grandes ahora?
-Es gracioso esto de Perseguir al hombre que prepara los croissant, si recuerdas mejor la historia puedes describir un poco más de ella -Penelope desvió su vista del diario hacia él -¿Qué estas viendo exactamente? -Colin Carraspeó y ella se levantó de su silla- Debería irme, arregla lo que dije y asegúrate de devolverme el diario
-Penelope no, por favor no te vayas, yo lamento, soy hombre -Ella abrió sus ojos-
-Nunca hacías ese tipo de cosas antes
-Puede ser que tu no lo notarás -Titubeó-
-Dios mío, no puedo creer que digas eso -Él la tomó de los brazos-
-No te vayas es solo que, ahora digamos -Carraspeó- Son más -Agitó su cabeza -
-¿Más grandes? -Colin se ahogó con su propia saliva e intentó caminar lejos de Penelope. Era obvio que fuesen más grandes, estaba embarazada, no se lo diría pero, hasta ella lo había notado, sus vestidos estaban comenzando a dejar de entrar con facilidad-
-¿No Acabas de decir eso? ¿O sí?
-Colin, soy una mujer casada, sé las cosas que le gustan a los hombres, o al menos las que le gustan a mi esposo y puede que no sean muy parecidos él y tú, pero algo sí sé -Caminó hasta su silla y se sentó ojeando de nuevo el diario- Todos son iguales en ese aspecto-
-No quiero oír sobre los gustos de tu espo- Se detuvo y ella sonrió -
-¿Por qué? -Una de sus cejas se elevó-
-Creo que no me acostumbro a que ya no seas inocente -Penelope se echó a reír-
-La debilidad, la inocencia que tanto se predica del bello sexo, no es más que una forma cortés e interesada de llamar a la ignorancia -Ella le dio una sonrisa sesgada-
-Nunca te he creído ignorante
-Nunca lo he sido, al menos no del todo -Tomó su pluma y escribió algo en el Diario de Colin- ¿Sabes quien lo dijo? -Lo preguntó sin apartar su vista de las hojas-
-En verdad no lo sé -Ella hizo un leve gesto de descontento ante su respuesta -
-¿Sabes quien es Mary Wollstoecraft? -La vio escribir algo más en su diario y agitó su cabeza-
-Debo admitir que desconozco de quien se trata -Penelope mojó la Pluma con tinta y prosiguió con su escritura-
-¿Cuáles son tus libros favoritos? -Colin soltó el aire y ella miró sus ojos, aunque intentase no comparar a Colin y Louis, sabía que lo estaba haciendo-
-Temo que solo he leído de Historia y libros de Geografía -Ella sonrió y echó su espalda hacia atrás-
-Los de Historia son interesantes -Se masajeo un poco la espalda y volvió a tomar la Pluma sin dejar de verlo-
-¿Qué libros lee Louis? -Ladeo el rostro, no pensó que él lo preguntaría, pero dentro de su cabeza estaba creando una exégesis, no era conveniente debido a su unión con Louis, pero solo lo hizo-
-Interesante pregunta -Sopeso- Me es imposible creer que en verdad preguntes sobre ello, a veces pienso que finges que Louis no existe- Colin Bufó-
-Y lo hago, no puedo querer a alguien que me robó a mi mejor amiga -Pen Humedeció sus labios, pasando por alto su último comentario-
-Le gustan los libros de Ciencia Ficción, de hecho lo conocí leyendo uno
-¿Frankenstein? -Ella asintió-
-Se inclina mucho por los de Historia, pero tiende a aburrirse, lo he encontrado algunas veces leyendo algunos de Misterio y asesinato -Sonrió- Y aunque trata de fingir que es alguien serio y muy centrado -Retuvo el aire y desvió su mirada - Le encanta el romance, la poesía y todo lo que sea demasiado trágico y que te haga sentir que el corazón te saldrá por la boca- Esa era la sonrisa, una que solo veía en ella cuando estaba con él, con Young, aunque intentase convencerse a sí mismo de que ella seguía albergando sentimientos por él, a veces todo parecía esfumarse-
-¿Lo Amas? -Preguntó cabizbajo, Penelope sabía que siempre evitaba responderle, ella lo hacía por dejarlo intrigado y sacarle de quicio, pero en ese preciso momento lo extrañaba, extrañaba demasiado a Louis y a pesar de solo faltar una semana para verlo, ella no quería, simplemente no quería atrapar todo dentro de ella, necesitaba decirlo en voz alta y quería que Colin al fin lo supiese-
-Lo Amo con todo mi Corazón- Los ojos de ella miraron la profundidad de los suyos- Y lo extraño como no tienes una Idea- Su voz se quebró, oh sus emociones de nuevo- Perdona -Intentó alejar las lágrimas pero fue un poco tarde porque una escapó-
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Sra. Young
RomanceQuien te viera, ojos piadosos y cabello del color de un atardecer, quien te tocara, con esa piel de algodón y esas pecas envidiadas. Tu dulce voz, oh esa voz de angel que estremece mis sentidos, eres perfecta y aun así mis ojos se negaron a verte. E...