Propósito

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       Todo quedó en silencio luego de que esas palabras atravesaron sus oídos ¿Qué tantas posibilidades existían de que esto no fuese un sueño? ¿Estaba aún inconsciente? Miró el rostro del Hombre, un estoico varón de unos sesenta años al que había estado viendo durante los ultimos meses. Su constante voz apacible, sus uñas demasiado limpias y mirada cansada, era un hombre interesante si se podía decir, un conocedor de su oficio. Ella se había sometido a procedimientos que él aseguraba la ayudarían a darle un hijo a Louis, algunas cosas eran específicamente extrañas, como el día en que hizo dibujos ante Louis y ella de posiciones en que... Algo incomo en efecto, aunque no demasiado en la práctica. Había bebido jarabes amargos, demasiado dulces o con asqueso olor.

Y, después de meses -¿Está Bromeando? - Él hombre hizo una mueca la cuál se supone iba destinada a equivaler a una sonrisa, y vio fijamente sus ojos-

-¿Le mentiría con algo como esto? -De pronto algo se encendió en su interior, mil antorchas dentro de ella, una luz inigualable, un amor incalculable, una devoción que superaba todo lo que creyó posible; Tocó su vientre y apretó sus labios, las lágrimas aparecieron y su boca se estiro en una sonrisa-

-Evie -Sollozó- Lizzie. Ustedes, oh Dios ¿Ustedes escucharon eso? -Elizabeth corrió a su lado y la estrechó en sus brazos-

-Lo he escuchado Hermana, me hace tan feliz - El médico salió de la habitación en silencio, Penélope con el llanto en sus ojos vio como atravesaba la puerta y dijo en voz alta-

-Le agradezco Mucho -El hombre se detuvo y la miró- Gracias por su ayuda -Él inclinó su cabeza-

-Señora Young ¿Soy yo a caso el encargado de dar vida? -Levantó su dedo índice y apuntó hacia arriba- Cuídese -Sonrió, no una mueca, una sonrisa real - Dele mis Felicitaciones al Señor Young.

-Él será el más feliz -Exhalo- Sé que será el mejor Padre- Sonrió e inclinó su cabeza. Él hombre partió de la casa Young. Él nunca lo dijo, pero creyó que Penelope no podría quedar en cinta, no solía rendirse, pero los casi dos años sin concebir le daban solo malos indicios. Para la fortuna de todos, había un bebe de unos dos meses creciendo dentro de ella y ver la felicidad en sus rostros lo llenaba de satisfacción.

...

Pen no puedes venir aquí, no a la casa donde están Anthony y Benedict. Al menos no para verme a mi. Ven a mi lugar de soltero al oscurecer.


Penelope observó la carta que Evie le había entregado, rodó sus ojos y tomó aire. No sabía si sería buena idea hacer eso, Colin estaba de mente si creía que ella iría a escondidas a su piso de soltero -¿Éste era el baño improvisado? -Miró a su doncella-

-No tenía otra excusa para hacerla subir a su habitación -Penelope extendió su mano dándole la carta-

-Quémala Evie

-¿Qué es lo que desea el Señor? -Penelope acomodó su cuerpo en la cama, se había mantenido acostada en contra de su voluntad desde el momento en que la llevaron allí tras su desmayo-

-Él quiere que vaya a verlo -Evie saltó-

-¿Usted irá? -Penelope la miró-

-Evie no puedo salir de casa, y yo, no creo que sea correcto verlo a solas -Bajó su mirada a su vientre y trazó círculos sobre él- ¿Crees que sea Niño o Niña? -Evie caminó hasta su Señora y miró atentamente su rostro-

-¿Qué desearía usted? -Su rostro se iluminó, y dejó que ambas manos reposaran sobre el lugar donde crecía su hijo-

-Solo imagino a un Hermoso Niño que posea los ojos de su padre -Evie dejó que una pequeña risa se escapara de sus labios -Pero sin dudas, una Niña con los cabellos color oro de Louis, Oh me encantaría que fuese una Niña -Era Feliz con solo Soñar despierta con ello -Pero lo más importante, debe ser amable, y daré lo mejor de mi para que sea inteligente, debe serlo -Abrió sus ojos de forma brusca- ¿Y si son dos?

-Señorita, es muy pronto para decirlo

-Espero los días pasen muy rápido, aunque también me aterra la idea del parto -Evie apretó su mano-

-¿Qué hará con el Señor Bridgerton? -Penelope espabiló, no podía ir en ese momento, ni tampoco estaba segura de sus razones para verla a solas-

-No lo sé, supongo lo veré en la boda de Eloise -La boda sería en dos días, por supuesto acompañar a El era su obligación y en efecto visitaría la casa Bridgerton pero últimamente cuando visitaba a Eloise, nunca veía a Colin- Enviaré una nota -Evie buscó la Pluma y un trozo de pergamino, la vio sentarse y escribir-

Querido Colin, hazme llegar tu Diario, haré lo posible por leer y hacer correcciones si lo considero necesario. En cuanto a ir a donde pides, me es imposible y lo sabes. Te veré en la boda de Eloise.
...

-Señora ha Llegado correspondencia del Señor -Era casi medio día del día siguiente, el cielo estaba despejado y el jardín fue una increíble elección para un avance a la lectura de su libro, la carta que le envió a Colin no fue respondida, no sabía la razón, pero realmente no prestó demasiada atención a ello y la llegada de correspondencia de Louis le provocó un estado de total felicidad. Extendió su mano enseguida y retiró el sello.

¿Penny recuerdas nuestra noche de Bodas?
Unos tiernos abrazos, y leves besos, esa noche aunque por extraño parezca tiene un lugar predilecto dentro de mi. Cada instante permanece tallado en mi corazón. El aroma a lavanda impregnado en la seda de las sábanas ¿Por qué la has Abandonado?

Mi memoria a recopilado los eventos de esa noche, he vertido mis recuerdos y los he transformado en palabras, lo que sentía, lo que sentí, lo que siento. No hago más que pensarte.

¿Y si tú piel fuera mía?
Blanca Flor. Has sido mi más ferviente deseo. Tú suave y cálido tacto, moriría.

¿Sí de tus mejillas fuera yo el único dueño?
El carmesí abrazándolas es la razón de que mi corazón se detenga, déjame besarlas.

¿Si solo yo viviese en tus sueños, podría disipar tus miedos?
He venido a este mundo con él fin de pertenecerte.

¿Y sí tus ojos me miransen con esa ternura majestuosa?
Soy un esclavo de Ellos.

¿Sí pudiese sentir la textura de ese tú rojizo cabello?
El cobre envidia su brillo y el sol añora reflejarse en él.

¿Que más quisiéra? Y de nuevo me pierdo en la belleza que fragancia deja en el aire. Lavanda, oh lavanda, ¿De qué te quejas? Si ella te derrama sobre su cuello. Oh lavanda que afortunada, eres la que su piel acaricia. Lavanda ¿Acaso no lo notas? que envidia sienten de ti perfume de lavanda pues tu la tocas.

Tuyo, hoy mañana y Siempre
Louis Young

Sra. YoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora