TERROR

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-Nena...-escuché su voz llamarme pero estaba sumida en el sueño.-April, debo irme nena.-le oí decir lejano, mientras luchaba por levantar mis parpados, sentía sus dedos recorrer mi espalda y costados.

No quería levantarme, habíamos desgastado nuestros cuerpos y energía amando y venerando cada parte del otro, como solo él y yo sabíamos.

-April, me esperan en el aeropuerto...-solo escuchar la última palabra mis ojos se abrieron de golpe. Me senté apresuradamente y aquello desestabilizó mi organismo provocándome un mareo.-Hey, calma. No es necesario que te levantes. Solo quería despedirme de ti.-susurró con la frente llena de arrugas y recostándome sobre una almohada. Estaba recién duchado y perfectamente vestido.

-No mi amor, no dejaré que te vayas sin comer algo, dame un par de minutos para prepararte algo rápido...-intenté ponerme en pie.

-Aunque me conmueve tu preocupación, te aseguro que no es necesario. Comeré algo durante el vuelo.-explicó poniendo un mechón de cabello tras mi oreja.-Vuelve a la cama y descansa un poco más.-me miró entrañable, sus ojos me decían algo que su boca no. Me extrañaría, tanto como yo a él.-Por favor cuídate y cuídalos. Eugene me llevará al aeropuerto y volverá para estar a tu disposición. Lo que sea que necesites pídeselo.

Asentí sintiendo nostalgia. Él suspiró rozando mi mejilla, me besó y pude sentir una mezcla de pasión e impaciencia.

-Voy a extrañarte...-expuse pegando mi frente a la suya.

-Yo ya lo hago... te veo en la noche, preciosa.

Lo vi salir de la habitación sintiendo un vacío inexplicable en mi pecho. No lograba deshacerme de esa sensación de angustia, me hablé a mi misma sintiéndome tonta por esa intranquilidad. Él solo se iría durante el día y volvería para cenar con nosotros. No era tanto tiempo.

Salí de la cama sintiéndome agradecida por al menos una vez en semanas no sentir las nauseas matutinas. Me duché, vestí y fui directo a la cocina a preparar el desayuno y en la barra de desayuno me encontré con un precioso arreglo floral que iluminó mi mañana. Me apresuré hacia el y tomé la dedicatoria.

"Me llevo tu aroma y esencia que me volvieron esclavo de tu piel..."

ETHAN MONTES DE OCCA.

Me robó un suspiro y una gran sonrisa de quinceañera aquel escrito, y me quedé embobada apreciando la belleza del arreglo copado de orquídeas, tulipanes y magnolias. Una cosa preciosa.

Mi ánimo mejoró considerablemente y me tomé una selfie enviándole un beso con el arreglo a un lado. Preparé el desayuno y desperté a Nate porque se hacia tarde y debía prepararse para ir al colegio. Susan lo llevaría hoy mientras yo me quedaba a aprovechar la mañana para empacar y organizar lo que nos llevaríamos, había acordado con Ghail y Amanda que iría a la boutique luego del mediodía. Ellas aceptaron, Ghail estaba incluso más emocionada que yo por la mudanza y deseaba que lo hiciera lo más pronto posible.

Desayunamos con un poco de premura y luego llegó Susan por Nate y arreglé su cabello para luego besar su frente al despedirnos. Me puse manos a la obra comenzando por el armado de las cajas en la sala, debía empezar por seleccionar la ropa y juguetes, claramente para lo segundo necesitaría la ayuda de Nate y pensaba hacerlo en la noche, pero de lo demás si podía encargarme sola.

El timbre sonó y al abrir la puerta hallé al vigilante con unas cuantas cajas.

-Buenos días señorita April, espero no molestarla. Le traje estas cajas.-recordé que la noche anterior al llegar del trabajo me lo topé en el estacionamiento y al verme con las cajas le conté que necesitaba un par más y se ofreció a conseguirlas.

TERCER ENCUENTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora