Capitulo Veintidos.

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Giuseppe Mildford

Podía escuchar con atención el llanto, los golpes qué le daba al suelo, lo hacía con rabia, odio y trizteza pero era más que normal, perder a su madre frente a sus ojos sin poder hacer nada era un destrozó total.

Aun en esa lluvia insesante mire a aquellos dos lobos que estaban al otro lado de la roca qué había caído hace un momento, yo ya había subido a Hunter el cual parecía exhausto y podía adivinar que era por todas las flechas incrustadas en su piel.

_Desde aquí los brujos pueden ir a pie, solo faltan unos pocos metros, cuando estén con ellos dentro de la cueva descansen un poco y que les quiten las flechas_.- Dije sacudiendo un poco del agua de mi cabeza y orejas

_Si Alpha_.- Dijeron los tres al unísono

Asentí mientras miraba como Ander y Darlo saltaban el hueco de la roca qué había caído, lo hicieron con cuidado y al pasar mire como los brujos o brujas restantes bajaban de sus lomos desatando la soga, parece que habían entendido que estaban cansados.

Les hice una seña con la cabeza a la cual todos entendieron y aunque algunos del pueblo de Mirek querían acercarse no lo hacían, tanto como yo ellos entendían que no era momento para intentar hablar con el.

Me asegure desde lejos que caminaban ya sin ningún problema a la cueva en la montaña la cual estaba protegida para no dejar entrar a seres no mágicos.

Voltee mi vista nuevamente mirandolo, todo empapado y con su cabello largo cubriendo sus ojos, no quería interrumpir su duelo pero debía hacerlo.

Me acerque lentamente mientras acercaba mi cabeza al costado de su cuello en donde no dude en darle un abrazo con el mio mientras lo apretaba a mi pecho lobuno.

El se volteo y con fuerza me abrazo por el cuello aunque sin llegar a rodearlo por completo, sentía sus lágrimas calientes en mi cuello, de verdad quería decir algo pero era pésima para ello así que solo le brinde mi compañía por unos minutos.

Matare a cada uno de aquellos humanos que pisaron mis tierras...- Dijo dejándome escuchar su tono rencoroso

_Te ayudaré Mirek_.- Dije mirando hacia un punto fijo pero por donde viera solo poda apreciar las nubes negruzcas por la tormenta

Lo se, debemos irnos siento que están apunto de romper el sello.- Dice el soltando mi cuello para levantarse del suelo húmedo

_Deberíamos darnos prisa_.- Dije levantándome para caminar hacia al frente pero al dar algunos pasos sentí el gran pinchazo arriba en mi pata derecha lo cual me hizo soltar un leve gruñido

¿Estas bien Giu? Dejame ver.- Me dijo Mirek acercándose a mi de manera lenta, sentí sus manos toquetear hasta que en uno de ellos me hizo soltar un gruñido áspero.- Te quitaré la flecha esta bien?

Yo solo lo mire dudando pero al final acepte por lo que fue un chispazo de dolor rápido, el ardor qué sentí cuando le flecha ya estaba afuera me hizo jalarle mi pata y el ya con la flecha en mano hizo una mueca.

Tiene veneno, debo atenderte apenas estemos abajo.- Dijo tirando la flecha de punta azul hacia el vacío, pero antes de verla caer por completo en su punta se veía algo verde y rojo por mi sangre

_No tenemos tiempo para eso, nuestra prioridad ahora es bajar antes de que..._.- Le decía en su mente hasta que escuchamos un gran estallido, ambos nos vimos fijamente, solo sentí como se trepó con rapidez a mi lomo y yo empecé a correr.

No podían haber entrado tan rápido, no era posible.

Mis patas agarraban ese impulso para correr entre el camino tan estrecho y la lluvia, no tenía intenciónes de resbalar ahora sabiendo que mi gente y la gente de Mirek estaban en pleno inicio de una pelea.

Atada en un destino de espinas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora