Capitulo Cincuenta y Ocho.

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Giuseppe Mildford.

Al llegar a la manada todos mis hombres se ven felices por nuestra victoria, veo a gente empezar a salir de algunas compuertas del piso en zonas camufladas y me da un pequeño golpe al corazón el mirar como salen para buscar a sus seres queridos.

¿Bajas?.- Mi voz salía ya un poco menos fuerte, pero aún conservaba aquella aura oscura y rabiatica qué aura me impregnaba.

Ninguna Alpha.- El tono alegre de Juulian me agradaba en este momento, necesitaba algo que me relajara o que al menos lo intentará...

¡Mami!.- La pequeña voz de Miloun y Kalet se escucharon al mismo tiempo haciéndome voltear a mirar de donde provenía, venían corriendo mientras detrás de ellos estaba Clara y Liam los cuales parecían aliviados de vernos.

Mis pequeños... ¿Se portaron bien?.- Me acuclille frente a ellos para recibir su abrazo cálido, sus brazos me sujetaban con fuerza y podía ver su alegría al verme.

Mami ¿porque tienes esa venda?.- Miloun pregunto mirándome a lo que solo le acaricie el cabello.

¿Te lastimaste los ojos mami?.- La inocencia de Kalet al preguntarme eso me hacía sentirme un poco mal al recordar el porqué tengo esta venda en los ojos.

Necesito ir a lavarme los ojos pequeños, me salpico un poco de barro.- Dije haciendo reír a ambos cachorros los cuales solo me regalaron esa linda sonrisa que tanto me calmaba.

Si supieran que es porque no quiero asustar a nadie con estos ojos de un auténtico monstruo...

Sus caritas solo reflejan alegría y un poco de risa al escuchar mi broma, acaricie e rostro de ambos antes de volver a pararme pero ahora con una de sus manitas en las mías.

¿Cómo esta Daemon?.- Al preguntar aquello pude notar la mirada avergonzada de Liam.

Esta en la mansión, el doctor ya le cosió la herida pero...no despierta.- Al escuchar a Liam solo pude sentir un gran oleaje de emociones en mi interior, me dolía el estómago...

¿Qué no despierta?... ¿Cómo mierda dices que no despierta?.- El tono de mi voz había sido como cuando le hable a aquel Rey y de antemano supe que debía parar, vi la mirada de todos en mi, una mirada gacha y sumida qué solo reflejaba el temor que tenían por mi forma de hablar, pero el leve apretón en mis manos me hizo bajar la mirada, debía calmarme por mis pequeños...- Vamos.

Mis pasos fueron lentos con mis cachorros apretando mis manos a cada uno de mis lados pues eran pequeños y debía ir a su ritmo, aunque también lo tome como una caminata en la que debía relajarme.

Aun estaba sensible a cualquier arranque de ira.

Al entrar en la mansión subimos las escaleras hacia donde se encontraba mi habitación pues ahi había pedido que lo checaran, me quede estática enfrente de la puerta y solo deseaba que lo que viera no fuera igual de grotesco como me imaginaba.

Solté a Miloun por un momento para abrir la puerta, pero al mirar hacia el interior un nudo en la garganta se me instaló.

Estaba lleno de cables, su piel parecía arañada y aun más moreteada que antes, se bien que es porque le quitaron las manchas de sangre y ahora solo quedaba el resto de la consecuencia de su imprudencia pero eso no me quitaba lo que sentía ahora mismo.

Desespero...

¿Cómo podía sentir eso aun cuando no convivimos lo suficiente?

Porque quiera o no es mi mate, mi parte animal esta desesperada, aturdida e impotente al ver a su alma gemela postrado en esa cama.

Atada en un destino de espinas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora