Atada en un destino de espinas.

Capitulo Treinta Y Dos.

Giuseppe Mildford.

Sentía como el aire de mis pulmones empezaba a dificultarse al dejar mi mirada fija en aquellos ojos verdes qué me atrapaban.

¿Cómo puede ser esto posible?

¿Cómo carajos tengo otro mate?

Diosa en que me has metido.

Los cuatro chicos se acercaron lentamente y aunque venían al mismo ritmo podía ver a aquel pelinegro venir de forma más lenta.

Joder.

Aparte la mirada de el, no podía estar distrayendome mirandolo, debía concentrarme.

Este sentimiento me estaba haciendo sentir extraña , nunca había sentido una atracción inmediata de esta manera, era raro e incontrolable, era como si mi cuerpo quisiera acercarse...

Buenos días Alpha me presento yo soy Finick Horms el encargado de tener la manada abastecida y cómoda.- Hablo primero el pelirrojo dándome la mano, estrechamos las manos en signo de educación y respeto.

Yo soy Juulian Arreola el comandante de los soldados en esta manada.- Dijo el rubio tomando mi mano para darle un beso en el dorso algo que me tomo por sorpresa y pude escuchar un muy leve gruñido a un lado.

Le pediría de favor que no tocara a la Alpha Giuseppe de esa manera.- Dijo Liam a mi lado quitándole mi mano algo que hizo reír al rubio.

Solo soy caballeroso, me disculpo Alpha.- Me dijo Juulian a lo que solo asenti.

Harris Gianni soy su Delta Alpha, un gusto.- Escuche decir al peli verde dándome la mano, la estreche claramente parecía amable y competente.

Todos tenían ese acento francés impecable, parecían muy buenos en sus puestos y podía oler el orgullo que les daba decirme si titulo, camine unos pasos hacia el último hombre que me faltaba, tenía mi mirada gacha pero no podía ofrecer un estado tímido así que alce la vista topandome con aquellos ojos verdes.

Daemon D' Granster su Beta, es un placer Alpha.- Dijo con una voz ronca pero a la vez seductora.

Era una voz que me había puesto la piel de gallina, al darnos la mano la chispa qué genero el contacto de nuestra piel fue inmediato, podía sentir como el calor de mi cuerpo se expandia y la caricia en mi mano me dio a entender que deseaba tanto tocarme como yo a él apenas nos vimos.

Igualmente.- Dije finalmente soltando su mano para encaminarme al centro frente a ellos.

El acento de Daemon no era francés, lo sabía perfectamente, era muy diferente para mis oidos, el no era de aquí.

¿De donde sería?

¿Porque esta en esta manada?

Si estuviera desde hace mucho tiempo su acento se hubiera asemejado un poco al de los franceses pero no era así.

Como ya ustedes saben yo soy el Delta de la manada Red Moon y el es Liam Beta de la manada Red Moon.- Hablo Forest haciendo que todos asintieran pero la mirada de Liam hacia Daemon era un poco curiosa a mi parecer.

Ya que todos se presentaron porfavor indiquenme mi despacho.- Dije a lo que Forest se ofreció a ir primero para guiarme los demás iban detrás de mi.

Al entrar en la casa se podía ver un precioso piso de madera, las decoraciones eran blancas, azules y con algo de color oro, sin duda el que tenía permiso de decoración adoraba qué la luz entrara por todos lados y se sintiera un aire cómodo por donde miraras.