Capitulo Dos

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Giuseppe Mildford.

Justo como se me había pedido el día de hoy me presentaría a una escuela local para las tres manadas del área.

Se había decidido con anterioridad que sería mejor el solo tener una academia para estas tres manadas vecinas que aislar a todos sus jóvenes en academias separadas, ¿uno de los motivos? El descubrimiento de sus mates por ejemplo.

Yo no tenía ni la menor idea de lo que era mantenerme cerca de demasiada gente pero sabía manejarlo a la perfección cuando se requería.

7:00 am tenía una hora y media para arreglarme, tomar todas mis cosas e irme a aquella institución.

Me duche rápidamente demorandome menos de 15 o 20 minutos, la verdad no me parecía correcto darme una ducha rápida pero supongo que el día de mañana me levantaría un poco más temprano, había dormido de más por el simple hecho del cambio de horario, algo que no me gustaba para nada.

Me vesti rápidamente con un conjunto no solamente elegante también era señorial, unos pantalones negros junto a una camisa de mangas largas gris, una chaqueta negra y unos tacos del mismo color.

Era todo, no más no menos.

No solía maquillarme ya que me cuidaba más la piel que nada, por lo que un bálsamo labial fue lo único que me aplique, mis pestañas ya eran rizadas y mi rostro no tenía defecto alguno en el, aunque tenerlos no era malo solo que yo trataba de cuidarmelo más que nada.

Tome todas mis cosas metiéndolas en un bolso oscuro, al estar lista baje con tranquilidad aquellas escaleras de madera en las cuales resonaban mis tacones fuertemente.

Mi mano iba a la perilla pero antes de siquiera girarla una voz me interrumpió en aquella acción.

Giuseppe cariño ven a desayunar antes de irte.- Escuche a la que era mi madre llamarme

Sin tener otras opciones me resigne a huir de aquella situación, camine hacia el comedor inútil mente gigantesco tomando asiento frente a la que era mi madre con mi padre en la cabezilla de la mesa.

Intenta hacer amigos Giu.- Escuche a mi madre decirme por lo que la mire

No me digas Giu solo Giuseppe.- Dije tomando una frutilla para comerla

No te metas en problemas con los futuros Alfas de las manadas vecinas.- Dijo mi padre

Entendido.- Le dije para después tomar un poco del agua qué tenía enfrente y levantarme de la mesa.- Con su permiso me retiro

Buena suerte Giuseppe.- Escuche decir a mi madre a mis espaldas

No respondí por lo que solo sentí el aura un poco triste e incomoda antes de salir de aquel comedor, no desayunaba por lo general así que no tenía el apetito necesario para comer tanto, pero siempre me levantaba de mal humor al no entrenar antes de empezar mi día como acostumbraba.

Al salir de la casa un auto ya me esperaba afuera de la mansión por lo que solo mire a aquellos dos del día anterior ya uno con la puerta abierta para mi, subi tranquilamente dejando que ellos hablaran al frente en lo que parecía ser una platica animada.

Durante el recorrido hacia la institución tomó el tiempo de no menos de 20 minutos por lo que almenos agradecí el hecho de que no estuviera tan lejos.

Al llegar frente a la acera de las rejas el auto freno y antes de que uno de ellos saliera a abrirme la puerta yo la abrí saliendo, no me gustaba que me tratarán como una princesa ni mucho menos como si no lo pudiera hacer yo.

Atada en un destino de espinas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora