Capitulo Cincuenta Y Cinco.

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Narradora.

La noche era demasiado fría, el viento avisaba sobre lo que se depararia en solo minutos y golpeaba con dureza como si fuera su forma de gritar qué esto no sería más que una crueldad.

Las hojas de los árboles eran arrancadas con brusquedad por el viento y el silbido de los grillos en ls alrededores solo hacían que se tensara aquel silencio fuera de la fortaleza de los vampiros.

En las profundidades del bosque cientos de bestias se posicionaban alrededor de aquellas montañas que servían como fortaleza, se podía sentir la sed de venganza en ellas, sus sentidos estaban más despiertos qué nunca y el entrenamiento arduo qué habían estado ejerciendo ahora daba resultados.

Eran más sigilosos que la sombra de la oscuridad misma, pero su fuerza estaba lista para ser liberada.

Aquel lobo rubio que había sido encargado de atacar por fuera estaba ansioso de iniciar pero sabía bien que si seguía el plan que había forjado su líder desde hace días, su victoria estaría asegurada.

Por el otro lado un lobo castaño oscuro con algo de blanco en sus patas estaba atento a cualquier movimiento que le ordenará moverse, su mente estaba en blanco pues su concentración era alta.

Los lobos de afuera estaban siendo comandados por aquel Delta que había sido enviado días antes para recaudar información y por el general Juulian el cual tenía más que experiencia en desvivir a su oponente.

Ambos estaban en los lados opuestos con 200 lobos detrás suyo los cuales solo esperaban sus órdenes y atacaran sin dudarlo.

Pero los grupos que se habían introducido al castillo eran los más alertas, tenían aquella pesadez en sus patas al sentir que en cualquier momento podrían ser traicionados por aquel palido y así haber clavado su propia tumba por haber confiado.

Aquel lobo grisaceo que los guiaba al frente tenía un porte alerta y dominante, aun cuando seguia a los sirvientes de aquel palido al cual odiaba con solo mirarlo.

De alguna manera aquel grupo detrás de aquel Beta le demostraba confianza y lealtad así que el temor no estaba presente en ellos, solo esperaban cualquier palabra de su Beta para atacar.

El grupo restante avanzaba con lentitud, alerta a cualquier situación a su alrededor y observando las mazmorras de los que por siglos han detestado.

Aunque este otro grupo tenía la misma cualidad del anterior este estaba mas confiado y eso era generado por ella...

La confianza con la que su líder caminaba detrás de aquel palido era incluso contagiosa, el caminar de aquella mujer resonaba en el suelo del pasillo por el que ahora transitaban , se podía sentir su arrogancia al caminar, como si pasara lo que pasara ella no caería.

Así que confiaban en ella, tenían seguro que si algo salía mal ella los llevaría a la gloria aun si no todo salía acorde al plan.

En minutos aquel grupo estaba frente a unas enormes escaleras las cuales parecían tener una apariencia detestable.

Disculpe el desorden, tuve algunos contratiempos con mi cena hace unas horas.- Aquel albino habló de manera sutil y juguetona mientras giraba su vista hacia aquella mujer que solo miraba la sangre seca adornar los escalones.

Debería comer su comida en un lugar más decente.- Fue lo único que respondió aquella mujer con aquel tono frío que tenía siempre, pero su asco podía notarse al final de sus palabras.

Me es más satisfactorio el juego del gato y el ratón mi señorita.- Ella sabía muy bien a lo que aquel palido se refería y el asco en su interior se ensanchaba.

Atada en un destino de espinas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora