Capítulo 3

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Había pasado una buena noche con mi amiga Jessy, fue divertido, pero terminamos dormidas antes de acabarnos la comida.

Lo primero que escuché al despertar, de hecho, mi razón para despertar, fue una alarma que jamás había escuchado en mi vida. No era la alarma del Centro, era la alarma de Orbe: la estación espacial. Brinque de mi cama y me dirigí a la ventana que estaba al lado, observando que abajo reinaba un caos total. Escuchaba gritos lejanos y otros muy cercanos y de vez en cuando sentía vibraciones en el suelo y las paredes.

Me apresuré por ponerme los zapatos y desperté a Jessy, quien seguía dormida en el suelo. Su expresión de confusión y miedo era inigualable. Sin tener que decirle nada, captó en seguida, se levantó, se puso lo primero que encontró y juntas salimos del penthouse. Los elevadores no estaban en funcionamiento, por lo que tuvimos que usar las escaleras eléctricas.

Cuando llegamos al primer piso fue cuando nos encontramos con toda una multitud corriendo de un lado para otro, tan confundidos y aterrados como nosotras.

—¡Hay que ir al Centro! —me gritó Jessy por encima de todo el ruido y asentí con la cabeza. Agarradas de la mano, comenzamos a correr esquivando a todos, además de seres, también ciertas construcciones. Era como si de pronto la estación espacial estuviera fallando.

A punto de llegar a las escaleras que llevaban al Centro, me topé con Marc y Bob, que estaban agrupados con millones de seres que intentaban entrar al Centro, rodeando las estatuas de mis padres y tupiendo las escaleras, evitando que nos acercáramos.

—¡¿Qué está pasando Sarah?! —me preguntó Marc, gritándome.

—¡No lo sé!

—¡Tienes que saberlo! —me preguntó Bob, sujetándome por los hombros y sarandeandome con pánico— ¡Eres novia de Brian Blanc!

Entonces se me ocurrió una idea para poder entrar al Centro rápidamente. Era novia de Brian, por supuesto, cualquier guardia me tomaría con preferencia y relevancia. Les indiqué a mis amigos que me ayudaran a llamar la atención de algún guardia para poder pasar y eso fue lo que pasó, con señas le indicamos a un guardia que nos abriera paso y por obvias razones me reconocieron.

Los guardias se hicieron paso entre la multitud protestante y me tomaron de los brazos, pero antes de que me llevaran me detuve, pues estaban ignorando a mis amigos.

—Solo puede entrar usted, Sarah —indicó un guardia—. Órdenes del gobernador supremo.

—Ve, corre —me dijo Marc, con una sonrisa preocupada—, aquí estaremos.



Una vez dentro del Centro los guardias me guiaron hacia la sala del consejo, donde estaba el señor Blanc pálido, como nunca antes lo había visto. Los guardias me dejaron a solas con él, sin embargo, antes de que pudiera decirle algo, caminó hacia mí y me habló seriamente.

—Mi hijo Brian ha sido secuestrado por su hermano... Conan escapó en la noche y desactivó la estabilidad de la estación espacial en la órbita de Sand, y en la mañana desapareció junto con Brian.

—¿Cómo escapó? —le pregunté confusa y molesta. Brian podría estar en verdadero peligro.

—Eliminó las grabaciones de seguridad. Lo único que sabemos es que tomó una nave de evacuación. La Legión Dorada la está rastreando e irán por ellos...

—Quiero ir con la Legión Dorada —dije con determinación, sin sentirme mareada de solo pensarlo.

—¿Estás segura de esa decisión? —me miró incrédulo, casi con ironía— Debes saber que si vas con la Legión Dorada tendrás que usar el traje, y eso significa...

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