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Los días siguientes transcurrieron con relativa calma. Julieta parecía estar más tranquila y empezaba a recuperar su sonrisa habitual, aunque todavía notaba la sombra de la preocupación en sus ojos. Yo me mantenía alerta, siempre pendiente de cualquier señal de peligro.

Durante un entrenamiento, los chicos estaban especialmente animados. Nos preparamos para una serie de ejercicios de velocidad y agilidad. Julieta nos llevó agua y, aunque los chicos seguían jodiendo, era de manera más ligera.

"Ey Juli, ¿te animas a correr una vuelta con nosotros?" bromeó De Paul, guiñándole un ojo.

"¡No la asustes Rodri!" respondió Otamendi riendo.

Julieta sonrió. "Hoy paso, pero tal vez mañana."

"Tenés que empezar a entrenar con nosotros, Juli. ¡Quién sabe, capaz te fichamos para el próximo partido!" dijo Tagliafico, riendo.

Todos reímos y continuamos con el entrenamiento. La atmósfera era más relajada y me alegraba ver a Julieta sonriendo nuevamente.

Después del entrenamiento, algunos de los chicos tuvieron una idea.

"Che, ¿por qué no vamos al cine a la noche?" sugirió De Paul. "Están dando una de terror que dicen que está buenísima."

"¡Sí, me gusta la idea!" añadió Paredes. "¿Qué decís, Juli? ¿Te sumas?"

Julieta dudó un momento, pero después sonrió. "Está bien, me sumo. Hace mucho que no voy al cine."

"¡Perfecto! Nos encontramos a las 8 en el cine" dijo De Paul, cerrando el plan.

Esa noche, nos reunimos todos en un cine claramente privado. Nos acomodamos en nuestras butacas. La película empezó.

A medida que la película avanzaba, las escenas de terror se volvían más fuertes. Noté que Julieta estaba cada vez más tensa. En un momento particularmente aterrador, ella gritó y se escondió en mi brazo, buscando refugio.

"Perdón Emi" susurró, claramente asustada.

"Tranqui Juli" le respondí suavemente, rodeándola con mi brazo para darle más seguridad.

Nos quedamos así durante el resto de la película, con Julieta acurrucada al lado mío. A pesar de la tensión de las escenas, sentí una extraña paz al tenerla cerca y poder protegerla. La película terminó y todos salimos del cine, comentando las mejores partes y riéndonos de nuestros sustos.

"Bueno, eso fue intenso" dijo Enzo estirándose. "¡Creo que no voy a dormir ahora a la noche!"

"Yo tampoco" agregó De Paul, riendo. "Pero valió la pena."

Caminamos juntos hacia nuestras habitaciones, disfrutando de la compañía. Cuando llegamos a al cuarto de Julieta, me quedé un momento más para asegurarme de que estuviera todo bien.

"Gracias por acompañarme" dijo Julieta.

"Siempre Juli" respondí, sonriendo. "Cualquier cosa, llamame."

Después de llegar a mi cuarto, me sentí un poco más tranquilo. Sin embargo, mi paz se rompió cuando recibí una llamada de Julieta a mi puerta y la abrí.

"Emi..." su voz estaba quebrada y asustada. "Estuvo acá..."

"¿Que?" pregunté, mi corazón latiendo con fuerza y la dejé pasar.

"Tengo mucho miedo" su voz era apenas un susurro.

La invité a sentarse y la miré preocupado. "¿Qué pasó Juli? Contame."

Ella tragó saliva y comenzó a hablar, con la voz temblorosa. "Al llegar a mi cuarto, lo vi todo revuelto. Estaba desordenado, como si alguien hubiera estado buscando algo." Me entregó un pedazo de papel arrugado. "Encontré esto en mi cama" dijo, su voz apenas audible.

agarré el papel y leí las palabras escritas: "Vos sos mía."

Sentí una oleada de rabia y protección hacia ella. "¿Tu ex?" pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

Julieta asintió, con lágrimas en los ojos. "Sí, él. No sé cómo me encontró, ni cómo pudo entrar al hotel, pero tengo mucho miedo Emi."

La atraje hacia mí, abrazándola con fuerza. "No te preocupes Juli. No voy a dejar que te lastime. Vamos a hablar con la seguridad del hotel y a asegurarnos de que estés protegida."

"No Emi, por favor. No quiero problemas. quiero... ¿puedo quedarme con vos esta noche?" preguntó, sus ojos llenos de lágrimas.

"Obvio que sí Juli" respondí, envolviéndola en un abrazo protector "Podes dormir conmigo las noches que necesites" le dije con determinación.

"Gracias Emi" susurró, apoyando su cabeza en mi pecho. "Sos muy bueno conmigo"

Nos quedamos abrazados, sintiendo la calma de estar juntos y seguros. Lo único que importaba era que Julieta estaba protegida

Me aseguré de que Julieta se sintiera cómoda. "Podés dormir en mi cama" le dije. "Yo me quedo en el sillón."

"Gracias, Emi. De verdad, no sé cómo agradecerte todo esto" respondió ella, con los ojos llenos de gratitud.

"No hay de qué Juli. Descansa, necesitás recuperarte" le dije, intentando transmitirle calma. Ella asintió y se acomodó en mi cama. Me aseguré de que tuviera todo lo que necesitaba antes de acomodarme en el sillón.

A la mañana siguiente, me desperté temprano y decidí ir al buffet a buscar el desayuno. Estaba terminando de agarrar unas tostadas y café cuando Julieta apareció.

"Buen día Emi" dijo, con una sonrisa tímida.

"Buen día Juli. ¿Dormiste bien?" pregunté, sirviéndole una taza de café.

"Sí, mucho mejor. Gracias" respondió, sentándose en la mesa del comedor.

Nos quedamos charlando mientras comíamos, disfrutando de la compañía y de la tranquilidad de la mañana.

"Emi, gracias de nuevo por todo" dijo ella, tomando un sorbo de café.

"Ni te preocupes Juli. No tenés que pasar por esto sola" le respondí, mirándola con ternura.

Después de desayunar, nos preparamos para ir al predio. Subimos a mi auto y nos fuimos. Cuando llegamos, todos ya estaban ahí.

"Buen día chicos" saludó Julieta con una sonrisa.

"Buen día Juli" respondieron en coro, algunos con sonrisas.

"Che Dibu ¿por qué vinieron juntos?" preguntó De Paul, con una ceja levantada y una sonrisa

"Ah, me la crucé en el camino y la quise alcanzar" respondí, tratando de sonar casual.

Julieta se despidió y se fue a la cocina, mientras los chicos me miraban con una mezcla de incredulidad y diversión.

"¿En serio Dibu?" dijo Cuti, riendo. "Cuanta casualidad para que justo salieran juntos y se cruzaran"

"Bueno muchachos, estamos en el mismo hotel, tampoco es tan loco" dije tratando de estar tranquilo

"Sí, claro Dibu" dijo Enzo. "Seguro que sí"

"Lo que digas Dibu" agregó De Paul, guiñándome un ojo.

Intenté hacerme el desentendido, pero la verdad era difícil no ver que algo escondía. No quería decirles que Julieta había pasado la noche en mi cuarto, ya que tendría que explicar todo lo que había pasado.

"Bueno, basta de joder. Tenemos cosas que hacer" dije intentando cambiar de tema.

Los chicos siguieron riendo, pero finalmente dejaron el tema de lado y nos concentramos en el entrenamiento.

Más Allá del Arco: Una Historia de Amor y FútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora