6

98 10 0
                                    

El día siguiente amaneció con un aire tenso. Todos nos fuimos al predio, intentando dejar atrás el caos mediático del día anterior. Pero había algo distinto en el ambiente, una preocupación que no podíamos ignorar.

Durante el entrenamiento, noté que Julieta estaba más callada de lo normal. Mientras le daba agua a los chicos, vi un moretón en su brazo. No era chiquito y definitivamente no parecía un simple golpe.

"Juli, ¿Qué te pasó?" le preguntó De Paul, notando el moretón también.

"Me caí" respondió ella rápidamente, sin mirarnos a los ojos. "Nada de qué preocuparse."

Los chicos intercambiaron miradas, claramente dudosos, pero no presionaron más. Sabía que había algo más atrás de ese golpe.

Más tarde, después del almuerzo, vi a Julieta sola en un rincón del comedor, limpiándose discretamente las lágrimas. Mi corazón se hundió al verla así. Me acerqué lentamente.

"Juli" dije suavemente, "¿Todo bien?"

Ella levantó la mirada y sin decir una palabra, se tiró hacia mí, abrazándome con fuerza. "Estoy asustada Emi. No me dejes sola, por favor" dijo, su voz quebrada por el llanto.

La abracé, tratando de consolarla. "Tranquila Juli, no te voy a dejar sola" le susurré

Después de unos minutos, ella se separó un poco, secándose las lágrimas. "Es solo todo este tema de los medios, me tiene alterada" dijo, pero no me convenció para nada su respuesta.

"Juli, podés confiar en mí" le dije, mirándola a los ojos. "No puedo protegerte de lo que te da miedo si no me decís que pasa"

Ella evitó mi mirada, claramente luchando con algo. "No pasa nada, de verdad" insistió.

Suspiré, sabiendo que no podía presionarla más. "Está bien. Pero cuando quieras, sabes que estoy acá para escucharte."

Ella asintió.

Esa noche, ya en mi cuarto, y no podía dejar de pensar en Julieta. Mi teléfono sonó y vi que era Julieta. "Hola, Juli" contesté, preocupado.

"Emi, necesito hablar con vos" dijo, su voz temblorosa. "¿Podés venir?"

"Obvio, ahí voy Juli" respondí sin dudarlo.

Me cruce rápidamente a su cuarto. Me abrió la puerta nos sentamos en su cama. Estaba visiblemente nerviosa.

"Gracias por venir, necesito contarte algo, pero no sé por dónde empezar."

"Empezá por donde te sientas cómoda" le dije

Ella tomó un profundo respiro. "Hace un tiempo, estuve en una relación muy mala. Mi ex, Diego, era... abusivo. Me controlaba, me hacía sentir que todo era mi culpa. Al final, logré dejarlo, pero fue muy difícil. Me vine acá para estar tranquila, pero... creo que me encontró"

La miré, sintiendo una mezcla de rabia y tristeza. "Juli, ¿Porqué lo decís? ¿Te hizo algo recientemente?"

Ella asintió, lágrimas corriendo por sus mejillas. "El moretón en mi brazo... fue él. Ayer salí del hotel en un momento y me lo crucé. No sé qué hacer Emi"

La abracé con fuerza. "Quedate tranquila Juli. No voy a dejar que te pase nada"

Ella me devolvió el abrazo, aferrándose a mí. Había pasado por mucho ella sola, pero estaba decidido a estar al lado de ella y protegerla de cualquier manera posible

"Por eso me uní al equipo" continuó ella después de un momento, respirando hondo. "Pensé que estando en constante movimiento, sería difícil que me encontrara. Pero con las fotos de nosotros en los medios, logró ubicarme."

Más Allá del Arco: Una Historia de Amor y FútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora