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Al día siguiente, todavía me sentía molesto por lo que había pasado con Diego. No había podido dormir bien, y mi mente no dejaba de dar vueltas sobre lo que Julieta me había dicho, o más bien, lo que no me había dicho. Estaba decidido a hablar con ella y aclarar las cosas.

La encontré en el pasillo, cerca de la cocina. Parecía nerviosa, como si estuviera esperando que yo apareciera. Me acerqué, sintiendo la tensión en el aire.

"Juli, necesitamos hablar" dije, mi voz más dura de lo que pretendía

Ella asintió, mirando al suelo. "Sí, ya sé. Vamos a un lugar más privado."

Nos fuimos a una sala de estar vacía en el hotel. Cerré la puerta detrás de nosotros y me giré para enfrentarla

"Quiero saber qué está pasando" dije, tratando de mantener la calma. "¿Por qué Diego estaba acá? ¿Qué estabas haciendo con él?"

Julieta tomó un profundo respiro y habló mirando hacía otro lado. "Emi, no es fácil de explicar. Diego apareció de nuevo, y me prometió que va a cambiar. Dijo que lo va a hacer por amor."

"¿Por amor?" repetí, sintiendo el enojo hervir de nuevo. "¿En serio crees que va a cambiar? ¡Este es el mismo tipo del que tuviste que esconderte! ¡El mismo que yo te tuve que ayudar a que este lejos de vos!"

"Ya sé Emi, pero él me prometió que no lo va a hacer de nuevo" dijo, su voz quebrándose. "Pensé que merecía una oportunidad."

"¿Una oportunidad?" pregunté, incrédulo. "¿Y qué pasa con todo lo que pasó? ¿Con todo el miedo que sentiste? ¿Eso no cuenta?"

"Cuenta, claro que cuenta" respondió, las lágrimas rodando por sus mejillas. "Pero la gente puede cambiar Emi."

"¿Y yo qué?" pregunté, sintiendo dolor. "¿Qué pasa con todo lo que siento por vos? Y por lo que supuestamente sentís por mí"

Julieta sollozó, tratando de contenerse. "Nunca quise lastimarte Emi. Te quiero mucho, pero Diego...me necesita. Me prometió que va a cambiar."

"No puedo creer lo que estoy escuchando" dije sacudiendo la cabeza. "¿En serio pensas que va a cambiar? ¿Qué va a ser diferente esta vez?"

"Necesito creerlo."

"¿Necesitás?" repetí, sintiendo la frustración crecer. "¿Y yo? ¿No te importo yo? ¿No importa lo que hayamos pasado?"

Julieta lloraba abiertamente ahora, su cuerpo temblando. "Obvio que me importas, Emi. Te quiero, de verdad"

"No puedo creer que estés eligiendo volver con él" dije, mi voz llena de amargura. "Después de todo lo que pasó"

"Emi por favor" suplicó "No me hagas esto más difícil. No te obligué a ayudarme. Vos elegiste hacerlo."

"Sí, elegí hacerlo porque me importas. Porque no podía verte sufrir. ¿Y ahora vas a volver con ese boludo?"

Julieta habló, sin que dejaran de caer sus lágrimas. "Sí, voy a darle una oportunidad"

"Bueno, si eso es lo que querés" dije, mi voz llena de desdén. "Entonces ándate."

Ella, enojándose también, levantó la voz. "¿Sabes qué? Si tanto te molesta, entonces me voy. Así ya no tenés que preocuparte por mí."

"Perfecto, entonces ándate" dije, mi voz fría y dura. "Si eso es lo que querés, adelante. No voy a frenarte."

Ella me miró, sus ojos llenos de lágrimas y dolor. Sin decir nada más, se dio la vuelta y salió de la habitación, cerrando la puerta atrás de ella. Me quedé ahí, sintiendo una mezcla de enojo, tristeza y una profunda sensación de pérdida.

Me quedé en la sala, el eco de la discusión resonando en mis oídos. No sabía cuánto tiempo había pasado cuando la puerta se abrió y algunos de los chicos entraron, obviamente preocupados por los gritos que habían escuchado.

"Che Dibu, ¿Qué pasó?" preguntó De Paul, acercándose con una expresión de preocupación. "Los escuchamos gritar."

Me pase las manos por la cara, tratando de calmarme. "Julieta... va a volver con Diego."

"¿Qué?" dijo Enzo, con los ojos bien abiertos. "¿El mismo tipo del que tuvimos que ayudarla la otra vez?"

"Sí, ese mismo" respondí, la frustración y el dolor evidente en mi voz. "Ella dice que él prometió cambiar, que lo hace por amor..."

"No te la puedo creer" dijo Tagliafico, sacudiendo la cabeza. "¿Y vos qué le dijiste?"

"Le dije que si eso es lo que quería, entonces que se vaya" dije con mi voz aún cargada de enojo. "No puedo creer que vuelva con él después de lo que pasó."

"Emi, está siendo manipulada" dijo De Paul, tratando de razonar conmigo. "Ese tipo es un tóxico. La tiene en sus manos y no la va a soltar fácilmente."

"¿Y qué se supone que haga?" pregunté, mi voz subiendo de tono. "Ella ya decidió. No puedo frenarla."

"Pero podés intentar" dijo Enzo, poniéndome una mano en el hombro. "Sabemos que la querés"

"Es más complicado que eso" respondí, sintiendo la desesperación crecer. "Ella cree que él va a cambiar. Que va a ser diferente esta vez."

"Eso es lo que los tóxicos hacen" dijo Tagliafico, su voz llena de rabia. "Prometen cambiar, pero no lo hacen. Solo quieren mantener el control."

"Ya sé, pero ella no lo ve así" dije, mi voz bajando un poco. "Piensa que puede salvarlo. Que él va a cambiar por ella."

"Y vos, ¿Qué pensas hacer?" preguntó De Paul, mirándome directamente a los ojos.

"Ni idea" respondí, sintiéndome perdido. "Quiero protegerla, pero no sé cómo. Ella ya tomó su decisión."

"Tenés que hablar con ella de nuevo mas tranquilos" sugirió Enzo. "Hacerle ver la realidad. No podés dejar que se vaya así."

"Pero ya lo intenté" dije, frustrado. "Ella no me escucha."

"Porque está cegada por las promesas de ese tipo" dijo Tagliafico. "Necesitás encontrar una manera de hacerla entender. De mostrarle que él no va a cambiar."

"¿Y cómo hago eso?" pregunté, sintiéndome impotente.

"No sé, pero tenés que intentarlo" dijo De Paul.

Suspiré, sintiendo el peso de la situación. "Voy a intentarlo, pero no sé si va a funcionar."

"Solamente hace lo mejor que puedas" dijo Enzo, dándome una palmada en la espalda. "Dale Dibu. No estás solo en esto."

"Gracias muchachos" dije, sintiendo una ola de gratitud. "Voy a hacer lo que pueda."

Nos quedamos en silencio por un momento, cada uno perdido en sus propios pensamientos. Sabía que tenía que hablar con Julieta de nuevo, pero no estaba seguro de cómo hacerlo. La situación era complicada, y no quería empeorar las cosas. 

"Vamos a buscarla" dijo De Paul finalmente. "No podés dejar que se vaya sin intentar hacerla entrar en razón."

Asentí. No sabía cómo iba a terminar, pero tenía que hacer todo lo posible para proteger a Julieta. No podía dejarla sola por más enojado que esté.

Más Allá del Arco: Una Historia de Amor y FútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora