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Al día siguiente, Scaloni nos dio un día libre para que pudiéramos descansar y relajarnos antes de retomar los entrenamientos.

Decidí ir a dar una vuelta, me puse una gorra y gafas de sol para pasar desapercibido, ya que al ser la copa américa, las calles están llenas de argentinos. Quería disfrutar de un día tranquilo sin ser reconocido

Caminé por las calles de Estados Unidos, disfrutando del bullicio y el ambiente de la ciudad. Después de un rato, decidí que un café me vendría bien, así que me fui al Starbucks más cercano.

Al entrar, busqué una mesa libre y me fui al mostrador para hacer mi pedido. Justo cuando estaba a punto de pedir, escuché una voz familiar atrás de mí.

"Emi, ¿sos vos?" dijo Julieta, sorprendida.

Me di vuelta y ahí estaba ella, sonriendo. "¡Julieta! Qué casualidad encontrarte acá" respondí, también sorprendido.

"Sí, vine a dar una vuelta y pensé en tomar un café" dijo ella, mirándome con una sonrisa. "¿Te molesta si me siento con vos?"

"Para nada, sería un placer" respondí, y juntos pedimos nuestros cafés antes de encontrar una mesa tranquila en un rincón.

Pasamos un buen rato charlando sobre cosas triviales, evitando cualquier tema serio. Era agradable verla más relajada y sonriendo.

Después de terminar nuestros cafés, nos despedimos, volvimos al hotel y cada uno se fue a su habitación. Estaba contento de haber pasado un rato tranqui con Julieta.

Al llegar al cuarto, prendí mi teléfono y vi que las redes sociales estaban explotando. Mi nombre estaba en tendencia, y había varias fotos de mí y Julieta en el Starbucks.

"¿Quién es la misteriosa chica con Emiliano 'Dibu' Martínez?" decía un titular. Al cabo de unos minutos, las especulaciones y teorías comenzaron a volar.

No pasó mucho tiempo antes de que alguien encontrara su perfil en Instagram y se dieran cuenta de que trabajaba con nosotros. Los comentarios y mensajes comenzaron a inundar sus redes sociales.

Decidí ir a su cuarto para ver cómo estaba. Después de golpear, me abrió rápidamente

"Emiliano" dijo, con su voz preocupada

"Juli, vi lo que está pasando en las redes" dije, intentando escucharme calmado. "¿Cómo Estas?"

"Esto es un desastre," respondió ella, claramente angustiada. "Están diciendo cosas horribles de mí, asumiendo cosas que no son"

"Lo siento mucho Juli. No quería que esto pasara" le dije, sintiéndome culpable.

"No es tu culpa" dijo ella, suspirando. "Solamente... no sé cómo manejar esto."

"La prensa vive del chisme, aunque le aclaremos, van a pensar lo que quieran y les convenga" dije.

"No sé que hacer" dijo un poco triste.

"Tranqui, no te preocupes. Nosotros sabemos lo qué pasó, tarde o temprano se van a cansar de joder con nosotros" dije tratando de calmar la situación.

"Bueno" dijo suspirando. "nos vemos mañana Emi, anda tranquilo" dijo invitándome a que me vaya.

Salí del cuarto, sintiéndome preocupado por ella. La prensa nos iba a perseguir bastante, pero estaba decidido a hacer todo lo posible para protegerla y aclarar la situación.

A la mañana siguiente, llegué al predio para entrenar con una sensación de inquietud. Después de cambiarme, salí al campo, encontrándome con los chicos. El entrenamiento transcurrió con normalidad, pero no podía evitar pensar en Julieta.

Después de la sesión, nos fuimos al comedor para almorzar. Los chicos comenzaron a joderme con la situación.

"Che Dibu, parece que tenés a la prensa enamorada" dijo De Paul, dándome un codazo leve.

"Sí, parece que no podés mantenerte fuera de los titulares" agregó Paredes, riendo.

"Déjense de joder" respondí, tratando de no darle importancia. "Me preocupa más Julieta y cómo está manejando todo esto."

"Ah, claro, preocupado por Julieta" dijo Enzo. "¿No será que te gusta?"

"Para nada" respondí rápidamente, sintiendo el calor subir a mi rostro. "Solamente me preocupo porque ella, no está acostumbrada a esto."

"Sí, claro" dijo Tagliafico, sonriendo

Después de comer, salimos del comedor y fuimos a la entrada del predio. Al cruzar la puerta, vi una escena que me hizo frenarme. Julieta estaba rodeada de paparazis, todos lanzando preguntas desubicadas y apuntándole micrófonos.

"Julieta, ¿es verdad que estás buscando fama a través de Emiliano?" gritó uno.

"¿Qué le prometiste para que salga con vos?" añadió otro, riendo.

Julieta estaba visiblemente angustiada, incapaz de responder a la avalancha de preguntas. Sentí una oleada de enojo y preocupación. Me acerqué rápidamente.

"¡Déjenla tranquila!" grité, empujando a un paparazzi

"¡Emiliano, una foto juntos! ¿Son pareja?" gritó otro periodista.

"¿Estás aprovechándote de su posición?" gritó un periodista a Julieta, provocándome aún más.

Perdí la paciencia. "¡Les dije que se dejen de joder!"

Los chicos del equipo se acercaron rápidamente, formando un círculo a nuestro alrededor para protegernos de los paparazis. "Vamos, Dibu. Tenemos que irnos de acá" dijo De Paul, tirándome del brazo.

Tagliafico y Paredes llevaron a Julieta hacia el auto de Nico, protegiéndola de las cámaras y los micrófonos que seguían acosándonos.

Finalmente, logramos alejarnos y llevar a Julieta al hotel y la acompañamos hasta su cuarto. Mientras nos despedíamos, le aseguré que íbamos a hacer todo lo posible para que la situación se calmara. Sentía una mezcla de impotencia y determinación.

Después de dejar a Julieta, algunos de nosotros nos fuimos al cuarto de De Paul para relajarnos un poco. Pero el tema de conversación no tardó en volver a Julieta.

"Che Dibu, estabas muy preocupado por ella, eh" dijo Paredes, mirándome con una sonrisa.

"Sí, hasta te pusiste violento con los paparazis" agregó Enzo.

"Quería protegerla nada más" dije, tratando de sonar despreocupado. "No está acostumbrada a todo esto."

"Claro, claro" dijo De Paul. "Si no te gusta, entonces no te molestará que le tire onda, ¿no?"

"Sí, podríamos invitarla a salir" añadió Tagliafico, sonriendo.

Les tiré una almohada. "Déjense de joder. Ya les dije que no"

"Dale Dibu, admitilo" dijo Paredes. "Te gusta."

"Dejen de decir boludeces" respondí, tratando de mantener la calma. "Estoy preocupado por ella porque no se merece lo que le está pasando."

"Ah, claro" dijo Enzo, levantando una ceja.

Los chicos siguieron molestándome un poco más, pero finalmente cambiaron de tema. No podía dejar de pensar en Julieta. Lo mejor era mantener la calma y esperar que la situación se tranquilizara.

Más Allá del Arco: Una Historia de Amor y FútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora