Al día siguiente, la rutina de entrenamiento empezó temprano. Estábamos en el campo, trabajando duro para prepararnos para la final. Desde la esquina del campo, Julieta nos observaba, tomando mates. Su presencia, aunque discreta, era una constante en mi mente.
Durante un descanso, aproveché la oportunidad para acercarme a donde estaba. Me acerqué, agarrando una toalla para secarme la transpiración y tratando de disimular mi preocupación.
"¿Cómo estás?" le pregunté suavemente.
Ella levantó la mirada de su mate, con una expresión de cansancio en sus ojos. "Estoy bien Emi. Solamente...pensando."
Asentí, sin querer presionarla, pero sintiendo la necesidad de saber más. "¿Hablaste con Diego?"
Su expresión cambió a una mezcla de incomodidad y frustración. "Sí, hablé con él. Pero está todo medio raro... Estoy pensando qué hacer y él está enojado por lo del beso. Se puso...distante."
Sentí un nudo en el estómago al escuchar eso. "Julieta, él no tiene derecho a enojarse"
Ella suspiró, mirando al suelo. "Ya se, Emi. Pero todo es muy complicado. No es fácil simplemente dejarlo."
Quise decirle que lo dejara y ya, pero sabía que no era el momento para ponerme así, sabia que tardo o temprano, lo iba a hacer por sus propios medios. "Estoy acá para lo que necesites, Juli"
Ella me miró, agradecida, pero también con una sombra de tristeza en sus ojos. "Gracias Emi"
Justo en ese momento, Scaloni nos llamo a los jugadores para retomar el entrenamiento. "Tengo que volver" dije dándole una mirada comprensiva. "Nos vemos después, ¿sí?"
"Sí, tranqui" respondió ella, forzando una sonrisa.
Volví al campo, mi mente dividida entre el entrenamiento y mi preocupación por Julieta. Sabía que tenía que estar enfocado en el partido, pero no podía dejar de pensar en lo que ella le pasaba. Y aunque no podía cambiar su situación por ahora, estaba decidido a apoyarla en todo lo que pudiera.
Después del entrenamiento, el equipo quedó libre para descansar. Me quedé un rato más en el campo, estirando y tratando de despejar la mente. Cuando finalmente decidí volver al hotel, vi a Julieta saliendo por la puerta principal con Diego. Sus caras eran serias, y aunque mi primer instinto fue acercarme, elegí no meterme. Quería respetar su espacio y su decisión.
Más tarde, algunos de los chicos y yo nos reunimos en el patio para jugar al truco y charlar. La atmósfera era relajada, con risas.
De repente, la puerta del patio se abrió y Diego apareció. Su cara mostraba una mezcla de arrogancia y provocación.
"¿Qué querés Diego?" preguntó De Paul, levantando una ceja.
Diego se acercó con paso decidido, una sonrisa cínica en su cara. "Nada, solamente vine a aclarar algunas cosas."
"¿eh? " Soltó Enzo, molesto.
Diego lo ignoró y se dirigió directamente a mí. "Mirá, Emiliano, solamente para que sepas, Julieta y yo vamos a seguir juntos. Estuvimos hablando y está todo bien."
"Que ganas de romper las pelotas que tenés Diego" dije mirándolo serio
De Paul intervino. "Ya sabemos que andas diciendo cualquier cosa de Julieta. Así que tomatelas"
Diego soltó una risa amarga. "Puede ser, pero eso no cambia nada. Igual, era mejor decir que habíamos estado juntos a decir que mi novia es una calienta pava."
Ya me tenia bastante podrido "¿Que te pasa pelotudo?" exclamé.
Los chicos también se mostraron indignados.
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Más Allá del Arco: Una Historia de Amor y Fútbol
FanfictionJulieta, una joven asistente de cocina, comienza a trabajar para la selección argentina de fútbol durante la copa américa 2024. Ocultándose de un pasado que la atormenta, en todo este trayecto, aparecerá Emiliano "Dibu" Martinez a acompañarla y a br...