Al día siguiente, el entrenamiento de la mañana transcurrió sin incidentes. Traté de enfocarme en cada ejercicio, usando la rutina física como una distracción de mis pensamientos de Julieta y Diego. Trabajamos duro bajo la atenta mirada de Scaloni
"Muy bien muchachos" dijo Scaloni al final de la sesión. "Ahora, descansen y recarguen energías. Necesitamos estar al 100% para el próximo partido."
Después del entrenamiento, nos liberaron por el resto del día. Los chicos y yo decidimos pasar el rato juntos, pero notamos la ausencia de Julieta. No la habíamos visto desde el altercado de la noche anterior
"¿Alguien vio a Julieta?" preguntó De Paul mientras estábamos en el comedor.
"Nadie" respondió Enzo, frunciendo el ceño. "Espero que esté todo bien."
"Es raro que no aparezca" comentó Tagliafico. "Siempre anda por acá a esta hora"
La preocupación se fue instalando en nosotros a medida que pasaba el día y no había rastro de Julieta. Intentamos mantener la conversación tranquila, pero era evidente que todos estábamos preocupados.
Esa noche, mientras me preparaba para dormir, escuché un ruido en el pasillo. Abrí la puerta y vi a Julieta tambaleándose, claramente borracha.
"Julieta" dije, acercándome rápidamente. "¿Qué te pasó?"
Ella levantó la vista y al verme, soltó una risa nerviosa. "¡Emi! ¡Qué sorpresa!" dijo, riéndose sin control. "Nada, salí con Diego... nos encontramos con unos amigos de él... y después me dejó en el bar... sola y ebria" continuó, su tono cambiando a uno más triste por un momento antes de volver a reírse. "¡Diez cuadras de noche! ¡¿Vos Podes creer?!"
Suspiré. "Vamos, te llevo a tu habitación" dije, levantándola en brazos con cuidado.
Mientras caminaba hacia su cuarto, ella seguía hablando, su voz alternando entre risas y tristeza. "¿Sabes que Emi? Diego... es un pelotudo. Pero... ¡Fue re gracioso tropezarme cada dos metros!"
"Tranquila Juli, ahora te vas a acostar" respondí, tratando de calmarla. Al llegar, abrí la puerta y la llevé hasta la cama. La acomodé con cuidado, sacándole las zapatillas.
Julieta se rió de nuevo. "¡Mis pies están libres! ¡Gracias, Emi!" Después, su expresión cambió a una de nostalgia. "Te extraño Emi...mucho. Perdón por todo...por Diego... por todo."
La miré, pensando que solo decía esas cosas porque estaba borracha. Con una sonrisa, le dejé un beso en la frente. "Descansa Juli."
Ella sonrió, sus ojos empezaron a cerrarse. "Gracias, Emi... sos un lindo.." susurró antes de quedarse dormida.
Me quedé al lado de ella un rato, asegurándome de que estuviera bien y tranquila antes de finalmente salir de la habitación. Al volver a mi cuarto, sentí una mezcla de preocupación y ternura. Sabía que la situación con Diego era complicada y que Julieta necesitaba más apoyo que nunca.
Al día siguiente, mientras los chicos y yo desayunábamos, mi mente seguía en lo que había pasado la noche anterior. Me acerqué a la cocinera, buscando respuestas.
"¿Viste a Julieta hoy?" le pregunté
"No, no va a trabajar hoy" respondió la cocinera. "Amaneció con fiebre. Parece que salió y tomó frío."
Sentí una punzada de preocupación. "Gracias por avisarme."
Volví a la mesa y los chicos me miraron.
"¿Qué pasa Emi?" preguntó De Paul. "¿Sabes algo de Julieta?"
Suspiré y les conté. "La encontré borracha en el pasillo anoche. La llevé a su cuarto. Me dijo que salió con Diego, pero él la dejó sola en un bar, ebria. Caminó diez cuadras sola de noche para volver acá."
Los chicos me escucharon atentamente, y sus expresiones cambiaron de curiosidad a preocupación y enojo.
"¡Pero Diego es un hijo de puta!" dijo Tagliafico. "No puedo creer que la dejara sola así."
"Sí, pudo haberle pasado cualquier cosa" añadí, sintiendo la rabia crecer. "Si veo a Diego, le voy a explicar muchas cosas."
Después del desayuno, decidimos ir a ver a Julieta. Subimos a su cuarto y llamamos a la puerta. Cuando nos abrió, estaba con pijama, se veía pálida y cansada, pero nos recibió con una sonrisa débil.
"Hola chicos" dijo con voz bastante débil.
"Hola Juli" respondió Enzo, entrando con una sonrisa. "¿Cómo te sentís?"
"Mejor, gracias" contestó, dejándonos pasar.
Nos sentamos alrededor de la cama y comenzamos a hablar, tratando de hacerla reír y levantarle el ánimo. Los chicos la hicieron reír con chistes y boludeses. Yo no acoté mucho, me quedé ahí observándola en silencio, preocupado por ella.
Después de un rato, los chicos se fueron, dejando a Julieta y a mí solos en el cuarto. Me acerqué a la cama, dudando un momento antes de hablar.
"¿Cómo estás, de verdad?" le pregunté, notando que su sonrisa se había desvanecido.
Julieta me miró, su expresión algo seca. "Estoy bien, Emi. Solamente un poco cansada."
"¿Te acordás de algo de anoche?" pregunté con cuidado.
Ella frunció el ceño, intentando recordar. "Tengo imágenes de estar caminando en la calle, pero no tengo recuerdos de cuando llegué al hotel."
"Te encontré en el pasillo" le expliqué suavemente. "Me contaste lo que pasó en el bar y te llevé hasta tu cama."
Julieta se sonrojó un poco y me miró "¿Dormiste conmigo?"
Solté una risita y negué con la cabeza. "No, Juli. Te respeto mucho. Estabas borracha y no quería asustarte cuando te despertaras. Solamente me quedé sentado al lado tuyo hasta que te dormiste."
Ella me miró, sus ojos llenos de dulzura. "Gracias Emi. No tenías por qué hacer eso."
"Por más que peleemos por un boludo, te quiero y no quiero que te pase nada" respondí sinceramente.
Julieta asintió "Gracias"
"Descansa Juli. Nos vemos más tarde" dije, levantándome para salir.
Yendo a mi habitación, justo me crucé con Diego entrando al hotel. Me frene, sintiendo la rabia burbujear nuevamente y las ganas de partirle las piernas.
"Emiliano, ¿Qué onda?" preguntó Diego, con una sonrisa cínica en la cara.
Lo miré, tratando de estar calmado. "Vos y yo tenemos que hablar, Diego"
"¿De qué?" replicó Diego, arqueando una ceja.
"De Julieta. Y de lo que le hiciste anoche" respondí, mi voz tensa.
Diego soltó una risa sarcástica. "¿Qué le hice? Solamente la llevé a divertirse un poco."
"¿Divertirse? La dejaste ebria y sola en un bar, Diego. Caminó diez cuadras sola de noche para volver" le solté, apretando los puños.
Diego se encogió de hombros, con desdén. "No es mi culpa si no puede manejar lo que toma."
"Es tu responsabilidad boludo" dije, dando un paso hacia él. "La pusiste en una situación de peligro."
"Dale Emiliano. No seas dramático," respondió Diego, sonriendo con arrogancia. "Julieta es una piba grande, puede cuidarse sola."
La rabia me quemaba por dentro, y mi instinto era golpearlo ahí nomas. Pero me forcé a contenerme, sabiendo que eso solamente iba a empeorar las cosas.
"Esto no es un juego, Diego. La próxima vez que la pongas en peligro, vamos a tener un verdadero problema"
Diego dio un paso hacia mí, su expresión despectiva. "¿De verdad? ¿Me estás amenazando?"
"No es una amenaza. Te estoy avisando" respondí, mirándolo directamente a los ojos.
Diego se quedó en silencio por un momento, evaluándome. Después, una sonrisa torcida apareció en su rostro. "¿Sabes qué? siempre me di cuenta que sentías algo por Julieta. Pero no te hagas ilusiones Emiliano. Ella está conmigo."
Antes de que pudiera responder, Diego se giró siguió su camino.
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Más Allá del Arco: Una Historia de Amor y Fútbol
FanficJulieta, una joven asistente de cocina, comienza a trabajar para la selección argentina de fútbol durante la copa américa 2024. Ocultándose de un pasado que la atormenta, en todo este trayecto, aparecerá Emiliano "Dibu" Martinez a acompañarla y a br...