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Teníamos que trasladarnos para el próximo partido contra Chile, y se notaba que Julieta estaba más tranquila. Durante el viaje, la vi sonreír más de lo habitual y se veía menos tensa. Esa paz momentánea era un alivio tanto para ella como para mí.

Cundo llegamos, nos acomodamos y nos fuimos directamente a entrenar en la cancha

Después del entrenamiento, me fui para los vestuarios, todavía sudado y cansado, cuando de repente me crucé con Julieta en el pasillo.

"Emi, ¿Cómo te fue en el entrenamiento? Estás todo transpirado" dijo sonriendo mientras me miraba

"Sí, un entrenamiento bastante intenso" respondí, intentando sonar casual mientras me secaba la transpiración con una toalla. "¿Y vos? ¿Qué hiciste?"

"Estuve revisando algunos papeles y organizando las cosas" dijo ella sonriendo. "Me siento mucho más tranquila acá, lejos de...todo."

"Me alegra escuchar eso" dije, observándola directamente a los ojos. "Ojalá siempre fuera así de tranquilo para vos."

"Gracias Emi" dijo ella, mirándome a los ojos. "Estoy feliz de poder confiar en vos"

Nos quedamos en silencio, nuestras caras cada vez más cerca. Podía sentir su respiración, y el mundo parecía frenarse en ese instante. Nuestros cuerpos se inclinaron ligeramente, y mis labios casi rozaron los suyos cuando...

Escuchamos pasos cerca seguido de risas de los chicos: Enzo, Tagliafico y Paredes.

Nos separamos rápidamente, ambos sonrojados.

Los chicos se rieron por lo bajo, claramente notando la situación, pero no dijeron nada y siguieron su camino, jodiendo entre ellos. Julieta y yo nos miramos, todavía sintiendo el calor del momento.

"Mejor me voy" dijo ella sonrojada mirando al piso

"Sí, de todos modos, tengo que seguir en un rato." Dije tratando de estar tranquilo

"Nos vemos después" dijo ella y acto seguido se fue.

Nos preparamos para el partido contra Chile, un rival complicado, pero estábamos decididos a darlo todo como siempre. Salimos al estadio, y la ovación del público era ensordecedora. Durante el primer tiempo, fue un juego tenso, sin goles, y sentía la presión aumentar con cada minuto que pasaba.

Cuando empezó el segundo tiempo, empezamos a jugar con más agresividad y precisión. Finalmente, logramos meter un gol espectacular de parte de Lautaro. Sin poder contener mi emoción, corrí hasta la parte del estadio donde estaba Julieta (foto en la portada). Subí a la baranda y la miré directamente a los ojos, con una sonrisa de pura felicidad. Ella me devolvió la sonrisa.

Después del partido, en el vestuario, mientras revisaba mi celular, vi que la foto de mí mirándola era tendencia. Las redes sociales estaban llenas de comentarios sobre nuestra interacción. Me dibujó una sonrisa en la cara al ver cómo nuestras miradas se conectaban en ese momento

"Che Dibu ¿Qué miras con tanta atención?" preguntó De Paul, asomándose sobre mi hombro.

"Ah, nada... una foto" respondí, intentando sonar casual.

"No me engañas hermano" dijo Tagliafico, uniéndose a la conversación. "Esa sonrisa tuya no es por cualquier foto."

"Sí, miralo al enamorado" dijo Enzo, riendo.

"Déjenme en paz" dije, tratando de no sonrojarme. "Es una foto del partido"

"Sí, claro" dijo Paredes, riendo. "Seguro que no tiene nada que ver con la foto que te sacaron mirando a Juli ¿no?"

"Bueno, es que... estaba ahí y fue un momento lindo" admití.

"Sí, lo vimos todos" dijo De Paul. "Y también lo vio todo Internet."

"Ya esta loco, volvamos al hotel" dije, intentando cambiar de tema mientras guardaba mi celular. Pero no podía dejar de sonreír

Esa noche, después de la cena, los chicos y yo nos reunimos en mi habitación del hotel. Estábamos hablando y riendo, cuando De Paul sacó su celular y mostró la foto que se había vuelto viral.

"¡Miren esto!" dijo De Paul, riendo. "El Dibu y Juli en pleno momento romántico."

"Es increíble cómo captaron justo ese momento" comentó Enzo

"No me sorprende que esté en todas las redes" añadió Tagliafico. "Mirá esas caras de enamorados."

"Basta che" dije, aunque no podía evitar sonrojarme un poco. "Fue un momento, nada más. Estaba feliz por el gol y justo la miré. No es para tanto" respondí, tratando de sonar despreocupado.

"Sí, pero esa sonrisa tuya dice otra cosa" dijo De Paul, riendo. "Parece que el Dibu está enamorado."

Antes de que pudiera responder, escuchamos un alboroto afuera de la habitación. Todos nos quedamos en silencio, atentos a los ruidos. Parecían venir del cuarto de Julieta. Se escuchaban gritos de un hombre.

"¿Qué paso?" preguntó Enzo, frunciendo el ceño.

"Vamos a ver" dije, levantándome rápidamente.

Salimos al pasillo y fuimos hacia el cuarto de Julieta. A medida que nos acercábamos, los gritos se volvieron más claros.

"¡Sos una prostituta!" gritaba una voz masculina. "¿Te lo estás cogiendo por su plata, no? Dale, contestame."

"No boludo, No es así" Se escuchó la voz de Julieta llorando

Abrimos la puerta y lo vimos: Diego, el ex de Julieta estaba ahí, de pie amenazante en frente de Julieta. Julieta estaba con lágrimas corriendo por su cara.

No necesitaba ver más. Sin pensarlo dos veces, me abalancé contra él, lleno de rabia. "¡¿Que haces acá Hijo De Puta?!" grité, empujando al ex de Julieta contra la pared. 

De Paul, rápidamente, se llevó a Julieta a mi cuarto, para alejarla de todo eso. Los chicos intervinieron rápidamente, apartándome de él antes de que pudiera hacerle cualquier cosa.

"Calmate Dibu" dijo Enzo, agarrándome. "Eso solo va a empeorar las cosas."

Tagliafico llamó a seguridad, que llegó poco después y se llevó a Diego. Una vez que se lo llevaron, Scaloni, al tanto de lo que había pasado, pidió hablar a solas con Julieta.

Ella le contó todo, visiblemente afectada. Después de hablar con Scaloni, Julieta regresó a mi cuarto, donde los chicos estaban esperándola.

"¿Estás bien Juli?" preguntó Enzo con preocupación.

"Sí, estoy bien. Gracias a ustedes" respondió ella, con una leve sonrisa

"Siempre vamos a estar para vos Juli" dijo Tagliafico, con una sonrisa tranquilizadora.

"Gracias, de verdad" dijo ella, conmovida.

Después de un rato, Julieta decidió volver a su cuarto para descansar. Los chicos y yo nos quedamos en mi habitación, hablando sobre la intensidad de la situación.

"No tenía idea de que había pasando por algo así" dijo De Paul, con el ceño fruncido

"Sí, es una situación terrible" añadió Enzo, mirando al piso.

Los chicos se giraron hacia mí. "¿Vos sabías algo de esto, Dibu?" preguntó Tagliafico.

Asentí, sintiéndome un poco culpable. "Sí, ella me lo contó. Me pidió que no dijera nada"

Seguimos hablando un poco más y finalmente, los chicos se fueron, dejándome solo en mi habitación. Estaba a punto de dormirme cuando escuché un golpe suave en la puerta. Me levanté y fui a abrirla, encontrándome con Julieta.

"¿Puedo dormir acá otra vez Emi?" preguntó suavemente, mirándome con ojos llenos de vulnerabilidad.

Más Allá del Arco: Una Historia de Amor y FútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora