Cuarenta y dos.

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Al día siguiente Changbin buscó a Minho a su casa para llevarlo a la casa de los Seo.

Para Minho iba a ser difícil, pues la alegría de su día a día era saludar a sus padres y hablar con ellos en la noche cuando llegaban del trabajo.

Lo bueno era que no tenía aún clases en la academia, pues seguía de vacaciones, ya que la casa de Changbin quedaba mucho más lejos de la academia y le tocaría agarrar dos buses para poder llegar, a comparación de cuando estaba en su casa que solo tomaba uno.

Estas vacaciones durarían solo 2 semanas más, por lo que decidieron que este sería el tiempo que Minho se quedaría ahí antes de volver a su hogar.

Minho esperaba que este tiempo bastara para que sus amigos se calmen un poco y no lo asesinen por comprometerse con Changbin.

La madre de Changbin era muy dulce, de verdad lo trataba como si fuera su propio hijo, Minho se sentía muy agusto, pues no recibía un trato así por una figura materna desde que era un niño, y no porque sus padres ya no lo quisieran, sino que el trabajo los consumía.

La hermana de Changbin era muy agradable, Minho lo sentía un poco extraño, pues no estaba acostumbrado a tener hermanos o algo parecido, y está lo trataba tal cual como si él fuera Changbin, como un hermano.

El padre de Changbin era un poco más serio, pero todas las noches durante la cena le preguntaba muchas cosas a Minho para poder conocerlo mejor y se preocupaba por su bienestar.

Era como una nueva familia para Minho. Aún con todos los años de relación Minho no terminaba de acostumbrarse al ambiente tan acogedor que era la familia Seo.

¿Algún día se acostumbraría?

Por más que lo trataran como un rey, Minho no terminaba de acoplarse, se sentía como un intruso, como si no debiera estar ahí, como si su corazón no perteneciera a esa familia.

Como si su corazón no perteneciera a Seo Changbin.

Las dos semanas pasaron volando, Minho evitaba llamadas y solo respondía algunos mensajes de forma muy seca.

Seungmin le exigió hablar una vez este volviera a su casa, pues ninguno de los chicos sabía dónde vivía Changbin como para ir a visitarlo, y Minho rechazaba todas las opciones que su amigo le ofrecía para poder hablar en otro lugar.

Jisung por su parte solo le preguntaba una y otra vez si no se había vuelto loco y si estaba seguro de lo que iba a hacer. Minho le repetía una y otra vez que todo estaba bien y que no se arrepentía de su decisión, pero sabía muy en el fondo que por más que lo repitiera, su corazón no se lo creía.

Cada tarde que Changbin llegaba, este intentaba animarlo, planear salidas con él y hacer citas improvisadas tanto en la calle como en su propia habitación, intentaba todo lo posible para romper la monotonía que tenían esos últimos años, sin importarle si llegaba exhausto a su casa.

Minho notaba el cansancio en el chico, pero sabía lo que intentaba hacer, por lo que nunca se quejó, aún cuando Changbin notaba que muchas veces Minho solo quería quedarse acostado y dormir, ya que eso era lo único que hacía todo el día.

Minho sentía un vacío en el pecho, no sabía por qué, pero se sentía triste.

Se preguntaba que podía hacerle falta, pues con Changbin lo tenía todo, un novio amoroso que lo llenaba de regalos y lo consentía en todo lo que quisiera, quien le podía comprar hasta la luna si este se lo pidiera, tenía una familia que le abría las puertas a su hogar y lo trataban tan bien que Minho se sentía culpable.

Pero aún con todo esto, Minho sabía que algo le faltaba, no estaba del todo cómodo y solo quería huir.

Se arrepentía de no haberse tomado el tiempo que necesitaba.

Collision - Minchan/MinbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora