CAPÍTULO 26

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Lluvia suelta presurosa mi mano cuando uno de los prefectos nos hace señales a distancia de que debemos hacerlo, creí que eso no estaba prohibido en el colegio.

La noto sonrojada además de nerviosa. Su madre no se ve que sea tan estricta como para que le tenga tanto temor a las suspensiones, aunque recordando, creo que mi concepto es erróneo cuando al castigarla la han dejado sin puerta, sonrío al recordar que no tenía privacidad en su antigua casa.

Es nuestra última clase y nos dirigimos al salón de acro, sólo espero que la suposición de Lluvia sea errónea, y que la profesora si me permita bailar con ella pese a mi nariz rota.

—Pero no estamos haciendo nada malo —recrimino al prefecto cuando ya lo tenemos a un costado nuestro mientras caminamos en dirección a la clase de acro.

—Creo que debería leer las reglas de la institución, joven Cortázar. El reglamento se les proporciona para que sepan y no infrinjan ninguna de ellas —me reprende en tono autoritario.

—No volverá a ocurrir —expresa ella.

Estoy por volver a hablar, pero Lluvia me toma de la muñeca para llevarme a la clase club alejándome del prefecto, sabe que es difícil que controle mis emociones y parece que ella se ha convertido en el freno de mis impulsos.

—¿Sabes qué me molesta? —suena irritada ante su retórica pregunta— Que parece que buscas que te expulsen —me empuja por el torso cuando llegamos a las puertas del salón de acro.

Se adentra dejándome a pocos pasos suyos de distancia. Pareciera que sus pisadas son más firmes cuando se enfada. Sonrío cuando gira sobre sus pies para volver hasta mí.

—¿Pero sabes qué me recontrapatea'? Que no podrás bailar y tendré que hacer mancuerna con alguien más...

—Si continuas de berrinchuda, voy a besarte —le advierto.

—¡¿Qué?! —cuestiona arrugando el ceño—. En este momento te odio tanto —me empuja de nuevo—, cuando terminen las clases iremos con un médico para que te revise la narizota —me apunta con el dedo, sonrío viéndola enfadada, hasta molesta se ve dulce—, ya basta de tu actitud: "soy súper fuerte e inmune al dolor" —hace una voz chistosa provocando que me ría.

Sé que su molestia se debe no sólo a que no estaremos juntos en la presentación de los interescolares de acro, si no, que esta mañana mi nariz ha sangrado y yo le he restado importancia mientras ella insistía fuésemos al hospital.

La profesora se acerca a nosotros estando sorprendida por el yeso en mi nariz. Suspira desilusionada y noto como Lluvia vuelca los ojos reprendiéndome una vez más.

—Me temo que debemos buscar un suplente —habla con pesar.

—Te lo dije —expresa Lluvia golpeando ligeramente mi hombro con el dorso de su mano para después irse hacia los vestidores.

—Tendré que hablar con Nielsen para que te supla —me hace saber.

—Puedo bailar —le hago saber.

—No, Madsen, tu bienestar es prioridad y no puedo arriesgarme a que recibas un golpe mientras ensayas, eres nuevo en la clase y créeme, el ensayo no es cosa fácil—, suspira frustrada— me temo que Lluvia tendrá que esforzarse —finaliza dejándome intrigado.

—Profesora, no ocurrirá ningún accidente, seré cuidadoso —insisto.

—Madsen, iba asumir el riesgo para que participaras junto a mi mejor alumna porque tienes los músculos y hacen una pareja equilibrada, aunque no tengas idea sobre acrobacias y baile, estaba segura que dos meses de duro entrenamiento eran suficientes para que si bien no obtener el primer lugar en acro en parejas, si traer una buena posición, pero con tu nariz rota, no pienso arriesgar más de lo necesario, debes comprender. Lo lamento, Madsen —finaliza.

MADSEN -Tres veces te amo-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora