CAPÍTULO 11

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He evitado a toda costa a Madsen en los últimos días, hay ocasiones que noto su mirada sobre mis hombros y me siento tentada a voltear para verle, pero por fortuna mi razón vence, cosa extraña en mí.

Suspiro acercándome a mi tía Valeria, he decidido llegar antes para poder hablar con ella, puesto que hoy no podré evitarlo, no quiero continuar como mancuerna de Madsen, no pretendo permitirle que sus cambios de humor me conviertan en su víctima.

Sé que Valeria no querrá que haga el trabajo en solitario a menos que le de argumentos válidos. Desconozco las cargas que Madsen lleva dentro de sí, pero eso no le da ningún derecho a tratarme como lo hizo y prefiero por lo menos intentar librarme de compartir tiempo con él.

—Tía.

Me acerco a ella cuando ya se encuentra sentada frente a su escritorio a la espera que mis compañeros entren al aula. Me sonríe con dulzura como es usual en ella.

Veo como una de sus manos llega hasta su vientre para acariciar a mi nonato primo. Sonrío al ver la ternura con la que sus dedos recorren su ya más notorio vientre.

—¿Sí? —cuestiona.

—No quisiera estar como mancuerna de Madsen —hablo dudosa. 

—Via —expresa ladeando un poco su rostro.

—Lo sé, tía, pero él me hace sentir muy incómoda. Créeme que es mala idea que estemos juntos.

Valeria alcanza mi mano para acunarla entre las suyas mostrándome su más linda sonrisa. Esas que calman y brindan seguridad, y que a su vez usa para persuadir.

Se coloca de pie para acariciar ligeramente mi rostro. Sé lo que vendrá, un montón de palabras dulces cargadas de buenas intenciones para convencerme que debo ser flexible, me resigno antes de escucharla.

—Madsen necesita amigos, ¿sabes?

—Tía, no me quiere como su amiga...

—A nadie —me interrumpe ella.

—Exacto.

—¿Y te preguntas por qué? —me cuestiona sonriendo.

—Tía —replico derrotada ladeando mi cabeza, ella no deja de sonreírme con melosidad—, es hostil —la veo con suplica; su mirada bondadosa no desaparece haciéndome chistar sabiéndome vencida—. Okay —finalizo derrotada sin siquiera haber dado una digna batalla.

Escucho pasos a mi espalda, estoy por voltear cuando enseguida su peculiar voz suena al decir "buen día", me muerdo los labios cerrando los ojos para no ver hacia él, aún me siento sumamente molesta y por mí, lo desaparecía del planeta por hostil.

Es Valeria la única en responder antes de ordenar que vaya a sentarme en su pupitre.

Inhalo profundo tomando valor para obedecer a la orden de mi tía, sujeto mi mochila para dejar el sitio libre a quien le corresponda tomar mi lugar.

Me siento en el sitio que ocupa Fabién, coloco mis manos como almohada sobre la mesa para recargar mi sien viendo hacia la pared para evitarlo, el salón se encuentra en un silencio sepulcral al sólo encontrarnos los dos y mi tía Valeria.

Las voces de mis compañeros empiezan invadir lo que por un par de minutos fue una atmósfera de mutismo absoluto al llegar antes que el timbre anuncie el inicio de la clase.

Es en el momento que la voz de Valeria se escucha como absoluta cuando levanto el rostro. La pesada mirada de Madsen me hace saber que me observa por un momento, aún así no veo hacia él.

—Clase —habla afable—, he tenido una idea —expresa sonriente.

Dejo caer mi rostro sobre mi libreta sabiendo que "idea" es sinónimo de trabajo bimestral que se validara como calificación. Estaré atada a Madsen por dos meses. Valeria sin duda es cero audible cuando lo pretende o es que simplemente le gusta ponerme a prueba.

MADSEN -Tres veces te amo-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora