CAPÍTULO 17

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Me alejo de los brazos de Asher y me seco las lágrimas, no quiero que mal entienda mi reacción, lo único que siento por él, es cariño. Lo que fue entre nosotros es cosa del pasado, tal vez todo hubiese sido distinto al darle la oportunidad de que me explicara, pero el tiempo no se puede volver atrás y no puedo obligar a mi corazón a amarlo de nuevo por muy culpable que me sienta.

Veo hacia Madsen, tampoco quiero que se imagine cosas que no son, no deseo que vuelva a ser el chico hostil que era antes. Él me observa por un par de segundos más antes de volver a nuestro salón.

Asher se acerca a mi rostro e intenta darme un beso en los labios, logro esquivarlo y él arruga el ceño desconcertado.

—No quiero que malinterpretes —hablo con pesar—. Debí escucharte antes, sí, pero no lo hice y te pido perdón por ello —agacho la mirada por un instante—. No volveremos —digo viéndolo al aclararle.

—¿Es verdad lo que se dice de Madsen y tú? —indaga con tristeza.

—No sé qué es lo que se diga, pero nos gustamos —le hago saber, no deseando ser cruel, si no, porque no quiero cometer más errores, no pretendo esconderle a nadie lo que siento por Madsen—, pero eso ahora no importa, Asher, ¿qué sucede con tu padre? —cuestiono.

—Ah, eso —habla con desánimo—. Madsen sólo se imagina cosas —justifica a su tirano progenitor antes de marcharse al salón evadiendo por completo el tema.

Es obvio que todo lo que dijo Aurora sobre su padre es cierto, sólo que al igual que ella, también tiene miedo, debo buscar la manera de ayudarlo a salir de ese infierno, no puedo quedarme con los brazos cruzados viendo como lo maltratan, no quiero imaginarme que los golpes pasen a ser algo aún peor.

Suspiro preocupada por lo que a Asher le ocurre, pero también por el actuar de Madsen, debo hacerle saber la verdad.

Seco mis mejillas y vuelvo a suspirar antes de entrar al salón. Veo mi mochila sobre mi pupitre sabiendo perfecto que ha sido Madsen quien la ha traído, aún así camino hacia su lugar. De inmediato se pone de pie para salir del salón, lo sigo.

—Es mi favorita —verbalizo dejando el empaque de galletas frente a él cuando le doy alcance a mitad del pasillo.

—¿Y yo soy tu favorito? —habla molesto.

—Madsen, no me hagas esto —expreso triste por su actitud.

—Vuelve al salón, Lluvia —enuncia intentando marcharse.

Vuelvo a darle alcance y una vez más me coloco frente a él.

—No —acuno su rostro colocándome de puntillas intentando inútilmente alcanzar su altura—. No quiero —mi voz se corta—. No quiero alejarme de ti.

Él me atrae hacia su torso con cierto grado de brusquedad, gimo ante el impacto de mi cuerpo contra el suyo, me envuelve entre sus brazos y me estruja tan fuerte que siento que me asfixiará.

Siento sus labios sobre mis sienes, deja un beso, pero no se aparta.

—No quiero odiarlo —habla más tranquilo manteniéndome entre sus brazos.

—No hay razón para que lo odies. Él no me interesa.

—No quiero hacerte daño, Lluvia —acuna mi rostro—. No quiero arrastrarte a mi infierno —descansa su frente sobre la mía.

—Entonces confía en mí —le pido.

—No quiero que te equivoques —insiste.

—Okay, entonces vayamos con calma —sugiero aunque no es lo que quiero, tengo el deseo inmenso de probar sus labios.

MADSEN -Tres veces te amo-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora