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—Que sea perfecto no quiere decir que funcione—

—¿Por qué me dejas así?— el pelinegro estaba arrodillado en frente de quien sería el amor de su vida.
—Puedo cambiar todo de mi ¿No te gusta mi cabello? Lo puedo teñir de otro color y cortarlo diferente ¿No te gusta mi voz? Puedo callarme y hablar sólo cuando me lo pidas ¿No te gusta que sea tan yo? Puedo cambiar todo de mi, por tisollozó, escupiendo cosas tan denigrantes en vano.

La dependencia del pelinegro hacía su gran amor era tanta, lo único por lo que vivía era para verla, era para sentirse seguro entre sus brazos, era para sentirse amado. Cosa que ni él mismo podía hacer.

—No lo entiendes, esto se acabó dijo con un tono tan frío, el pelinegro sintió como su mundo se derrumbaba frente a él, todo lo que había construido estaba siendo destruido.

—No no no ¿Por qué?— tenía tanta dependencia hacia quien lo estaba humillando ahora, no quería entender nada de lo que estaba pasando. Su mente estaba totalmente nublada como si de la niebla marina se tratase.
—No hice nada malo, jamás tuve a alguien más, jamás dudé en demostrarte lo que siento por ti, jamás cometí un error, siempre eras tú, incluso antes de mi—cualquiera que viera esta escena le diría que se parase del suelo, estaba humillándose por alguien que lo dejo de amar hacer tanto tiempo.

—Yo lo sé, pero no entiendes que ya no quiero estar contigo, no te amo, ni siquiera te quiero—
cada palabra que soltaba con los mismos labios que lo habían besado antes, le dolía hasta el alma. Quería regresar el tiempo y saber que hizo mal, quería saber en que momento dejó de sentir algo por él, en que momento todo se acabó.

La situación sobrepasaba al pelinegro, sentía como sus ojos se llenaban de lágrimas, sentía como su mundo se caía a pedazos, le aterraba, le destruía la idea de no estar con el amor de su vida. Tantos años echados a la basura por unas estúpidas palabras "ya no quiero estar contigo" ¿A qué se refería? ¿No quería estar con él, pero aún lo amaba? Eran tontas suposiciones, quería pensar cualquier cosa menos que lo había dejado de amar, no quería aceptarlo.

¿Por qué él le rogaba que se quedara a su lado? ¿No tenía dignidad? No, ni un mínimo de dignidad o amor propio. Llevaba años en una depresión profunda, queriendo morir lo más pronto posible, maldiciéndose cada que despertaba, lo único por lo que vivía era para ver a quien lo estaba desechando justo ahora.

—Pero no es justo— sollozó, sus ojos parecían haber perdido el brillo; el reflejo del mar que tenía en ellos, sus pensamientos abarcaban solo recuerdos que ya no podía tocar.

—¿Qué mierdas no es justo Fushiguro? No te quiero, entiéndelo— la situación escaló a un tono más violento, cosa que el pelinegro odiaba.

—Pero no hice nada para que me dejaras de querer– pronuncio torpemente desde el suelo, sus ojos marítimos estaban llenos de lagrimas como este mismo. Se sentía como un barco perdido en alta mar, en medio de una pesada tormenta; flotando a la deriva, sin rumbo, atrapado entre corrientes de tristeza que lo obligaban a navegar lejos de la calma. Totalmente perdido.

—¡Exacto!—dijo con obviedad.
—No hiciste absolutamente nada ¿Quién querría estar en una relación con alguien como tú? Lo único que haces todo el día es llorar, decir que eres un idiota, sólo te la pasas en tu casa, lloras y lloras, te ves tan horrible, no cuidas de ti mismo, no paras de hacerte esa mierda en el brazo creyendo que se ve bien cuando en realidad es una puta aberración, odio estar contigo, eres tan difícil de amar

¿Todo eso pensaba de él?

El pelinegro se levantó del suelo, su corazón estaba tan acelerado que parecía que quería salir huyendo, no podía ver nada debido a las lágrimas acumuladas en sus ojos azules y profundos como el mar, sus manos temblaban junto a sus piernas, se sentía tan indefenso, como un alguien en medio de una gran tormenta en el abismal océano. Quería salir corriendo de ahí, pero su cuerpo o mas bien su corazón no se lo permitía.

𝗴𝗹𝗶𝗺𝗽𝘀𝗲 𝗼𝗳 𝘂𝘀.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora