𝟬𝟵

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después de que los puntos de la tarjeta se acabaron, ambos salieron del arcade yéndose a la parada de autobús.

—¿crees que pase a esta hora?— dijo Yuji tocando su labio inferior con su dedo índice, estaba preocupado ya que ya casi eran más de las ocho de la noche.

—supongo—

—buenoooooooo—

a los diez minutos de esperar al fin pasó un autobús.

ambos chicos se subieron hasta la parte trasera y siguieron hablando de cosas triviales, como cuando Fushiguro vomitó o cuando parecía que iba a morir de un susto en todos los juegos a los que fueron.

—sabes Yuji...— dijo el pelinegro
—me sentí bien hoy, gracias— y le dio la sonrisa más hermosa que Itadori podría ver en toda su vida y si; es que la reencarnación existe, en todas sus vidas.

—no es nada— dijo Yuji, acariciando el despeinado cabello de Megumi; según él, parecía un erizo de mar.

después de algunas horas al fin llegaron al punto donde Megumi siempre ponía alto, en frente de la linda tienda de pasteles.

—adiós Megumi— dijo Yuji para después dar media vuelta y caminar.

Megumi estaba algo preocupado, eran casi las diez de la noche y tenía miedo de que algo le pasara a Yuji, pues no vivían nada cerca el uno del otro.
pensando, sintiendo como su corazón quería abrir su pecho y salir corriendo, tomo valor, sin pensar en las consecuencias y se apresuró a llegar detrás de Yuji y detenerlo, sujetando su hombro.

—¿quieres quedarte a dormir?— dijo tartamudeando las primeras palabras
—es un poco tarde y me preocuparía que yo esté acostado y tal vez a ti te estén secuestrando o algo así— dijo entre pequeñas risas nerviosas. sentía como su corazón iba a saltar de su pecho.

y el contario no estaba mucho mejor.
Yuji internamente gritaba, saltaba, lloraba de la emoción y mil cosas más ¿en serio Megumi Fushiguro lo estaba invitando a una especie de pijamada? Megumi, el tipo más frío y antisocial que podía llegar a conocer; quería abrazarlo y llorar.

—si, seguro— se limitó a decir lleno de modestia.

ambos caminaron unas cuantas casas y llegaron al hogar del pelinegro.

se ve tan costosa.

pensó Yuji al ver el porte de la casa, un gran jardín en la parte de enfrente, un porche tan lujoso y algunas ventanas grandes.

¿en qué trabajan sus papás?, ¿papás?

pensó otra vez, jamás le había contado algo sobre ellos, no sabía siquiera si tenía padres -aunque era obvio que si-.
comenzó a sentirse nervioso ¿se veía bien? ¿estaba a la altura de la exótica casa que tenía frente a él?

—espera— dijo Megumi, mientras tocaba la gran y oscura puerta, con decoraciones de ¿oro?.

pronto, la puerta se abrió.
dejando ver a un hombre alto, de complexión bastante musculosa, con una mirada penetrante, tenía los mismos ojos que Megumi, solo que los del hombre podía sentir como atravesaban su cuerpo; como pequeñas dagas insertándose una por una en cada órgano vital, tenía una postura erguida que emanaba confianza y autoridad, Yuji se sintió tan pequeño ante él, quería llamarle a su madre y salir corriendo.

tenía en su mano derecha un cigarro, llevaba un cómodo suéter gris y unos pantalones negros junto con unos zapatos negros brillosos, aún con la simple ropa se veía tan temible y podía jurar que era la ropa más cara que había visto.

𝗴𝗹𝗶𝗺𝗽𝘀𝗲 𝗼𝗳 𝘂𝘀.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora