𝟭𝟴

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3:12 a.m.

El pelinegro se encontraba acostado en su cama, viendo el techo y sintiendo la suave brisa por su fino rostro que entraba desde su ventana.
Su estomago aún se sentía como un tsunami de emociones, pero ahora eran emociones bonitas, emociones que él quería sentir.

La vida no es tan mala con Yuji a mi lado.

Extrañamente en su compañía encontraba consuelo.
En reír, en llorar, en los silencios cómodos que comenzaban a tener, en las platicas profundas tanto como el propio mar.
Tal vez Yuji si le gustaba un poco, solo un poquito.

Megumi, por el contario, no se sentía disgustado por la escena anterior; él y Yuji a punto de sellar sus heridas almas en un beso tan vivaz como la marea en un tormenta, sería algo lindo.
Le hubiera gustado besarlo, tal vez.

¿Le gusto a Yuji?
Se cuestionó al recordar en que fue éste quien dio el primer paso en pasar sus esculpidos dedos por su mandíbula.
Recordó como sus ojos comenzaron a brillar como si de una Aurora boreal se tratasen, pudo sentir un leve temblor en su mano y como al final dijo palabras mientras balbuceaba estúpidamente.

¿Me gusta Yuji?
Es decir, no había puesto resistencia ante aquel acto y es más, hasta él también lo imitó y aceptaba besarlo.
Jamás había hecho eso con un chico, no era homosexual, pero no tenía problemas con ello siempre y cuando nadie se entere.
¿Yuji iba a besarme?
Recién estaba cayendo en cuenta.
Y un beso no es como si fuera cualquier cosa, los besos eran especiales, más allá de compartir saliva y la lujuria que conllevaba esto, era sellar ambas almas en un pacto de amor mutuo y verdadero, Megumi solo había besado a una persona en su vida y se odiaba porque haya sido ella, preferiría mil veces haber besado a alguien más, como a Yuji.

¿Estaría bien besar a Yuji?
Ambos eran hombres y peor aún, amigos.
¿Los amigos se besan?
Megumi jamás se ha besado con amigos hombres.
Mientras se cuestionaba sobre ello, aquel lindo momento ahora se tornaba una tormenta de dudas en su mente
¿Qué carajos pasó?
Necesitaba respuestas ante todas sus preguntas. Se armó de valor y le envió un mensaje al peligrosa.

Yuji.

hola


Al otro lado del celular, Yuji estaba llorando.

¿Por qué lo hice?
Megumi es mi amigo, ambos somos hombres, no está bien, nada de esto.
Megumi no me puede gustar, es mi amigo.
Creerá que soy un enfermo.
¿Qué pensará de ahora?

Estaba totalmente abrumado por lo que hizo.
No es como que hubiera cometido un delito, bueno; en Japón no, pero claro que era demasiado mal visto ¿y si lo veía mal Megumi?
Se le caía la cara de vergüenza, no quería volver a hablar con él suponiendo que él tampoco quería volver a verlo.
Ahora estaba en posición fetal abrazando un peluche de oso mientras las bonitas lágrimas llevando un mar en miniatura salían de sus preciosos ojos.

mEGUMIII ᓚ₍ ^. .^₎
hola

Mentiría si dijera que no quería contestarle, claro que quería; en los últimos meses se había vuelto tan especial para él que no se imaginaba un día entero sin verlo.

Yuji.

hola

Megumi sintió como su celular vibró y en una facción de segundo abrió el mensaje.

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𝗴𝗹𝗶𝗺𝗽𝘀𝗲 𝗼𝗳 𝘂𝘀.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora