𝗴𝗹𝗶𝗺𝗽𝘀𝗲 𝗼𝗳 𝘂𝘀.

𝟮𝟭

Por el otro lado, Megumi estaba a punto de suicidarse.

¿Por qué soy así? No quiero ser así, pero no puedo evitarlo.

Algo importante en la forma de ser del pelinegro es que era demasiado difícil de entender, a tal punto en él que él mismo se ahogaba en las profundas olas de sí.
No sabía que es lo que quería, no sabía que es lo que le gustaba, quería solo morir, no quería hacer nada más que dejar de respirar o sólo dejar de ser consciente. Daría lo que fuera por dejar de vivir. No quería hacerlo, era lo que más odiaba después de a él. No sabía cómo quererse y ¿Cómo quieres a alguien si no puedes quererte a ti mismo?

Esa preguntaba siempre rondaba la cabeza de Megumi, era muy estúpido decir que amaba a a alguien si no lo hacía consigo mismo, pero eso le daba igual, le daba igual dañar a los demás por sus problemas. Su baja autoestima lo hacía pensar que en cuanto miren a alguien más; lo cambiarían y ese pensamiento lo hacía sobrepensar, y el sobrepensar lo hacía querer que le aclaren cosas; las cuales no existían. Fushiguro era todo un problema el cual Itadori no sabía como resolver.

¿De verdad te amo? Si, si te amo, te amo más de lo que me podría llegar a amar a mi.
Amo estar contigo, amo poder reír contigo y ser una parte de todo lo que soy. Amo ver tus ojos y ver tus labios, amo abrazarte, amo como me haces sentir, amo que me ames.

Amaba el amor que él no se podía dar. No es que fuera malo o mal novio, sólo no sabía como serlo. Claro que había tenido cientos de relaciones antes de él, pero en ninguna se esforzaron por conocerlo más allá de su hermoso rostro y tener el privilegio de estar con alguien tan atractivo como lo era Megumi Fushiguro. Pero esta vez, aquel pelirosa quería conocerlo de verdad "cuéntame sobre ti", esas tres palabras lo dejaron pensando, sus noches de insomnio tenían nombre y apellido: Yuji Itadori.
Alguien jamás le había preguntado sobre él, y claro que no supo que responder.

¿Porqué qué carajos respondería? Lo único que hacía era autolesionarse, fumar, llorar todas las noches preguntándose el porqué no era suficiente para su padre, para sus relaciones, para todo; dibujaba, le gustaba escuchar rock indie, Joji, también era algo bueno en la cocina, las manualidades se le daban muy bien, entendía las emociones de los demás, le gustaba ver a los demás felices, también le gustaba escribir sus pensamientos; ya que no podía hablarlos, pero claro que no podía decir todo eso y era mejor irse a llorar.

Era tan complicado.

La última vez que vio a Yuji estuvo lleno de ansiedad, cuéntame sobre ti.
Se podría decir que entró en un cuadro de crisis. Fumaba dos cajetillas de cigarros al día; la nicotina ya no tenía el efecto que él deseaba, volvió a tener el brazo lleno de cortes, cicatrices y cortes sobre éstas.
Megumi realmente estaba jodido y lo único que quería era estar en los brazos de su novio.

Se levantó de su miseria y tomó su celular para acabar con lo que él mismo había provocado. Logró ver con sus lindos ojos marítimos como tenía más de cinco llamadas perdidas por parte de su lindo Yuji.

Carajo. Atinó a pensar y tan pronto cayó en cuenta, con sus finos y blancos dedos temblorosos le mandó un mensaje a éste.

Yuji <3

hola

Esperó cerca de diez minutos hasta que en la pantalla apareció "visto", se rindió. Sintió como su cuerpo se llenaba de agua y se sentía pesado, no quería moverse, no quería hablar, no quería nada más que estar con Yuji.
Pero ¿Por qué Yuji debería de contestar sus mensajes después de que le dejó de hablar de la nada? Él ni siquiera se planteó eso en la cabeza y sólo esperaba a que el pelirosa contestará como si no lo hubiera dejado tantas noches llorando.