Capítulo dieciséis

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Bokuto había cumplido con su palabra de ir al día siguiente a acompañarlo.

Y al siguiente.

Y al siguiente.

Y al siguiente.

Hasta ya casi completando dos semana enteras de recibir al alfa en su hogar cuando esté terminaba sus deberes como deportista.

Semanas en la que no supo nada de Osamu y no podía estar más feliz al respecto.

Pensó que el principio podía ser incómodo, pero era el único que pensaba aquello ya que la presencia del alfa con cabellos bicolor alegraba cada día.

Tanto para él, como para su hijo.

Los síntomas de Kaito se habían reducido considerablemente y sus malestares nunca más lo atacaron. Solo lloraba cuando a veces despertaba por las madrugadas y veía que el bicolor no estaba en la casa para jugar con él.

En momentos así, no había nada más que calmara su llanto que dormir en la gran cama con su mamá.

Por lo que Akaashi podría decir que sus días eran menos preocupantes, pero igual de cansadores que siempre.

Debía trabajar bastante horas consecutivas además de avanzar proyectos en su hogar cuando se suponía que tenía sus días de descanso laboral. Como ahora mismo actuaba, tecleando y respondiendo correos desde su computadora en la comodidad que le podía brindar su comedor.

-¡Mira mama! ¡Lo pinte con Bokuto! -Kaito había adoptado por completo el nombre del mayor.

-Es precioso Kai-chan -observó el dibujo que mostraba tres figuras sobre un pasto pintado con la pintura aún fresca.

Detrás de las tres personas se veía un colorido arcoíris que se sorprendió al notar que uso los colores correctos para pintar este. Las tres figuras mostraban a un pelinegro alto con lentes, tomado de la mano de un niño con el mismo color de cabellos que también tomaba la mano de un bicolor con los pelos en punta.

-¡Nos esforzamos demasiado! -respondió dando saltitos de felicidad al haber logrado aquella obra de arte.

-¿Donde está Bokuto-san? -le pregunto al no ver al alfa entrar a la sala luego de que él y Kaito fueran al patio a pintar.

-Esta limpiando, es que se nos cayó la pintura -acusó alejándose del comedor donde se encontraba su madre para ir a colocar el dibujo en algún lado para secarse.

Akaashi se levantó de su asiento cuando escuchó eso último, pasando por la cocina antes de salir por el ventanal y ver la figura del alfa en el suelo.

Su espalda se contraía mientras movía su brazo de adelante hacia atrás, frotando lo que sea que tenía contra el suelo.

-Bokuto-san -llamó alertando al alfa quien volteo su rostro.

-¡Hey! ¡Agaashi! -trató de responder cubriendo el desastre que había provocado en el suelo.

-Dejeme ver -sonrío por la actitud infantil del mayor. Llegó a su lado y se agachó para ver la gran mancha de colores que estaban en el piso. Supuso que sólo habían caído gotas, pero el alfa cuando intentó limpiarlo, terminó ensuciándolo aún más- será más difícil limpiarlo si se seca.

Uso el paño húmedo que trajo de la cocina, limpiando rápidamente la mancha sin problema alguno.

-¡Lo hiciste ver tan sencillo! -comento con sorpresa- ¿como es que ensucie más tratando de limpiarlo?

-Cuando tienes un cachorro en casa se aprende a limpiar manchas como estas -hablo por si mismo mientras dejaba el paño de lado- prefiero mil veces que ensucie el piso a que raye las paredes -hablo recordando algunas escenas pasadas.

𝐓𝐡𝐞 𝐍𝐞𝐢𝐠𝐡𝐛𝐨𝐫 - 𝐁𝐨𝐤𝐮𝐚𝐤𝐚 - 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora