Capítulo 2

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••• Lo que es para ti, te encuentra. •••

Leah volvió a insistir con su telefono llamando a los chicos, pero la enviaba a buzon de voz.

—Tranquila ya llegaran, por cierto ¿Eres de aquí?

—Sí, nací en Bentonville y no conozco otro sitio.

—Tampoco e viajado mucho, desde que mi tía se mudo a la cuidad veníamos a visitarla en ocasiones, es agradable.

—Puedo imaginar que es diferente, me gustaría viajar y conocer más lugares, ¿sabes? Pero hay cosas que no podemos permitirnos, —comenta con una pizca de nostalgia.

—Comprendo perfectamente. Creo que todos deseamos eso, recorrer el mundo y ver sus maravillas, —decido cambiar el tema— ¿Tienes hermanos? —Leah sonríe y se le ilumina el rostro.

—Sí, tres insoportables hombres y ellos hacen que tenga mucho trabajo al llegar, son asquerosos —hace una mueca— pero cuando se comportan bien podemos llegar hacer pegajosos, sobre todo el menor, dice que soy su mayor orgullo. —Sus lindos ojos marrones se le critalizan, se nota que los ama, es lindo. Hace que añore tener alguien asi en mi vida- ¿Y tu tienes hermanos?

—Soy hija única.

—¿No dejaste ningún enamorado en Magnolia? —me tenso por su pregunta, fuerzo una sonrisa, pero es muy tarde Leah pudo notar que su pregunta me afecto.

—No —susurre, ella asiente en silencio.

Miro hacia otro lado, odio la tensión que se siente en el ambiente por una simple pregunta.

A la distancia veo entrar a un hombre su actitud relaja, sonrisa agradable, saluda a unas cuantas personas y a medida que se acerca mayor es mi confusión, siento que lo e visto antes. Mi corazón da un salto a reconocerlo.

¡Es él!

El hombre de anoche. Es más guapo con la claridad del día, puedo detallar su rostro. Primero mira a Leah y como si sintiera mi mirada sus ojos negros se clavan en mí. Agacho la cabeza, mi cabello cayendo por los lados de mi cara, tal vez no me reconoce.
¿Qué hace el aquí?

—Llegaste, al fin —chilla Leah.

Levanto un poco la cabeza y veo de reojos como se lanza a sus brazos, escucho un sonoro beso y risitas de Leah. Siento un poco de decepción. Es tonto de mi parte, por supuesto que tiene novia y tenía que ser mi única amiga hasta ahora.

—Oye Avery, te quiero presentar a Tyler.

Levanto la mirada sin opciones y otra vez su belleza me deja sorprendida, ahí están esos ojos intensos, esa sonrisa de lado que lo hace ver seguro de si mismo, no puedo dejar de mirarlo, es como un imán.

—Avery —digo y agradezco que sonara segura y no nerviosa como en realidad me siento con su presencia.

—Avery —repite mi nombre como si lo tuviera saboreando y ¡guao! suena muy bien mi nombre con su voz sensual y varonil. —Bonito nombre, me gusta.

Sonríe, la misma sonrisa que me dio anoche cuando le dije que era un degenerado, estaba divirtiéndose.

—La estas intimidando Tyler, su sonrojo es adorable.

¡Qué vergüenza! como odio sonrojarme, es fácil de leerme por ese simple gesto, me pasa muy a menudo. En realidad es mi día a día, todos dicen que me hace ver tierna, pero cuando entre a la pubertad no es nada agradable muchos lo utilizan para saber cual es mi debilidad, sin tener oportunidad de ocultarlo.

Tyler decide sentarse al lado de Leah, juste frente de mí.

—Lo siento, pero es una belleza imposible dejar de mirar.

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