Sedúceme Despacio

Capítulo 26

••• Me gusta la gente con la que perder tiempo es ganar en vida •••

Avery

La tarde ha sido una de las mejores, Tyler no se separa de mi, a cada instante me besa y sus manos no pueden alejarse de mi cuerpo y estoy bien con eso, siento que estamos tan desesperado por estar a solas y poder liberar todo este deseo reprimido.

Estamos sentado en la arena viendo el atardecer en silencio apreciando la maravillosa vista que la naturaleza nos regala, una vez que el sol se ha escondido es su totalidad la brisa se vuelve fría, es muy relajante estar aquí.

—¿Avery?

—Uuummm —respondo

Le echo un vistazo, está mirando con una sonrisa es sus labios, me mira con suavidad como si estuviera viendo a un ser maravilloso.

—Eres hermosa, —dice con naturalidad. Se siente diferente esta vez, sin una pizca de perversidad, sostiene mi mano y se la lleva a sus labios y me da un suave beso. Se me eriza toda la piel con sentir sus besos, traspasa mi piel haciéndome estremecer. Antes que diga cualquier cosa él continúa—: No hemos compartido lo suficiente como en realidad quisiera, cuando le dije a mi madre que eras mi novia sin ni siquiera pedírtelo, ahora tengo la oportunidad de hacerlo —¿Va a decir lo que creo que va a decir? Estoy temblando por la emoción mi corazón palpita como si hubiese corrido un maratón, sus ojos me examina no perdiéndose mi reacción—¿Quieres ser mi novia Avery?

Sonrió, mis ojos se vuelven cristalizados, sencillamente quiero llorar de felicidad.

—Sí, sí quiero ser tu novia, —respondo eufórica

Provocando que su sonrisa sea aún más grande, coloca sus palmas en mis mejillas y me da un suave beso y no se torna a lo sensual, es como si tuviera apreciando este momento, atesorando y es unos de los mejores besos, porque es como si está diciéndome lo mucho que quiere, se separada dándome un último beso.

—Ahora si vamos a follar cariño —bromea con una sonrisa de lado, le doy un golpecito en su hombro y río.

—Gran manera de matar un momento romántico ¿Estás desesperando?

—Si te soy sincero, sí, jamás espere tanto por una chica. De igual manera no me quejo, desde que te vi con esa espantosa pijama de Bob Esponja supe que eras diferente.

—Me queda muy sexy, acéptalo.

—Cariño esta con una bolsa de basura te verías sexy.

—Guao, que romántico —digo sarcásticamente sonriendo, me duele las mejillas de tanto sonreír.

—Es uno de mis talentos, así que no te rías, ahora cuéntame de ti quiero saber todo de mi novia.

—¿No deberías de saberlo antes de pedirme que fuera tu novia? —Lo fastidio.

—¿Hay un manual para eso? —Arquea sus cejas y se acuesta en la arena.

—Que listillo —ruedo los ojos y me acuesto a su lado, viendo las estrellas— Como sabes soy de Magnolia, mi vida fue normal, íbamos mucho a visitar mis abuelos en su fundo queda algunas hora de allí, así que todos los fines de semana y vacaciones nos íbamos para su casa, mis abuelos son los mejores, como soy su única nieta me consentían demasiado, lo que más odiaba de ahí eran los animales, lo demás era perfecto

—Ya va, espera ¿no te gustan los animales? —pregunta confundido.

—No, si los puedo cuidar, tratarlos bien, darles de comer, sin embargo no me gustan, no los quiero cerca, ni me provoca acariciarlos, como los perros y gatos ¿a ti te gustan?