Epílogo

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Tyler

—Ahora puedes besar a la novia —concluye el sacerdote.

Los aplauso se hicieron retumbar por la iglesia. Avery me mira con una gran sonrisa, me pierdo en sus celestes iris, cuando no aparto mi mirada de ella empieza a sonrojarse. Es la mujer más hermosa en todo éste lugar, con su vestido azul claro y flores Jazmines adornando su cabello.

Después que termina el beso de mi hermano Cameron y Leah, los recién casados hacen su recorrido a la salida, le ofrezco mi mano a la hermosa dama de honor y vamos atrás de los novios.

—Leah está radiante, se ve tan feliz —aprecia Avery viéndola subir al auto.

—Se lo merece, cariño. Los dos.

Le doy un beso en su mano y luego voy directamente a su labios, había estado ansioso por besarla desde que la vi, pero no me lo permitía porque iba a dañar su labial, ahora estoy dándome un festín haciéndola derretirse, se sostiene de mi esmoquin y va por más. Recuerdo que no estamos solos y a regañadientes voy alejándome. Joder me encanta verla después de un beso, sus labios se vuelven provocadoramente húmedos, sus mejillas de un intenso rosa que baja por su cuello y esos lindos ojos que se iluminan.

—¿Vamos a la fiesta? —pregunta sintiéndose cohibida por el beso.

Me inclino y muerdo el lóbulo de su oreja, jadea sorprendida y se sujeta de mis brazos.

—¿Es lo que quieres realmente? —La provoco.

Su respiración volviéndose pesada. Espero su respuesta con paciencia, pero no se la dejo fácil reparto besos por su mandíbula, ella realmente lo está pensado eso hace que sonría.

Avery se recompone al notar que estoy jugando.

—Jamás me perdería la fiesta de mi mejor amiga.

—Mentirosa —la sigo molestando.

Coloca sus ojos en blanco y camina directo a la camioneta, río al verla pisotear fuerte, es tan orgullosa. Llevo un mes fuera de la ciudad por negocios, ahora estoy abriendo mi propio camino dejando aun lado los negocios de mi padres. Estoy muy agradecido por todo su apoyo económicamente, sin embargo es hora de alejarme.

Llegue hace cinco días, pero Avery a estado ocupada con su trabajo de grado, estando cerca de graduarse de Arquitectura, además de estar ayudando a Leah con todos los preparativos de la boda. Realmente no hemos tenido oportunidad de estar solos, algunos roses y coqueteo que nos dejan deseosos de llegar a más, se que ella lo quiere, puedo verlo en como reacciona su cuerpo, en como sus ojos me lo piden, quiere que deje de hacerla sufrir y calme su necesidad, cuando ella ve que no lo haré se molesta e irrita. Es fascinante verla erguirse y luego sonreír para demostrarme que no me lo pedirá.

La sigo hasta la camioneta y subo, tiene su vista fija al frente con sus brazos cruzados como una niña malcriada. Adorable.

La miro de reojos de vez en cuando mientra manejo, en un momento se le dibuja una sonrisa, me echa un vistazo y muerde sus labios provocativamente. Maldición está planeado algo.

Sube su vestido hasta la cintura mostrándome su diminuta braga color blanco, miro al frente, pero rápidamente vuelve a tener mi atención, mi corazón se acelera cuando sus dedos empieza a masajear su clítoris por encima de la tela, pequeños gemidos saliendo de sus labios.

¡Joder! Mi polla quería, exigia salir a jugar.

—¿Qué estás haciendo Avery? —pregunto, sintiéndome estúpido, obviamente sé lo que está haciendo.

—Tocándome —dice sin más.

—Eso veo.

Aparta la tela de su braga y acaricia su clítoris, su jadeo volviéndose más fuerte. Joder esta mujer me volverá loco, inmediatamente estacionó el auto antes de estrellarnos.

Sedúceme Despacio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora