Capítulo 3

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••• Si no sueltas el pasado, ¿con qué mano agarras el futuro?. •••

Intento abrir lo ojos, pero no puedo. La desesperación entra en mi cuando no puedo moverme. Volví a intentar abrir mis ojos, estaba vez lo logro, pero lo único que veo son paredes blancas ¿Dónde estoy? siento mis pies mojados es... es... Sangre, sangre por todo el piso, un escalofrió recorre por todo mi cuerpo. entro en pánico y empiezo a gritar, escucho las risas de Leonardo...

—Asesina, eres una asesina, —dice riendo más fuertes.

—¡No, no lo soy!— grito.

Avery.

No.

Avery.

¡Basta!

—Avery

Me despierto de golpe, pongo mis manos en mi pecho, mi corazón latiendo fuerte. Margaret sostiene mis hombros.

—¿Avery estas bien?

—Sí... estoy bien, solo era una pesadilla, —balbucie aún perturbada.

—¿Quieres hablar sobre eso, amor?

No puedo verla por la oscuridad, pero en su voz dulce puedo percibir su preocupación.

—No, prefiero no hacerlo.

—Está bien, estaré para ti si decides hablar.

—Gracias.

—Duerme, aun queda unas horas, antes de levantarte. Me da un beso en la frente y se levanta, dejándome sola en mi habitación.

Me vuelvo acostar viendo a la oscuridad, el reloj en la mesita de noche muestra las 4:52am, tengo una horas y media más de sueño, sin embargó se me hace imposible dormir. Las pesadillas se habían ido hace meses

«Volvieron...»

Volvieron para atormentarme, para que no olvidara los errores que cometí.

No dormí, se hicieron las 6:10 y me levante.
A pesar que me levante temprano, me tarde ocultando mis ojeras y mejorando mi aspecto con maquillaje.

Con pasos rápido llego a los pasillos de la Facultad, vuelvo a mirar la hora en mi celular. Siento un fuerte golpe en mi hombro y pierdo el equilibrio, todo pasa tan rápido, cierro los ojos esperando mi caída segura al piso, pero no llega. Alguien me sostiene por mi cintura.

—¡Ey! ¿Estás bien? —pregunta una voz masculino, puedo sentir sus brazos fuertes, me alejo de él volteándome para verlo—. Lo siento mucho, iba apurado. No fue mi intensión.

—No te preocupes, lo entiendo, —aseguro.

Paso su mano por su cabello negro un poco largo con rizos ligeros, sus ojos café me analizaron y luego sus hombros se relajaron.

—Pues, mucho gusto soy Max.

—Encantada de conocerte Max, mi nombre es Avery.

—Vaya manera de conocernos, —comenta tímido, no sé por qué pero Max me transmite mucha dulzura.

—Sí, lo sé y ¿Por qué tan deprisa?

—Hoy es mi primer día, ayer no pude venir y no quería llegar tarde.

—Entiendo ¿Qué clase te toca?

—Voy al salón 9.

—Análisis de forma arquitectónica, —decimos al mismo tiempo, lo cual causa su risa. —Estudias arquitectura ¿cierto?

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