Phoenix sabía que estaba en una situación complicada, lo sabía muy bien, desde el momento en el que se le ocurrió relacionarse con Sirius Black.
El amor que ella sentía por él nublaba todo su buen juicio y no se dio cuenta hasta que fue demasiado tarde y Sirius la dejó por irse con los Potter. Phoenix le había dicho que estaba embarazada y él se disculpó diciendo que no estaba listo para eso, para luego abandonar el lugar e ir donde sus amigos.
Ella lo amaba y, aunque supiera que Sirius sí sentía algo por ella, también sabía que Sirius preferiría a los Potter antes que a cualquier persona en el mundo.
Phoenix quedó sola y su intención era criar a su bebé por su cuenta, eso fue hasta que empezó a enfermar. Las probabilidades de sobrevivir al parto eran nulas y ella no quería que su bebé cayera en un orfanato, no quería que quedara un lugar donde no fuera a recibir cariño o no fuera a ser tratado con el respeto que merece.
Al final, no tuvo de otra que recurrir a su última opción. No, no era Sirius Black. Su última opción era la ancestral familia Black. Ella esperaba que ellos se apiadaran de la vida de su bebé.
Cuando llegó fuera del doce de Grimmauld Place empezó a dudar, había escuchado repetidas veces a Sirius quejarse de su familia y de como lo trataban, tampoco se guardaba sus pensamientos respecto a las inclinaciones que tenía su familia, por lo que Phoenix estaba bastante informada ellos.
Phoenix soltó un suspiro tembloroso antes de acercarse a la puerta. Tocó tres veces y fue cuestión de segundos para que alguien abriera la puerta.
—Mi hermano ya no vive aquí —Regulus Black fue quien abrió la puerta
—No estoy aquí por tu hermano —respondió la rubia
—¿Entonces?
—Necesito ayuda, por favor, no vendría si en verdad no fuera necesario —Regulus la miró por unos segundos para luego asentir
—Ven, entra —le da paso a la casa —. Madre, padre, tenemos visitas
—¿Visitas? —preguntó el patriarca de la familia Black. Se acercó a su hijo y ve a la chica con quien este hablaba —. Sé quién eres, Phoenix Rappaport
—¿La conoces, padre?
—Sí, ¿la conoces, Orion?
—Hace un tiempo noté algo raro en el tapiz, debo admitir que no creí que fuera a venir, lady Rappaport —Orion Black tenía una mirada penetrante, su simple mirada intimidaba a cualquier persona
—Estoy muriendo, estoy enferma y no sobreviviré al parto, no quiero que caiga en malas manos en un orfanato.
—¿Un hijo bastardo del traidor de mi hijo? —soltó una risa Walburga —. ¿Por qué venir aquí?
—Creo que está claro, a él no le importó, prefirió irse con...
—Con los Potter —terminó Orion.
El silencio se hizo, nadie decía una sola palabra y eso hacía que la ansiedad de Phoenix fuera en aumento, lo único que quedaba era dar una mirada suplicante, rogando que así tuvieran un poco de piedad
—Yo me puedo hacer cargo
—¡Regulus! —exclamó Walburga
—Estoy de acuerdo —finalizó Orion —. No sabemos cuando tendremos nietos, con todo lo que sucede es complicado. La decisión ha sido tomada.
—Bien, Kreacher te llevará a tu habitación y luego llamaremos a un medimago —dijo Walburga, resignada, por mucho que no quisiera, no podía llevarle la contraria al Lord de la casa.
La apariencia de Phoenix se fue deteriorando con el tiempo, su tez tomó un color enfermizo, su delgadez estaba en un punto muy insano. Pronto llegaría su fin, eso estaba claro.
El nueve de septiembre de mil novecientos setenta y nueve nació una niña de rubia cabellera y ojos azules. No lloraba, solo miraba a su alrededor.
Phoenix pudo sostenerla un par de minutos antes de que sus ojos perdieran su luz, indicando su muerte. Ahí fue cuando la niña empezó a llorar y no se calmó hasta que Regulus la tomó en brazos y empezó a mecerla.
—Es un placer conocerte, yo seré tu papá
—¿Qué nombre le pondrás? —preguntó Orion
—Pensé que madre ya tenía un nombre pensado
—Que se joda esa vieja bruja, tú serás su papá —Regulus sonrió a su padre
—Vela Phoenix Black–Rappaport
—Es un nombre precioso, igual que ella —agrego Orion —. Es una suerte que se parezca a su madre y no a tu hermano —Regulus soltó una pequeña risa
—No quiero ocultarle la verdad
—No lo hagas, el tapiz siempre mostrará la verdad. Al final, eres tú quien la cuidará y la amará, no él, ella lo entenderá, te verá y te amará como su padre.
—Gracias, padre —dijo Regulus —. Solo quiero lo mejor para ella
ESTÁS LEYENDO
Auras
FanfictionUn sol leal y cálido para los aliados. Un sol infernal y sofocante para los enemigos. Vela Phoenix Black, también llamada como "solecito", es la chica más encantadora que muchos podrían conocer. Ella era dulce, pero solo con los que quería. Ella es...