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—¿Nos vamos a escapar? —preguntó Harry al ver el sigilo con el que Vela se movía

—No, solo no quiero que los invitados de Sirius nos vean, mi padre tiene trabajo, así que Rabastan nos acompañará —Vela termina de ponerse el abrigo y ambos bajan por las escaleras encontrándose con Rabastan

—¿Están listos? —ambos adolescentes asienten —. Perfecto, síganme, iremos al auto

—¿Tiene auto? —preguntó Vela, asombrada

—Claro, lo tengo en un estacionamiento a una cuadra de aquí.

Los tres salen la casa y caminan calle abajo hasta llegar al estacionamiento. Los adolescentes siguen al adulto hasta el Alfa Romeo 156 color champaña

—Suban

Harry y Vela se miran y se apresuran en subirse, siendo la rubia la que se sienta en el asiento el copiloto

—En las vacaciones te enseño a conducir para que después tengas licencia —ofreció Rabastan, ella asintió efusivamente con una sonrisa.

El auto se estaciona cerca del caldero chorreante, los tres caminan hacia el lugar y cruzan al callejón diagon. Hicieron una primera parada en el banco, sacando un poco de dinero necesario, para luego ir a la librería, Vela le recomendó a Harry diversos libros y él iba asintiendo a la par que iba tomando unos cuantos.

Rabastan los cuidaba desde la distancia, no quería ser muy entrometido, quería darles un poco de privacidad sin estarlos descuidando.

Luego de las compras en la librería, y de comprar los materiales para el año escolar, se dirigieron a una heladería a comer. Pidieron unos helados y se sentaron a comer, Rabastan aprovechó esto para ir a comprar unas cosas que faltaban.

Harry miraba con mucha admiración a Vela, era diferente a cuando Hermione hablaba, cuando la rubia hablaba se notaba el conocimiento y la experiencia, se notaba que no era simple teoría que había leído y memorizado, se lograba ver que ella en verdad sabía de lo que hablaba y la forma en la que ella hablaba era algo atrayente para él.

—Nunca es tarde para aprender, si no quieres ser parte de esto está bien, pero el conocimiento no te hará daño —dijo Vela

—¿Es por eso que Sirius no es el lord de la familia?

—Sirius renunció a todo eso, tampoco es que aprendiera mucho, nunca le gustó. El abuelo no quiso obligarlo, por lo que mi papi se convirtió en la cabeza de la familia Black —explicó ella —. La abuela lo repudió al igual que a tía Andy, pero ella no podía hacerlo, por lo que el abuelo lo revirtió —Vela le dio otra probada a su helado antes de seguir hablando —. Todos siguen siendo parte de la familia Black, solo que no les corresponde el señorío ni pueden acceder a ser cabeza de familia, debido a que ellos renunciaron a ella de una u otra forma.

—¿De qué otra forma puedes perder todo eso? —preguntó

—Infidelidad

—¿En serio? —el asombro estaba en el rostro de Harry

—No es algo que esté en todas las familias sangre pura, pero sí está en esta familia. Si eres capaz de traicionar y romper tu promesa de matrimonio y fidelidad, ya sea un matrimonio arreglado o no, eres capaz de traicionar a cualquier otra persona, eso te convierte en alguien que no es de fiar

Harry asintió.

Dejaron de hablar del tema, para hablar de otras cosas, aprovecharon para conocerse mejor y hablar de sus distintos gustos, evitando a toda costa hablar del tema que los lastimaba a ambos. Cedric Diggory.

Rabastan ya estaba regresando cuando vio a los adolescentes en un momento un tanto íntimo, los vio dándose un piquito en los labios y luego un beso. Solo podía pensar en que Regulus lo iba a matar.

Se acercó donde ellos y carraspeó llamando la atención de ambos

—Ya tenemos que irnos

—¡No le digas a papi! —pidió ella

—No le voy a mentir a Reggie —dijo él

—Por favor, solo no menciones esto último, por favor —Rabastan soltó un suspiro y accedió.

Los tres subieron al auto, Rabastan evitaba decir o pensar en lo que había visto, mientras que los jóvenes estaban un poco sonrojados de haber sido descubiertos, además de la situación como tal.

Al llegar a Grimmauld Place, cada uno se va por su lado. Vela entra en el salón interrumpiendo a los que estaban ahí de la orden.

Ella los ignoró a todos y se sentó en el piano, empezando a tocar algunas famosas melodías, entre ellas "claro de luna".

—¿Vela?

—¿Sí, Sirius?

—¿Dónde estabas? —preguntó

—Oh, fui al callejón diagon a hacer unas compras, ¿por qué?

—Es solo que no te vi en todo el día ¿Regulus sabe que fuiste?

—Sí, Rabastan fue en su lugar —Vela evitaba hablar en su lugar para no confesar que había ido con Harry en aquel lugar, así evitaba que le hicieran preguntas.

—¿Él se comportó?

—Sirius, no tienes que preocuparte, Rabastan es muy bueno

Vela lo miró a los ojos, quería que él dejara el tema, quería que él dejara de insinuar cosas malas de él. Sirius no pudo sostener la mirada por mucho tiempo y no tuvo de otra que asentir al ver a Orion en un cuadro mirándoles fijamente.

—Bien, espero que hayas logrado encontrar todo lo necesitabas —ella asintió y sonrió

—Encontré todo, no eran tantas cosas y andar en auto facilitó mucho el transporte de las cosas sin llamar la atención —Sirius abrió la boca, asombrado

—¿Viste esa preciosura de auto? —Vela alzó una ceja, divertida.

—Sí, es muy bonito, el color igual le favorece mucho —a esa altura, ambos habían olvidado que habías más miembros de la orden ahí mismo

—Sí, yo tenía una moto y podía volar con ella, era asombrosa, se la dejé a Hagrid hace muchos años.

—Las motos suenan algo muy a ti, espero algún día poder verla, lógicamente papi no debe saberlo, si me ve cerca de una moto le dará un infarto.

—Sería un secreto entre nosotros, promesa de merodeador.

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