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Los bailes o las celebraciones era algo normal que se daban en las familias sangre pura. Regulus ya estaba acostumbrado a asistir desde temprana edad a estos eventos, siempre acompañado de sus padres y su hermano, aunque esta vez Sirius no estaba con él. Estar con Narcissa era un alivio para él, su prima siempre sería un lugar seguro para él.

—Sabes que no quiero dejarte, pero tengo que ir con Lucius —dijo ella, apenada

—Lo sé, ve, Cissy, estaré bien

—Vi a Rabastan junto a Rodolphus cerca de la mesa de los panecillos —dijo la rubia antes de alejarse

Regulus no tuvo de otra que ir al lugar indicado, no es que no quisiera ir, pero no le apetecía mucho ir de un lado a otro solo por huir un rato de sus padres.

—¡Regulus! —exclamó Rabastan —. Que bueno verte, vamos a hablar, tengo muchas cosas que decirte —dijo para arrastrarlo fuera del lugar del evento

—¿Me he perdido de algo?

—Mis padres están de pesados y mi hermano no ayuda, no es como si mi cuñada fuera un aporte, no sabes desde hace cuanto tiempo quería escapar de ahí —ante esa respuesta, Regulus soltó una carcajada, a lo que Rabastan le tapó la boca con la mano rapidamente y lo alejó aún más del lugar —. Que descubren que nos hemos ido y nos meteremos en problemas —susurró

—No seas dramático...

Al escucharse el sonido de pasos, ambos se asustaron y se apresuraron a esconderse detrás de unos pilares pegados a la pared, intentando no ser vistos. La cercanía entre ellos estaba en un punto en que podían sentir la respiración del otro.

Cuando los pasos dejaron de escucharse, ambos pudieron respirar con tranquilidad, pero sin llegar a alejarse

—Eso estuvo cerca —susurró Regulus

—Muy cerca

—Rabastan...

—¿Sí...?

—Ya puedes alejarte

—Lo sé, pero no quiero —respondió

—Rab...

—Lo siento, Reg.

Luego de esas palabras, Rabastan besó los labios de Regulus.

Regulus se sorprendió, pero le respondió el beso sin dudarlo, tomó a Rabastan de las solapas de su traje para acercarlo más. El de cabellos azabaches intensifica el beso dando pequeñas mordidas, pero es Regulus quien se aventura a entrelazar la lengua con la suya.

Ambos tenían sus mejillas sonrojadas, cuando cortaron el beso juntaron sus frentes manteniendo los ojos cerrados

—Bastie...

—Te quiero, Reggie

—Yo igual te quiero, Bastie...

Un carraspeo llama la atención de ambos, miraron en la dirección del sonido encontrándose con Lucius que los miraba.

—No preguntaré ni comentaré nada, pero aquí cualquiera los podría ver, tengan cuidado, si no quieren estar en la velada, vayan a una habitación, no quiero que tengan problemas —propuso

—Gracias, Lucius

—No las des, Regulus, Cissy me mataría si algo te pasara —bromeó

—Lo dices de broma, pero todos sabemos que es verdad —acotó Rabastan

—En cualquier caso, ya notaron su ausencia, vamos para evitar que hagan preguntas.

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