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Harry y Vela se encontraron fuera de la oficina de Umbridge. La mujer vestida de rosa les indica que entren y les pasa una pluma a cada uno.

—Exijo que nos den otras plumas

—Eso no será posible, señorita Black

—Esto es ilegal —replicó la rubia

—¿Ilegal? ¿Qué es ilegal? —preguntó la de rosa.

Harry miraba confundido la escena, él solo tomó la pluma y Vela terminó imitando

—Usted, señor Potter, deberá escribir "no debo decir mentiras" y usted, señorita Black, deberá escribir "no debo faltar el respeto"

Vela empezó a escribir con fluidez, quería terminar rápido con aquel castigo, ya sabía como iban a terminar las cosas, por lo que no sacaba nada alargando ese martirio.

Cuando ambos salieron de aquella oficina, Harry sujetó el brazo de Vela impidiendo que ella avanzara

—Nadie debe saber de esto —ordenó

—¿Y dejar que ella quede impune?

—¿No te das cuenta? Ella es del ministerio, los tendrá a todos comprados, debemos encontrar otra cosa, todo se solucionará, lo prometo, pero no debes decir nada, Vela, por favor, hazlo por mí, por la memoria de Cedric —Ella boqueó sin poder creer las palabras que él decía, pero terminó asintiendo —. Nos vemos después —se despidió dándole un corto beso en los labios

—Ya no es blanca... —susurró para sí misma.

Así fueron empezando los múltiples castigos, su mano, que antes tenía una piel blanca e impoluta, ahora tenía una cicatriz en la cual ya no se entendía el mensaje que quería decir.

Estuvo todo ese tiempo guardando silencio sobre lo que estaba pasando, tal y como se lo había pedido Harry, pero era algo que la estaba superando. Empezó a evitar a sus amigas para que estas no se dieran cuenta de la cicatriz de su mano y no hicieran preguntas, no quería preocuparlas, tampoco quería que se metieran en problemas.

—Señorita Black–Rappaport, quédese al terminar la clase

Vela miró a Snape y asintió para luego seguir con la poción. Cuando la clase terminó, ella se quedó en su asiento mientras todos los demás salían, quedando solo los dos en aquel lugar.

—¿Qué sucede? —preguntó

—No sé a qué se refiere

—Vela Phoenix Black–Rappaport, me dirás que sucede —exigió —. Esto no eres tú, mantienes distancia con todos, evitas a todos y vives en castigos, ni siquiera respondes tu correspondencia.

»Regulus está como loco, quiere venir a...

—¡No! Que no venga —el semblante de Severus cambió a uno preocupado al ver como Vela se había alterado

—No puedo ayudarte sin no me dices que sucede

Vela lo miró, tenía muchas dudas, luego recordó que significaban los colores de su aura y se animó a mostrar su mano

—Umbridge nos obliga a usar plumas de sangre en su castigo

—Por Merlín —Severus casi corre a uno de los estantes a tomar varios frascos —. Esto ayudará, este es un calmante y este otro ayuda a la cicatrización.

»Por Merlín, Vela, si tu padre se entera de esto, enloquecerá —soltó un suspiro —. ¿Por qué no dijiste nada?

Ella desvió la mirada, no quería delatar a Harry, pero sabía que había sido estúpida al hacerle caso

—¿Te dijeron que no dijeras nada? —ella asintió —. ¿Quién fue? —pero ella negó —. Bien, no lo digas, pero déjame decirte algo

»Esto no eres tú, no dejes que lo que sea que esté pasando te cambie, porque eso no es algo bueno.

»Si vuelve a pasar, no dudes en venir, te curaré siempre, pero Regulus merece saber lo que está pasando

—Lo sé, le diré en las vacaciones, prefiero decírselo directamente y no por medio de una carta... y le escribiré, no era mi intención asustarlo...

—Tómate el día, Vela, hablaré con los profesores de que te sentías indispuesta

—Gracias.

Cuando el trío de oro tomó la decisión de aprender a defenderse por su cuenta, empezaron a reunir gente dispuesta a aprender y a guardar el secreto

—No creo que sea buena idea decirle a Black —dijo Hermione

—¿Qué? ¿Por qué? —Harry ladeó la cabeza

—No creo que ella acepte ser parte de esto, amigo, seamos sinceros, ella no quiere nada relacionado con la orden o con Dumbledore y varios de nosotros —Las palabras de Ron sembraron la duda dentro de él

—Es verdad, lo mejor será mantenerla lejos de esto...

Vela veía todas las auras manchas de tristeza y miedo, mientras que otras estaban teñidas de esperanza, ella no entendía por qué había tanta diferencia en las auras de las personas, estaba claro que había muchas cosas que no sabía o que no le habían dicho, pero ella no creía que fuera una casualidad que todo aquel grupo tuviera su aura de forma similar. Tampoco es que le importara mucho, muchas de las personas de ese grupo no le agradaban.

El miedo fue aumentando en los estudiantes a medida que los decretos iban apareciendo llenando por completo una pared.

—Te siguen castigando —afirmó Severus

—El simple hecho de que respire es una razón de castigo para ella

—Si las cosas siguen así, seré yo quien hable con Regulus y Rabastan —Vela hace una mueca provocando un suspiro por parte de Snape —. También deberías hablar con Potter, él y sus amigos son muy obvios con sus andanzas

—¿Qué le hace pensar que me escuchará? —preguntó ella

—En el verano se les vio muy unidos —dijo con obviedad

—Las cosas cambian, supongo

—Sí, puede ser —murmura mientras termina de vendar la mano de Vela —. No creí que Potter fuera de los que se aleja de los amigos cuando encuentra novia

—¿Novia? —Vela frunció el ceño

—No son muy disimulados. Potter hablaba con Weasley sobre como fue besarse con la señorita Chang

—No lo sabía —dijo en un hilo de voz

—¿Vela?

—Él y yo teníamos... ¿Algo? No lo sé... ya veo que no es así —el semblante triste de ella hizo que él se sintiera mal

—No soy Regulus, pero estoy seguro de que él te diría que te olvides de él, si te hace daño no vale la pena.

—Eso lo diría papá Bastie, papi intentaría maldecirlo —Severus sonrió, era verdad, Regulus hasta lo había golpeado por haber hecho llorar a su solecito, si sabe lo Potter lo maldeciría a él y a toda su descendencia 

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