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Las vacaciones pasaron rápido y ya debían ir a la estación.

Rabastan condujo hasta la estación, Regulus iba de copiloto y Vela iba en los asientos de atrás.

Bajan las cosas del auto y salen para empezar a caminar por la estación de trenes.

—No te olvides de escribir, solecito —dijo Regulus —. Sé que quieres ir a Nueva Orleans, pero no me fio dejando la casa a solas con Sirius y sus invitados.

—Lo sé, papi, está bien... además, yo quería ir con Cedric, sin él no será lo mismo

—Oh, solecito, estoy seguro de que él no querrían que te limitaras por las cosas que pudieron ser y no serán —Rabastan sabía que las palabras de Regulus eran ciertas, pero también notaba que no era el momento para la conversación, no cuando todo seguía tan reciente

—Algún día ambos tendrán que darme un tour por Nueva Orleans, pero de momento me dedicaré a practicar para que en las vacaciones por lo menos poder tocar "estrellita donde estás" —el sonido del tren avisa al resto de estudiantes para que se apuren en subir

—Sé que lograrás más que eso, papá Bastie —sonrió ella entrando al tren —. ¡Nos vemos en Yule!

Cuando la rubia subió al tren, ambos se quedan allí mirando al tren, ligeramente sonrojados

—¿Me ha llamado papá? —Regulus soltó una risa

—Desde el principio ella notó todo, mi solecito es muy observadora —comentó —. Además, viendo como has sido con ella, creo que es algo que tarde o temprano iba a pasar

—Le he tomado mucho cariño...

—Estoy seguro de que ella también te ha tomado mucho cariño —agregó —. Vamos a casa, Bastie...

El viaje en el tren fue en completo silencio, aún no estaban los ánimos para hablar. Las tres chicas miraban constantemente la puerta, como si esperaban que aquel chico entrara por la puerta. Sabían que eso era algo que no iba a ocurrir, se habían mentalizado en su momento a que él no apareciera debido a su graduación, pero nunca habían pensado que la razón al final sería su muerte

En Hogwarts, como cada año, llegó un nuevo maestro de defensa contra las artes oscuras. Dolores Umbridge era un miembro del ministerio y su llegada a Hogwarts no significaba nada bueno

Vela lo confirmó desde que tuvo la primera clase con ella.

—Señorita Black, de seguro podrá ayudarnos y decirnos algo del paradero de Sirius Black

—En primer lugar, si va a dirigirse a mí lo hará tratándome como corresponde, para usted soy señorita Black–Rappaport, no lo olvide —corrigió —. Además, ¿qué le hace pensar que sé el paradero de Sirius Black? Mi progenitor abandonó a mi madre mucho antes de mi nacimiento. Mi padre es Regulus Black, no lo es Sirius Black. Ahora, ¿podemos ir a los temas del curso?

—Bien —accedió de malagana para luego empezar a hablar de los temas y entregar los libros de clase

—¿Y la magia? —preguntó Justin

—¿Para qué querrían usar magia?

—Estamos en una escuela de magia, para eso estamos aquí —agregó Vela —. ¿Cómo espera que aprendamos si no practicamos? No todo en la vida es teoría, creo que debería saberlo

—Sigo sin ver por qué deberían

—Quizás porque el que no debe ser nombrado ha regresado —respondió Vela

—Esas no son más que mentiras —replicó Umbridge

—¿Mentiras? ¿La muerte de Cedric es una mentira a caso? —Vela se levantó del asiento de la furia que sentía

—¡Eso fue un accidente!

—¡Claro, es un accidente usar la maldición asesina en una persona! ¡En cualquier caso ustedes serían los culpables por volver a realizar un jodido torneo que se dejó de hacer desde hace doscientos años porque siempre moría gente! ¡Si no acepta que fue el que no debe ser nombrado, tendrá que aceptar que es culpa del ministerio por su maldita negligencia!

—¡Suficiente! Señorita Black, no permitiré que se dirija a mí de esa forma

—¿Y sigue llamándome de forma errónea? Usted no es nadie.

»Dígame, ¿a quién escucharán en el ministerio? ¿A usted? ¿O a mí que soy heredera de dos grandes casas y con gran presencia a nivel internacional?

Todos los estudiantes aguantaron la respiración, nunca habían visto a la rubia de esa forma. Les parecía aterrador como esa chica tan dulce podía arremeter de tal forma contra alguien

—¡Ya me cansó! ¡Está castigada! —Vela toma sus cosas con furia y se dirige a la salida —. ¡¿A dónde cree que va?!

—Es una estupidez seguir aquí si no voy a aprender nada, la educación aquí cada vez va más en decadencia —con eso, Vela salió dando un portazo.

Se sentía con el ánimo por el suelo, las lágrimas estaban cayendo por sus ojos de la rabia que estaba sintiendo en ese momento.

Mientras tanto, en la casa Black.

Regulus estaba furioso, ¿cómo se atrevían a ocultarle esa información?

—¿No se les ocurrió que merecía saber esa información? —preguntó Regulus

—Reggie...

—¡No te metas, Sirius! —ante aquel grito, Sirius se quedó callado en silencio y bajó la mirada

—No es que quisiéramos ocultarlo, Regulus, es que no eres parte de la orden y... —empieza a justificar Lupin

—¡No se trata de eso! ¡Esto es algo mucho más allá de su agrupación de mierda!

—¡Ten un poco de respeto! —exclamó Molly

—Creo que Regulus se refiere al hecho de que ella influye directamente no solo en Potter, sino también en todos los estudiantes, incluyendo a la señorita Black–Rappaport —interrumpe Severus, intentando mediar la discusión —. Todo padre estaría preocupado del bien estar de sus hijos...

—Ustedes no tienen ni idea de como es ella, no tienen ni la menor idea...

—Carajo —masculló Rabastan —. Esa bruja es capaz de todo, me preocupa como podría reaccionar Vela ante sus provocaciones

—Tú no te metas —dijo Sirius

—Él tiene más derecho que tú, Sirius —replicó Regulus

—¿Cómo podría reaccionar Vela? —preguntó Bill —. Ella siempre se ha visto como una chica muy dulce.

—Mi solecito es muy leal a sus seres queridos, la persona que intente algo contra ellos... se enfrenta al mismísimo infierno

—¿En verdad es para tanto?

—No creo que quieras saberlo...

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