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La casa se empezó a ver más llena de gente, no es algo que a Vela le desagradara, solo le molestaba algunas personas de todo el montón que había llegado a residir momentáneamente en su casa. No iba a negar que los gemelos le agradaban al igual que el resto de hermanos mayores, también le agradaba el amigo de su progenitor y su prima. Con Nymphadora se llevaba especialmente bien, al ser ambas primas y haber quedado en la misma casa les dio más de un tema de conversación para poder romper el hielo entre ambas.

—Sinceramente, no puedo culparlo, yo no confiaría en él

La voz se hizo presente, Vela la reconoció de inmediato y corrió escaleras abajo para ir a saludar

—¡Profesor Snape!

—Señorita Black–Rappaport —saludó él —. Es un gusto volver a verla.

—Es agradable verle fuera del contexto escolar, profesor —Snape no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa al ver el entusiasmo en las palabras de su estudiante. Nunca nadie le había dicho algo de esa forma, como si fuera verdad o como si en verdad lo sintiera, se sintió querido después de tanto tiempo

—Hay circunstancias mejores, pero es verdad, es agradable verla.

Vela volvió al salón y se sienta en el piano, dispuesta a empezar a tocar, pero se queda viendo el cuadro de su abuelo

—Están diciendo que el ministro compró el profeta y que está calumniando al chico Potter y a Dumbledore

—Qué injusto —murmura —. Cuando vea a Harry le diré sobre los distintos caminos legales a los que puede recurrir, no pareciera que nadie vaya a hacer algo.

»Puede que no puedan hacer nada contra el ministro Fudge, pero sí contra el profeta.

—Me temo, solecito, que ese muchacho vive en total desconocimiento —dijo él con pesar —. Nadie le está instruyendo como corresponde, si Fleamont o Euphemia vieran esto, o incluso Charlus y Dorea, arremeterían contra cada uno de ellos por no darle una educación digna al muchacho.

»Solecito, te pido que lo guíes en este mundo, te lo pido en memoria de aquellas personas que conocí, con las que me relacioné y hasta fui su amigo.

—Harry es mi amigo, abuelo, iba a hacerlo sin que me lo dijeras —sonrió ella.

—Confío en ti

La noticia de que Harry Potter había realizado el encantamiento patronus frente a un muggle corrió por toda la casa, por lo que varios miembros de la orden irían por él para llevarlo a la casa Black.

Vela estaba ansiosa, esperaba ver pronto que ellos llegaran. La discusión que estaban teniendo los demás miembros de la orden era algo que todos estaban escuchando. Discutían sobre el que hacer con Harry, algo que hacían mucho últimamente, si decirle o no sobre la orden, sobre lo que sucede, si decirle si unirse o no, era mucho lo que discutían y había dos bandos dentro de la misma orden.

—Sigan hablando, creo que en América aún no se enteran de lo que dicen —dijo Regulus para llamar la atención de todos —. No quieren involucrar a los niños, pero hablan casi a gritos todo lo que discuten y con la puerta abierta, tengan un poco de sentido común.

—Discúlpanos, Regulus, tendremos más cuidado —se disculpó Lupin

Cuando Regulus iba a subir, la puerta es abierta y entran las personas que faltaban, incluido Harry Potter.

A la hora de la cena, todos estaban en la mesa, Regulus en la cabecera, Rabastan por su lado derecho y Vela por el izquierdo

—¿Tú también eres parte de la orden, Vela? —preguntó Harry

—No, ninguno de nosotros —respondió

—¿Entonces como es que...?

—Sirius ofreció algo que no era de él, pero fuimos benevolentes y les permitimos quedarse bajo ciertas reglas

—¿Reglas? ¿Ofreció qué? Creo que no entiendo

—Eso no importa, Harry —interrumpió Sirius, a lo que recibió malas miradas por parte de Regulus y Rabastan

—Es importante, porque si él las incumple el destino será el mismo, el desconocimiento de las reglas no lo deja impune —agregó Vela para luego empezar a explicar cada una de las reglas y las consecuencias del incumplimiento de estas.

Luego todos fueron a dormir y ya no había nada más por hacer.

Los gritos se hicieron presente en la madrugada junto al llanto. Rabastan fue el primero en llegar al estar más cerca, abrió la puerta de golpe, provocando un gran estruendo.

—No es justo, no es justo, no tenía que morir, era mi amigo —el llanto de Vela era algo que calaba en su corazón

—Kreacher, ve por Regulus, yo me quedo con ella —Rabastan se acercó a la cama y abrazó a la chica mientras el elfo desaparecía —. Estoy aquí, Vela, puedes llorar, suéltalo todo

—Me dijo que iba a vivir, me lo prometió, él no debía morir, no merecía morir —Vela sollozaba entre los brazos de Rabastan cuando Regulus cruzó la puerta —. Extraño a Cedric, quiero a mi amigo conmigo, le vi entrar vivo y salió sin ningún color, ya no tenía color.

—Háganme un espacio, tal parece que hoy dormiremos los tres juntos —Regulus se sentó en el otro extremo de la cama, para abrazar a Vela por el otro lado

Así ella logró conciliar el sueño...

En la mañana, cuando la rubia baja, todos la quedan mirando, aún tenía los ojos hinchados por haber llorado y un poco rojos.

Ella se sentó en la mesa a desayunar en silencio mientras todos hablaban, Regulus le acarició la cabeza y ella le dio una sonrisa.

Ella terminó de comer y fue al salón, se acercó al piano, tomó asiento y empezó a deslizar sus dedos por las teclas mientras tararea

What was I made for?

Takin' a drive, I was an ideal

Looked so alive, turns out I'm not real

Just something you paid for

What was I made for?

'Cause I, I

I don't know how to feel

But I wanna try

I don't know how to feel

But someday, I might

Someday, I might

—No sabía que tocaras y cantaras —las palabras de Harry hacen que Vela se sobresalte

—No es algo que comente —respondió

—¿Sucedió algo?

—Solo malos sueños —ella hace una mueca —. Preferiría hablar de otra cosa

—Lo entiendo, Sirius me explicó que tú eres la hereda de la casa Black, ¿qué conlleva eso? —ante esa pregunta, Vela sonrió

—Me alegra que lo preguntes —Vela empezó a hablarle sobre los títulos y los que ella tenía, lo que conllevaba todo eso, todas las responsabilidades que tenía o iba a tener en un futuro —. Eso es muy por encima, pero si quieres te puedo mostrar algunos libros que tengo, también podemos ir al callejón Diagon a buscar otros para que aprendas de esto.

—¿Podemos salir?

—Papi se encargará de ello, si no Rabastan podrá acompañarnos sin problemas —propuso ella

—Suena bien —asintió —. ¿Él es de fiar?

—¿Hablas de Rabastan? —él asintió —. Lo es, es muy bueno, me ha apoyado cuando tengo malos sueños

—Rabastan siempre ha sido un buen muchacho, él y Regulus han sido amigos desde pequeños, es un gusto ver que la amistad siga

—¡Abuelo, hola!

—Hola, solecito, siento interrumpir la conversación —se disculpó Orión

—Está bien, siempre serás bienvenido, abuelo.

AurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora