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Las cálidas temperaturas empezaron a hacerse presente y las plantas en la sala común cada vez estaban más florecidas, la primera era una estación del año que en verdad le gustaba a Vela, no había ni mucho calor ni mucho frío, era una temperatura ideal para ella.

Estaba regando algunas plantas que estaban cerca de las ventanas, Susan se acercó a ella para ayudarla.

—En un par de meses es la tercera prueba —comentó Susan

—Es verdad —asintió Vela —. El tiempo ha pasado muy rápido

—Sí, demasiado para mi gusto —Susan siguió regando las plantas —. No quiero sonar pesimista, pero no tengo un buen presentimiento

—¿En qué sentido? —la rubia dejó de regar las plantas para ver a su amiga

—No lo sé, un mal presentimiento es eso, no sabría decir qué es lo que me lo provoca —explicó —. Quizás solo estoy siendo paranoica, como las pruebas cada vez son más complicadas.

—Puede ser, pero aun así no está de más recordarle a Cedric que tenga cuidado, si no se lo recordamos será imprudente

—Tienes razón, no queremos un Cedric con un dedo menos

—Bueno, sí, lo queremos, pero de preferencia que esté entero

Ambas chicas empiezan a reír.

El tiempo avanzó rápido entre las clases y todo lo que sucedía dentro del castillo, llegando así la tercera y última prueba.

Las gradas estaban llenas de gente, no solo había estudiantes, también había familiares de los campeones viendo todo, había un gran nivel de expectación, todos atentos a que sucedería dentro de ese laberinto, aunque no iban a poder verlo como tal.

El ambiente era completamente de celebración, la música, la comida, las apuestas (cortesía de los gemelos Weasley). La rubia estaba junto a sus amigas y a varios compañeros de Hufflepuff, con el tiempo fueron apareciendo campeones. Cada vez que veían las chispas, estaban ansiosos por ver quién salía del laberinto. La primera fue Fleur, la campeona de Beauxbatons, después vino Viktor, el campeón de Durmstrang, esto significaba la victoria de Hogwarts.

Ahora quedaba saber quién era el ganador, Harry Potter o Cedric Diggory.

Un tiempo después, uno bastante largo para el gusto de Vela, aparecen dos chicos, la música de celebración se hace presente y todos empiezan a festejar, pero ella miraba la escena con lágrimas en los ojos al notar que sollo una de las dos personas que había salido del laberinto tenía aura.

—¿Qué pasa? Cambia esa cara, Vela —dijo Hannah

—Míralo, ¡Cedric está muerto! —chillo Vela, logrando así que todos noten la realidad.

El grito de Cho se hizo presente, el padre de Cedric corrió por las gradas para llegar donde su hijo, dejando salir un llanto de desesperación.

Vela miraba el cuerpo de su amigo, con lágrimas en sus ojos, sintiendo una presión en su pecho y un dolor que subía por su garganta, sus ojos picaban y lo único que quería era despertar de aquella pesadilla, sin darse cuenta empezó a apretar los puños, provocando que sus nudillos se pusieran blancos y que sus uñas se clavaran en las palmas de sus manos

—Prometiste que estarías bien, que vivirías —pensó ella mirando toda la escena.

La gente se empezó a retirar de a poco, no es que quisieran hacerlo en verdad, pero los maestros no querían fomentar el morbo en los estudiantes. Ella bajó y se acercó al laberinto, vio con tristeza a Amos Diggory llorar sobre el cuerpo de su hijo. Vela se arrodilló a su lado y deslizó su mano por el cabello de Cedric y por su rostro

—Que la madre magia te guíe por el canal de almas y llegues al digno descanso —susurró.

Esos días, la mayoría adoptó un color azulado en su aura y, con ese gusto amargo, terminó el año escolar.

A diferencia de otros años, el tren se sintió silencioso, los ánimos estaban por el suelo. Draco no se despegó del lado de Vela en ningún momento, sabía que Diggory era su amigo y podía comprender que en esos momentos su prima necesitaba a alguien.

Para Draco, su prima en este momento era como una luciérnaga a punto de apagarse, su presencia seguía iluminando, pero ella cada vez estaba más apagada.

Al llegar a King Cross, Vela corre a los brazos de su padre, lo necesitaba.

—Papi...

—Estoy aquí, aquí está papá —Regulus la abrazó con fuerza y acaricia su cabello al escucharla sollozar.

Sabía muy bien que aquel muchacho era muy importante para su pequeña y dolía verla así.

Él no quería pensar en ella como una luciérnaga apagándose, quería pensar que su pequeña iba a volver a brillar, que lo de ahora era un eclipse solar, todo este suceso es la luna pasando por frente al sol, pero en algún momento la luna se moverá y dejará que el sol ilumine la tierra nuevamente.

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