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Vela estaba guardando sus cosas, la clase de pociones acababa de terminar y debía apurarse para no llegar tarde a su siguiente clase

—Señorita Black-Rappaport, quédese al terminar

Ella, algo insegura, asintió y se quedó sentada esperando que todos salieran para poder saber lo que el profesor Snape quisiera decirle

—Le avisaré a la profesora McGonagall, para que no te regañe —dijo Hannah, Vela le sonrío y le agradeció

Cuando salieron todos, la rubia se acercó al asiento donde Snape estaba sentado, solo lo miró en silencio, esperando que él fuera el primero en hablar

—Creo que le debo... una disculpa —ella no pudo evitar hacer un gesto de sorpresa, no se esperaba esas palabras —. No debí desquitarme con usted

—Solo no lo vuelva a hacer y si ve que me equivoco, enséñeme, mi padre no siempre puede enseñarme todo lo que sabe —sonrió ella

—Yo igual ayudé mucho a Regulus cuando estábamos en Hogwarts

—¿Fueron compañeros? —eso había captado su atención, Regulus le había mencionado varios de sus amigos, pero no solía decir los nombres, solo decía las anécdotas.

—No, yo iba un curso por encima de él, pero ambos éramos de Slytherin y coincidíamos mucho, además de que teníamos amigos en común —explicó

—¿Un año mayor? ¿Entonces...?

—Sí, conocí a su... progenitor

—Él no fue bueno, ¿verdad? Por eso se desquitó conmigo.

Severus estaba apenado, ella ni siquiera era igual a Sirius Black, ni física ni psicológicamente, eran muy diferentes, solo se dejó llevar por el apellido y, aunque hiciera lo mismo con Harry Potter, no era lo mismo.

—Vaya a su clase, solo eso quería decirle.

—Gracias profesor, en verdad agradezco que se haya disculpado, significa mucho para mí —ella dudó antes de seguir hablando —. Sabía que no podía equivocarme, su aura es muy linda, aunque esté inundada de tristeza, tiene colores bonitos.

Esas fueron sus últimas palabras antes de dejar el salón de pociones.

Severus quedó confundido con aquellas palabras y, cuando llegó la noche, volvió a Grimmauld Place. Tenía muchas dudas y solo Regulus Black iba a poder aclararlas.

—No esperaba verte tan pronto —dijo el actual Lord Black

—Tengo unas cuantas preguntas

—Supongo que hablaste con mi solecito —Snape asintió —. Kreacher, llévanos té y algunos bocadillos para comer al salón, por favor

—Sí, amo Regulus

Los dos magos van al salón, Regulus se pone en uno de los sofás, mientras que Severus lo mira un poco incómodo antes de sentarse en el sofá frente al Black.

Poco después el elfo llegó con lo solicitado para luego dejarlos solos.

—Ella mencionó algo de auras

—Ah, sí —Regulus asintió y luego llevó la taza a su boca a beber un poco de té —. Vela nació con aquel don de la "visión"

»Ella ha podido ver el aura de las personas desde siempre, me di cuenta cuando ella dibujaba de pequeña. Cuando ella dibujaba personas siempre ponía un color alrededor de estas y cada persona tenía un color

—¿Ella habla de eso? —preguntó y Regulus asintió

—Desde que comprendió que lo que ella podía ver era el aura de las personas. Antes me iba diciendo que colores veía en mí y otras personas cercanas y las iba escribiendo, ella adoptó eso y empezó a hacer sus libretas de auras.

»Ahí va anotando el aura de las personas que va conociendo y características de estas. Lo hace desde que aprendió a escribir. Hacer eso le da confianza y seguridad, además de que eso le ayuda a saber en quién confiar y en quién no.

»Las auras hablan más de lo que nosotros quisiéramos, no podemos engañarlas o manipularlas, estas revelan nuestro corazón y nuestras intenciones

—Imagino que es algo que guardan en secreto

—Yo no tomo decisión ahí —admitió él a su pesar —. Ella es la que decide quién puede saber sobre ese tema, si te hizo el comentario es porque confía en ti para que manejes esa información. Vela es muy confiada con aquellas personas que tienen un aura "bonita".

Snape miró el árbol familiar que estaba en el tapiz, lo inspeccionó con la mirada, para luego mirar un punto en específico.

—¿Qué pasa con la familia Rappaport?

—Muertos, tengo entendido que Phoenix era la única Rappaport que quedaba, por lo que mi solecito tiene el peso de ser lady de dos grandes casas

»En Ilvermorny le enseñaron lo necesario sobre el legado de su familia

Vela suelta un estornudo, estaba terminando los deberes antes de irse a dormir, también quería anotar en su libreta cosas que había notado en algunas personas, quería que sus libretas tuvieran toda la información.

—Después sigues con la tarea —dijo Cedric —. Ya es tarde, debes ir a dormir

—Sí, ahora iré —le sonrió ella.

Las clases de defensa contra las artes oscuras eran divertidas, a Vela le parecían muy útiles y Remus Lupin era un buen maestro, según ella, ya que escuchaba a Draco quejarse de él.

—El profesor Lupin no es malo, primo —ambos estaban haciendo unos deberes de astronomía —. Lógicamente, el plan de estudios de Hogwarts va un poco más atrás que el de Ilvermorny en ese sentido, pero eso no es culpa de él, incluso, puedo decir que se nota su esfuerzo para hacer sus clases lo más productivas posible

—A mi padrino no le agrada —murmuró él

—Al profesor Snape no le agrada casi nadie —respondió Vela a lo que Draco ríe levemente.

—Puede ser, pero debiste de haber estado ahí cuando mi padrino dio la clase, fue espectacular

—No lo dudo, pero las pociones son lo suyo, es un experto en eso, mi papá siempre habla de eso.

Las noticias de que Sirius Black fue visto cerca fue en aumento, todos estaban preocupados por como iban las cosas, los dementores estaban cada vez más presentes en el castillo, habían interferido en el partido de quidditch provocando que ambos buscadores, el de Gryffindor y Hufflepuff, terminaran en enfermería.

—¿Tus padres no han hablado con tu tía para saber durante cuanto tiempo estarán esas criaturas aquí? —preguntó a Susan

—Aún no lo tienen claro, la tía Amelia dijo que querían esperar a tener algún resultado con lo de Sirius Black, pero imagino que ahora que sabrán lo de Cedric y Harry harán que interfieran menos o que no haya tantos por la zona, porque fue muy peligroso lo que sucedió.

—Cedric sigue en enfermería —agregó Hannah —, quedó con la escoba incrustada, dudo que quiera volver a estar cerca de una.

—Sería una lástima, a él le gusta mucho el quidditch —dijo Vela.

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