Capítulo 9

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Pov: María José

—Poché ¿qué demonios haces? —Una familiar voz femenina sonó a mi espalda.

Intentando no fruncir el ceño, me volví para mirar a Liam que me observaba desde la puerta con el brazo sobre los hombros de su esposa, Laura. Clavé los ojos en mi amiga.

Parecía feliz, saludable y... muy embarazada. Hace meses que no la veía y constatar que iba a tener un hijo, era cuando menos impactante.
Me pregunté cuánto escuchó Laura del discurso que acababa de soltarle a Calle y di un respingo.

—Hola, Lau. ¡Estás enorme! ¿Cuándo dijiste que salías de cuentas?

—Hola. La semana que viene, y no uses mi embarazo para cambiar de tema. —Me lanzó una mirada furiosa mientras se apartó de Liam para acercarse a mí, luego le echó una ojeada a Calle—. Cuéntame lo que está pasando o te pegaré hasta que me lo digas. Las hormonas del embarazo transforman a las mujeres en brujas.

—Esto no me lo pierdo —dijo Nick con voz de risa.

—Es cierto que está muy irritable estos últimos días —confirmó Liam.

—Luego me ocuparé de ustedes dos —anunció Lau, mirándolos por encima del hombro.

—¿Ves? —Liam me lanzó una mirada de advertencia para que cooperara.

Me hubiera reído si la situación no fuera sido tan seria. Así que me limité a sostenerle la mirada a mi amigo y padre de mi sobrino.

—¿Por qué la has traído? Ninguna mujer embarazada, en especial mi amiga, debería estar presente en el escenario de un crimen.

—Como si cualquiera de ustedes pudiera impedir que viniera —se burló Lau—. Ahora, déjate de rollos y comienza a explicarme por qué Liam sabe que te has casado y yo no. —Se acercó a Calle y le tendió la mano—. Por cierto hola, soy Laura Villa. ¿Puedo ayudarte en algo?

Calle, que parecía tan cansada como aturdida, ladeó la cabeza y le estrechó la mano.

—Daniela Calle.

—Garzón —le recordé con los dientes apretados.

Calle apartó la mirada y noté que se estremeció.

—¿Así que es cierto que se han casado? ¿Cuándo? —exigió Lau.

Puede que no fuera el mejor momento, pero nada podría impedir que Laura obtuviera toda la información.

—Anoche.

—¡Estás dementes ! ¿Te has casado sin decírselo a la familia? ¿No se te ha ocurrido que querríamos estar allí? De hecho, no es sólo que no nos hayas invitado, es que ¡jamás hemos oído hablar de ella! ¿Cuánto tiempo llevan saliendo?

—Jamás hemos tenido una cita —comenzó a decir Calle—. La boda no ha sido más que un estúpido error producto de una borrachera en Las Vegas. Lamento haberte causado problemas con tu familia.

Escuchar esas palabras fue como si me cortaran con un cuchillo. Haberme casado con Calle fue lo correcto. Sabía que era así a pesar de lo aterrada y nerviosa que estaba ella ahora.
Desde que nos pusimos el anillo, había esperado que en alguna parte, en lo más profundo de mi ser, ella también supiera que estamos hechas la una para la otra. Pero ella no podía o no quería admitirlo.

—No es un error. —Me vi forzada a decir, a pesar de todo, mientras la observé con un reto en la mirada.

Ellas me ignoraron.

—Querida, no estaba gritándote a ti —aseguró Laura. Luego se volvió y clavó sus ojos en mí— Y tú... Ni siquiera sé por dónde empezar contigo.

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